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La vida no vale un cobre es un documental que narra de cerca los conflictos sociales y ambientales que viven los pobladores de Espinar, tras 36 años de explotación minera. Mediante diferentes plataformas y formatos se muestra el estado de abandono en el que viven las comunidades. Este documental pretende poner a debate ante la opinión pública el daño irreversible que ha generado la minería en la salud de la población de Espinar.

“Los derechos fundamentales de la vida, salud, el mínimo vital, la libertad y la dignidad humana están ligados sustancialmente y determinados por el entorno y el ecosistema. Sin ambiente sano los sujetos de derecho y los seres sintientes en general no podremos sobrevivir, ni mucho menos resguardar esos derechos, para nuestros hijos ni para las generaciones venideras. Tampoco podrá garantizarse la existencia de las familias, de la sociedad o del propio Estado”[1]. Esta fue una de los primeras consideraciones de la Corte Suprema de Justicia de Colombia al resolver la segunda instancia de la tutela interpuesta por 25 niños, niñas y jóvenes colombianos con el apoyo de Dejusticia, para exigir la defensa de sus derechos a un ambiente sano, a la vida, a la salud, la alimentación y el agua, amenazados por la deforestación en la Amazonía y sus efectos en el calentamiento del país.

Llevan a juicio a líderes Wichi por un conflicto territorial; denuncian que impidieron el ejercicio de su defensa.

El juicio fue suspendido el año pasado, luego de que se denunciara que los caciques no habían podido ejercer adecuadamente su derecho a la defensa. Desoyendo los planteos de nulidad, la justicia los citó a “comparecer a la audiencia de debate oral” los días 12 y 13 de junio.

Desde el año 2014, los caciques Martín Acosta, de la Comunidad El Chañaral, Dalmacio Acosta, de la Comunidad San Felipe, y Demetrio Campos, de Misión Rivadavia (Este de Salta), están acusados de “Amenazas” y “Daños calificados por ser cometidos en despoblado y en banda”.

La agrupación de pueblos indígenas latinoamericanos presentó en Bonn su propuesta sobre cómo debe ser la plataforma que aglutinará las buenas prácticas de la sabiduría ancestral indígena contra el cambio climático.

DW, 6 de mayo, 2018.- Al igual que sucedió en la pasada cumbre del clima (COP23), los pueblos indígenas tuvieron un papel destacado en el segundo día de las negociaciones climáticas que empezaron este lunes 30 de abril y que se terminarán el próximo 10 de mayo en la ciudad alemana de Bonn.

Diversos representantes tanto de países como de pueblos indígenas se reunieron en un diálogo multisectorial para trabajar sobre la plataforma de conocimiento del pueblo indígena que debe estar finalizada en el momento que se implemente el Acuerdo de París, en 2020.

Esta iniciativa, que se enmarca en el reconocimiento del aporte de estos pueblos e incluye este tratado internacional, pretende recopilar e intercambiar experiencias sobre las mejores prácticas que los pueblos indígenas y las comunidades locales están llevando a cabo a nivel mundial para luchar contra el cambio climático con sus conocimientos ancestrales.

Además de llevar a cabo esta actividad a través de talleres, grupos de expertos y sesiones de trabajo en varios lugares del mundo, la plataforma también persigue fomentar el desarrollo de capacidades del colectivo e incidir a nivel de políticas públicas. No obstante, a diferencia de las otras regiones, América Latina presentó una propuesta propia durante el evento que se llevó a cabo el pasado martes 1 de mayo.

Johnson Cerda, miembro del Foro Indígena de Abya Yala que agrupa a las redes de las organizaciones indígenas más representativas de la región, fue el encargado de dar a conocer los distintos puntos de la propuesta latinoamericana.

"Tendríamos que construir un sistema de indicadores indígenas de éxito sobre cambio climático en adaptación y mitigación. El intercambio se realizaría por ecosistemas Amazónico (bosque húmedo tropical), Andino (altas montañas), Marino Costero y zonas de Cerrado (sabanas)", puntualizó.

La iniciativa plantea la creación de un grupo facilitador compuesto por 7 líderes de pueblos indígenas y 7 representantes de países "que apoyarían la planificación de las actividades del grupo de trabajo de expertos, y los talleres de capacitación que analizarían en profundidad las conexiones de los conocimientos indígenas con los elementos del Acuerdo de Paris".

Asimismo, "habría un proceso nacional que permita seleccionar los mejores ejemplos en los temas vinculados con adaptación y mitigación al cambio climático", dijo. 

Igualmente, el proyecto latinoamericano también aboga por la creación de plataformas nacionales ya que "sería difícil que todos los poseedores de los conocimientos ancestrales participen en eventos globales".

"Si logramos tener algunas buenas prácticas en cada ecosistema, replicado e incluido dentro de los planes nacionales, podríamos generar cambios positivos. Nuestra preocupación es que solo se realicen eventos a nivel global que no fortalecen nuestras prácticas a nivel nacional”, subrayó en entrevista con DW.

De la teoría a la práctica

No obstante, tanto Costa Rica como Bolivia cuentan ya con estas herramientas. La Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra, entidad creada para la gestión del cambio climático, junto con los representantes de las 36 naciones indígenas en la Asamblea Legislativa de Bolivia, lanzó el pasado 1 de noviembre una Plataforma de Naciones Indígenas Originarias de lucha contra el Cambio Climático.

Al igual que la plataforma mundial, su objetivo es generar un espacio de intercambio de prácticas ancestrales y recuperar estos conocimientos para enfrentar el cambio climático.

En el caso boliviano se pretende, además, desarrollar acciones para la resiliencia al cambio climático desde la gestión territorial, la agricultura campesina y agricultura familiar comunitaria, así como la gestión integral y sustentable del bosques.

Representantes de México, Costa Rica, Bolivia y Colombia, entre otros, realizaron diversos aportes a la sesión de trabajo de la plataforma de conocimiento indígena. Fuente de la imagen: DW

"Los saberes de los pueblos indígenas son vitales para definir estrategias de adaptación, sobretodo en el diseño de sistemas de prevención de riesgos y de alerta temprana", aseguró a DW, Elvira Gutiérrez, Directora de Adaptación de la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra poniendo como ejemplo los bioindicadores de manejo climático.

"Hay plantas y aves que avisan si va a ser un año de lluvias", recordó. Por este motivo, resaltó la eficiencia de la plataforma, que también pretende desarrollar capacidades en base a cosmovisiones, así como crear leyes nacionales y departamentales de cambio climático "basadas en esas experiencias".

Teniendo en cuenta la experiencia práctica de Bolivia y continuar con el trabajo pendiente de la plataforma mundial, Gutiérrez anunció que el país acogerá el próximo mes de octubre un encuentro "para profundizar el diálogo" iniciado en Bonn.

De este modo, los participantes podrán conocer de primera mano algunos de los trabajos que se están llevando a cabo como la elaboración de un catálogo de especies resistentes al cambio climático, así como la "traducción de las 36 lenguas indígenas del conocimiento pertinente en su contexto local".

La Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW, por sus siglas en inglés) centró este año su atención en el empoderamiento de las mujeres y niñas rurales y elaboró una serie de recomendaciones.

El 62 período de sesiones de dicha comisión tuvo lugar del 12 al 23 de marzo de 2018 en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York y destacó la importancia de garantizar sus derechos.