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Em nota divulgada ontem (23/04), a Articulação dos Povos Indígenas do Brasil - APIB lamenta a tímida e lacônica resposta do governo federal à Mobilização Nacional Indígena que se resumiu ao anúncio da homologação de três terras indígenas na região norte do Brasil. 

Segundo a APIB, a medida "não consegue esconder a decisão política de paralisar as demarcações das terras indígenas, em nome de um suposto “ajuste” de direitos, que só favorece aos donos do capital e inimigos históricos dos povos indígenas." E encerra a nota convocando os povos e organizações indígenas a resistirem na defesa de seus territórios.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, firmó este lunes un decreto que reconoce 232.544 hectáreas de tierras indígenas en el norte del país, una victoria parcial para los pueblos originarios, que reclaman al gobierno mayor compromiso en la defensa de sus derechos.

La decisión confirma un proceso administrativo que delimita tres nuevas áreas indígenas ubicadas en los estados de Pará y Amazonas (norte), habitadas por cuatro etnias:Arara, Juruna, Kaixana y Mura.

"Es un reconocimiento para los pueblos directamente involucrados", dijo a la AFP Cleber Buzatto, secretario ejecutivo del Consejo Indigenista Misionario (CIMI).

Na semana de Mobilização Nacional Indígena são organizados diversos atos e encontros em defesa dos direitos indígenas e contra a Proposta de Emenda Constitucional (PEC) 215.

Em Brasília, cerca 1,5 mil indígenas estão reunidos no Acampamento Terra Livre (ATL) para reivindicar e debater esses direitos que tem sido atacados por projetos de lei, como a PEC 215, a anulação de portarias declaratórias de Terras Indígenas por decisões dos ministros do Supremo Tribunal Federal (STF) e a paralisação das demarcações, entre outros.

“Essa articulação demonstra a unidade dos povos indígenas na luta por seus direitos. Não há terras tradicionais garantidas. O movimento indígena precisa seguir na rua, em aliança com outros grupos que sofrem os mesmos ataques: quilombolas, sem terras, comunidades tradicionais, sem teto”, enfatiza Babau Tupinambá.

Por: Fabiola Pomareda

La región latinoamericana tiene, por un lado, gobiernos neoliberales que defienden que el modelo hegemónico de agronegocio es el único modelo de desarrollo posible y, por otro lado, aquellos gobiernos que saben que los campesinos tienen una participación estratégica política muy importante para garantizar la soberanía alimentaria.

Bernardo Mançano Fernandes habló de estas dos visiones. De cómo los agronegocios -todas las operaciones de producción, manufactura y distribución de producción agrícola- han desplazado a los campesinos y de cómo estos campesinos han resistido al desplazamiento y conquistado nuevas tierras.

El pasado 5 de marzo, mujeres del Movimiento de Trabajadores Sin Tierra (MST) y Via Campesina Brasil detuvieron la primer liberación comercial de árboles transgénicos en América Latina. Cerca de mil mujeres ocuparon una planta de FuturaGene en Itapetininga, estado de São Paulo, arrancando plántulas de eucaliptos transgénicos de esa empresa, propiedad de la transnacional brasilera Suzano Papel e Celulosa, una de las diez mayores productoras globales de celulosa.

Ese mismo día, 300 mujeres de los movimientos ocuparon las instalaciones de la CNTBio (Comisión Nacional Técnica de Bioseguridad, Brasil), interrumpiendo la reunión que pretendía aprobar la plantación comercial de eucaliptos transgénicos, consiguiendo con ambas acciones parar la decisión. El día anterior, se había realizado una jornada internacional de acciones de protesta en Brasil, Estados Unidos y otros países (Campaña para detener los árboles transgénicos, stopgetrees.org)