IPDRS Logo VISITA NUESTRO
NUEVO SITIO WEB
Actualidad

 

 

 

 

Posts @IPDRS

La apertura de Paraguay a los ‘agronegocios’ expulsa a indígenas y campesinos de sus tierras, comunidades al borde de la extinción, advierte Miguel Lovera, ex-presidente del Senave durante la gestión de Fernando Lugo. 

 Paraguay, uno de los países con la mayor desigualdad en la distribución de la tierra del mundo, ve desaparecer sus bosques autóctonos devorados por plantaciones de soja transgénica. La exponencial expansión de estos cultivos, que han convertido al país en sexto productor y cuarto exportador de soja del mundo, ha provocado una expulsión de comunidades indígenas y campesinas de sus tierras, al grado de que la agricultura tradicional, sello de identidad de la nación sudamericana, está al borde de la extinción. La tierra es la mayor fuente de riqueza del país, en manos de un puñado de latifundistas. Paradójicamente es en el campo donde se concentra la mayor pobreza.

Opiniones en favor y en contra genera el proyecto de Ley de Recursos Hídricos, más conocida como Ley de Aguas, que se retomó a los cuatro años en la Asamblea Nacional para su análisis.

Mientras asambleístas de Alianza PAIS, que son mayoría en la Asamblea, como Mauricio Proaño, que es vicepresidente de la Comisión de Soberanía Alimentaria de la Asamblea, defienden la tesis de que el Estado debe tener la rectoría de este recurso para garantizar el agua para todos, diferentes organizaciones sociales, en especial las indígenas, están en contra de esta propuesta y quieren que se incluyan cambios al borrador del proyecto.

Carlos Pérez Guartambel, presidente de la Ecuarunari, señaló que se debe escuchar las propuestas de las comunidades. Entre los puntos básicos que este dirigente propone están que se preserve las fuentes de agua liberando de minería todas las zonas hídricas, como Quimsacocha, Aguarongo, Río Blanco, Cóndor Mirador, entre otros territorios.

Chile es, a nivel mundial, uno de los más afectados por los fenómenos de desertificación. Son más de 48 millones de hectáreas, un 62,4% del territorio nacional, lo que afecta de forma directa a cerca de la mitad de la población.

Un estudio de la Comisión Nacional del Medio Ambiente, difundido con motivo del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación, destaca como principales causas de este fenómeno la deforestación registrada en tiempos históricos, los incendios forestales por el uso agropecuario y los efectos del cambio climático.

La erosión de los suelos es otra arista de los procesos de desertificación que alcanza a 36.895.000 hectáreas a nivel nacional, es decir, el 48,85% del territorio chileno.

Sin embargo, no existen políticas públicas para integrar a la agricultura familiar a las cadenas de valor del mercado, advirtió el Centro Peruano de Estudios Sociales ( CEPES ).

La agricultura familiar o pequeña agricultura, ubicada principalmente en el ande peruano, da empleo al 79% de la Población Económicamente Activa ( PEA ) del sector agropecuario, destacó Fernando Eguren, presidente del Centro Peruano de Estudios Sociales ( CEPES ).

El investigador explicó que más de 3 millones de agricultores trabajan en la pequeña agricultura, mientras que unos 160 mil o algo más del 4% de la PEA total agropecuario lo hace en la mediana y gran agricultura.

La Cámara Paraguaya de Exportadores de granos (Capeco) firmó este martes un convenio con la empresa estadounidense Monsanto para desarrollar nuevas variedades de semillas transgénicas de soya, maíz y otras que se adapten a la árida región del Chaco paraguayo.

La intención de Capeco, que representa a las principales empresas del sector, es "vencer las malas condiciones" del Gran Chaco, región que ocupa la mitad occidental de Paraguay, además de parte de Argentina y Bolivia, para expandir la frontera agrícola en esta zona, según dijo a Efe el presidente de la Cámara, José Berea.

Desarrollar nuevas variedades de semillas transgénicas para esa región permitiría sumar 2 millones de hectáreas cultivables a los 3,2 millones de hectáreas ya plantadas de soja en Paraguay, dijo Berea.