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Del 4 al 15 de junio, los países de todo el mundose reunirán en Bonn, Alemania, para celebrar una reunión de sesiones de negociaciones sobre el clima. A menos de un año de la fecha de cierre para la producción del primer "borrador" de lo que debería ser el texto de negociación de un acuerdo mundial sobre el clima, se presentó una perspectiva sobre lo que está en juego y los desafíos para la sociedad civil.

Durante más de dos décadas, los países negocian bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en Inglés), pero no ha habido un acuerdo efectivo para abordar la cuestión del cambio climático. Ahora, se espera que en diciembre de 2015, en la Conferencia de las Partes (COP), que se celebrará en París, los países completen y aprueben el texto de un acuerdo sobre el clima global. Sin embargo, este no entrará en vigencia sino hasta el 1 de enero de 2020.

El representante permanente de Bolivia ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Sacha Llorenti, confirmó que el país asumirá la presidencia en enero del grupo G77+China, que reúne a 133 países en vías de desarrollo.

Adelantó que la agenda del G77+China en 2014 se centrará en el cambio climático y del desarrollo sostenible. Explicó que Bolivia presidirá, además las reuniones preparatorias sobre el cambio climático.

“Los objetivos del desarrollo sostenible es otro tema importante que será una continuidad de los objetivos del desarrollo del milenio”, dijo el embajador de Bolivia ante la ONU.

Llorenti manifestó que Bolivia ha cumplido con varias metas de la agenda del milenio en términos de reducción de la pobreza y el agua. “Ese va ser otro debate clave, porque los objetivos del desarrollo del milenio sumados a la nueva agenda de desarrollo mundial serán debatidos en 2015”, comentó.

En el cuarto mes del año en el Observatorio de Tierra, Agronegocios y Derechos Humanos además resaltaron el reconocimiento oficial de que al maíz transgénico contamina al nativo y los controversiales índices de pobreza del gobierno de Horacio Cartes.

 Los últimos informes mensuales desde fines del año pasado hablaban de conflictos relacionados a la campaña sojera 2013/2014, como fumigaciones irregulares, resistencia de las comunidades campesinas, represión policial-fiscal-judicial para resguardar la producción de la oleaginosa y expulsión de familias agricultoras de sus tierras para expandir el modelo agroexportador.

Esta fue la primera cosecha sojera durante el gobierno de Horacio Cartes y su proyecto de rearticulación y avance neoliberal, y en contrapartida, excluyente con los sectores no empresarios.

La fuerte lluvia que cayó en la mañana de este viernes en la ciudad de Maringá, no impidió que se realicen los más de 40 talleres durante la XII  Jornada de Agroecología que se realiza desde el miércoles en Paraná, Brasil. Manejo de pollos criollos, café agroflorestal, producción de leche en el sistema PRV, control alternativo de plagas, cria  agroecológica de ovejas y cabras fueron algunos talleres que se realizan para cerca de 2500 participantes de la jornada.

“La idea de los  talleres es traer para el contexto de la jornada  las experiencias que ya están siendo realizadas en las áreas del asentamiento, de la agricultura familiar y campesina, y con eso hacer intercambio de experiencias y motivar para que nuevas experiencias sean realizadas, explica Lara Jaime, de la coordinación de la jornada.

Los talleres cubren desde cuestiones relacionadas  a lo agropecuario hasta la parte educacional y cultural. Al participar en el taller de  oficina de Defensa Naturales de Plagas en la agricultora, la campesina Marta Lúcia de Martins, del asentamiento Rosa Luxemburgo, en el municipio de Congonhinhas (PR), destacó los debates realizados durante la jornada como la parte práctica.

En la esquina del río Amazonas con la línea del Ecuador en el centro del mundo, los pueblos de la Pan-Amazonía se reunieron. Escuchen, ahora, nuestras voces.

Somos nosotros los guardianes de la floresta y de los ríos, diferentes pero con la voluntad de caminar juntos. Queremos convertir la Amazonía en la tierra sin malos tan soñada por nuestros abuelos y para esto tenemos nuestros corazones llenos de coraje y solidaridad.

La Amazonía es nuestro territorio. Nuestras comunidades indígenas, campesinos, quilombolas, ribereños y tradicionales deben tener sus tierras garantizadas, respetadas y protegidas contra los mega proyectos depredadores, destructores de la naturaleza y de la vida humana. Para esto, es esencial por parte nuestros países la adhesión, el respecto y cumplimiento de los tratados internacionales que establecen el Derecho a la Consulta Previa, Libre, Bien Informada y de Buena Fe, como la Convención169 de la Organización Internacional del Trabajo y la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas.