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La directora del Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF), Elva Terceros, informó el miércoles que se inició la capacitación a investigadores del país para la elaboración de proyectos en agricultura, que serán presentados al Fondo Regional de Tecnología Agropecuaria (FONTAGRO), para acceder a créditos de inversión para la región.

La capacitación se realiza en la estación experimental de la localidad de Toralapa, en la provincia Tiraque, a 71 kilómetros la ciudad de Cochabamba, explicó

"Con el apoyo del Instituto Interamericano de Cooperación para Agricultura es que estamos haciendo un curso para investigadores bolivianos de diferentes instituciones para poder elaborar proyectos que nos permitan postular y acceder a esos fondos", dijo a la ABI.

Argumentó que la capacitación se ejecuta tras una convocatoria lanzada por FONTAGRO en todos los países de Latinoamérica, sobre todo para los países más pobres, entre ellos Bolivia.

Los proyectos deben estar dirigidos a la pequeña agricultura, para hacer frente al cambio climático.

Precisó que el organismo multilateral tiene un fondo de alrededor 60 millones de dólares, aportado por 14 países latinoamericanos.

Explicó que las propuestas deben ser presentadas por los países y que buscan también los créditos Paraguay, Uruguay, Chile y Nicaragua.

"Entonces con ese fin se está haciendo un curso también acá teórico y práctico, para ganar esta convocatoria", agregó.

El Fondo Regional de Tecnología Agropecuaria es un consorcio que tiene como misión fomentar la competitividad, la gestión sustentable de los recursos naturales y la reducción de la pobreza en el sector rural de las Américas, a través del financiamiento de proyectos que ayuden a crear y diseminar información científica.

 

Las experiencias con transgénicos en el país comenzaron hace unos diez años y en 2003 se comercializó la primera cosecha de ese tipo con el aval del Gobierno. Desde entonces, los cultivos genéticamente modificados se han expandido a una velocidad sorprendente.

El año pasado Brasil plantó 21,4 millones de hectáreas con cultivos genéticamente modificados, lo que corresponde al 16 por ciento de la producción mundial de transgénicos, según el Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agrobiotecnológicas (Isaaa, por su sigla en inglés).

Con eso, Brasil se convirtió en el segundo país mayor cultivador de transgénicos en el mundo, por delante de Argentina, que tiene 21,3 millones de hectáreas. La clasificación la lidera Estados Unidos, con 64 millones de hectáreas.

Los índices del Isaaa indican que el 71% de la soja plantada en Brasil ya es transgénica, así como el 31% del maíz y el 16% del algodón, números que deben crecer en los próximos años, según dijeron a Efe especialistas del sector participantes en una feria agrícola en la ciudad de Não-Me-Toque, en el estado de Río Grande do Sul.

"La tendencia es que en poco tiempo toda la soja, el maíz y el algodón brasileños sean genéticamente modificados. También optaremos por el trigo transgénico cuando se apruebe su producción, a menos que el consumidor final exija lo contrario", afirma Gelson Melo de Lima, gerente de producción de la cooperativa agropecuaria Cotrijal, organizadora de la feria.

Según los agricultores, la falta de subsidios del Gobierno para el sector agrícola influyó en la rápida adopción de los cultivos genéticamente modificados desde su aprobación.

"Estados Unidos y Europa tienen buena parte de la producción subsidiada, lo que les permite cobrar más barato. Aquí no tenemos eso. Los productores incorporaron las nuevas tecnologías de forma acelerada porque vieron la oportunidad de bajar los costes y ganar más fuerza en el mercado", agrega Melo de Lima.

Según los expertos, los transgénicos son cada vez más aceptados en Brasil y hay estudios que comprueban la fiabilidad y seguridad de los alimentos genéticamente modificados.

El productor rural Ivo Urbano Richter argumenta que el uso de la biotecnología también ayuda a preservar el medio ambiente porque al usar semillas resistentes a larvas e insectos se reduce la necesidad de recurrir a venenos y otros productos químicos en las plantaciones.

"Con eso se contribuye a la recuperación de la biodiversidad de las zonas rurales y además se economiza agua y energía", afirma.

Por su parte, Marcelo Gravina, especialista del núcleo de biología molecular vegetal de la Universidad Federal de Río Grande do Sul, considera que la biotecnología también tiene ventajas para la salud.

"Brasil tiene hoy muchos problemas con alimentos contaminados por hongos, que entran cuando los insectos atacan las plantaciones", señala.

Gravina agrega que, "al cultivar maíz que reduzca la amenaza de los insectos, también se reduce la contaminación y la probabilidad de enfermedades en humanos".

Según este experto, los agricultores europeos son más reticentes que los americanos o los asiáticos a los cultivos transgénicos porque buena parte de su producción agrícola está subvencionada por los Gobiernos y porque tienen poca área disponible para cultivos.

Distintos especialistas participantes en la feria señalaron a Brasil como un país de vanguardia, junto a Estados Unidos, en cuanto a la investigación y aplicación de sistemas biotecnológicos.

"El cultivo de transgénicos crece en torno a ocho por ciento al año en el mundo y Brasil es uno de los países que tiene tasas superiores a esa", anota Gravina.

Como parte de esos avances, citó el desarrollo de la semilla de soja brasileña genéticamente modificada, cuya producción fue aprobada el año pasado y que en el futuro próximo desplazará de los campos a la usada actualmente, que es comprada a multinacionales de Estados Unidos.

 

La quinua fue declarada como producto estratégico para "la seguridad y soberanía alimentaria" regional por un congreso mundial que sobre ese cereal originario de los Andes, que se realiza en Bolivia con la presencia de un centenar científicos, productores y comercializadores de 12 países.

El congreso se celebra en Oruro, a 220 kilómetros al sur de La Paz, con la ponencia de 160 trabajos de investigación científica.

Estos trabajos valorizan la importancia del cereal y proponen aumentar su consumo y la producción del cereal, conocido por su alto valor nutricional.

Según la Organización Mundial de la Salud, la quinua tiene 50 por ciento más de proteína que otros granos y es tan completa como la de la leche.

Los especialistas afirman que la quinua es rica en hierro, potasio, riboflavina, en vitaminas del complejo B, magnesio, zinc y cobre.

En el congreso que concluirá el viernes participan representantes de Argentina, Colombia, Chile, Ecuador, Perú, Alemania, Dinamarca, Francia, Pakistán, Polonia y España.

"Este congreso muestra que la América andina hizo una enorme contribución a la cultura y alimentación del planeta. De aquí salieron el maíz, las papas, los frijoles y ahora estos granos como la quinua, el amaranto y el tarwin", destacó el investigador ecuatoriano Miguel Peralta.

Un estudio de la Universidad de Arizona con Carbono 14 de granos de quinua encontrados en una vasija junto a una tumba aymara en el Altiplano andino, reveló que tienen una antigüedad de entre 1310 y 1450 años antes de Cristo.

La quinua se produce también en países vecinos, pero "no hay otro lugar en el mundo donde pueda dar la quinua real. En Bolivia intentamos producirla en La Paz, pero en la segunda cosecha pierde cualidades", según el agrónomo Aquilino Copa.

La quinua real tiene certificado de denominación de origen desde el 2009 y el gobierno tramita homologar esa variedad en la Comunidad Andina de Naciones y en la Unión Europea.

"Hay que promocionar a Bolivia como único productor de la quinua real", explicó Martin López, director de Promueve Bolivia.

José Lobo Gómez, de la Universidad Nacional de Catamarca, dijo que "Argentina está comenzando a dar sus primeros pasos" por lo que busca cooperación con institutos bolivianos de investigación para desarrollar los cultivos en su región.
"Bolivia es un referente para nosotros, interesante e importante, que busca recatar y consolidar estos productos milenarios", declaró Vicente Chauvín Hidalgo, presidente de la empresa ecuatoriana de alimentos fortificados Fortesan.

Pero Bolivia consume sólo el 10 por ciento de su producción y exporta el resto porque según la ministra de desarrollo rural, Nemesia Achacollo, "cambiamos nuestra alimentación por comida chatarra.

En lugar de quinua consumimos fideo, en lugar de  productos naturales preferimos Coca Cola". 

La funcionaria pidió en el congreso que se analice también el problema del consumo y que se busque mecanismos para destinar parte de la producción a sectores de salud y educación.

El gobierno de Japón anunció que respaldará el proyecto "Promoción al Desarrollo Rural en el Altiplano Central de Bolivia", que incluye la atención a los municipios de Patacamaya, San Pedro de Carahuara y Umala.

Según el embajador de Tokio en La Paz, Kazuo Tanaka, ese plan prevé la construcción de canales de riego y el apoyo a la producción de hortalizas,

Tanaka explicó que la región altiplánica de la nación suramericana se caracteriza por altos y permanentes riesgos climatológicos que amenazan la producción agropecuaria, base de la economía local, necesitada de recursos hídricos.

El proyecto incluye además una estrategia para combatir sequías, heladas y granizadas, con la prioridad resguardar la seguridad alimentaria, precisó.

Por su parte, el prefecto de La Paz, Pablo Ramos, dijo que la cooperación que Japón brinda a Bolivia, en especial a las provincias que sufren los embates climáticos, es fundamental para continuar con el trabajo sostenible en la región.

Al menos 20 países de América, Europa y Asia participarán en el Tercer Congreso Mundial de la Quinua, que se desarrollará en las ciudades bolivianas de Oruro y Potosí del 16 al 19 de marzo, informó el gobierno boliviano.

Nemecia Achacollo, ministra de Desarrollo Rural, anticipó que en el evento se presentarán más de 130 artículos científicos para el desarrollo de subproductos que validarán el Plan Nacional de la Quinua que tiene el Gobierno.

Bolivia es el primer productor y exportador de quinua real orgánica en América Latina hacia Estados Unidos, Europa y Asia, con una superficie cultivada de más de 50.000 hectáreas y una producción estimada de más de 30.000 toneladas anuales provenientes de los tres departamentos productores de quinua; Potosí, Oruro y La Paz.

"Son varios países los que participarán, vienen muchas organizaciones y científicos que han hecho estudios en este tema. Este es un producto que tiene un mercado internacional, entonces quisiéramos viabilizar la importancia de este producto internacionalmente", afirmó la ministra.

El evento es organizado por el Consejo Nacional de Comercializadores y Productores de Quinua y auspiciado por el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras.

Ya se ha confirmado la presencia de representantes e investigadores de Argentina, Bolivia, Chile, Francia, Italia, Colombia, Dinamarca, Ecuador, España, Pakistán, Perú, Polonia y Estados Unidos
La prioridad del evento es dar a conocer las potencialidades alimenticias de la quinua e incentivar a su cultivo, implementando programas de desarrollo y producción en los departamentos donde se cultiva el cereal.

La quinua real es un producto natural de Bolivia, cultivada en el altiplano boliviano desde la época de los Incas, es de tipo quinopodíacea pseudo cereal, que produce una semilla comestible pequeña de 2.63 mm. De diámetro, grano redondo semiaplanado de color blanco amarillento.

La quinua posee cualidades superiores a los cereales y gramíneas. Se caracteriza más que por la cantidad, por la calidad de sus proteínas. Tanbién posee mayor contenido de minerales que los cereales y gramíneas, tales como fósforo, potasio, magnesio, calcio, entre otros.