Movimiento Regional por la tierra y el Territorio: Productoras de Coniri
El día 30 de octubre, mujeres de diversas instituciones y organizaciones participaron del Conversatorio “Desafíos y oportunidades para el empoderamiento de las mujeres y niñas rurales hacia el logro de igualdad de género” organizado por el Comité Interagencial de Asuntos de Género (CIAG).
Si bien muchas veces se asume a las mujeres rurales como un homogéneo, como resalta Claudia Brito, oficial de género de la FAO para América Latina y el Caribe, en la realidad se trata de una diversidad, que responde a realidades y procesos complejos y variados, que condicionan las construcciones sociales, económicas, culturales, históricas y territoriales particulares del ser mujer. Sin embargo existen condiciones y experiencias compartidas que permite abordar a las mujeres rurales.
Entre estos puntos compartidos las distintas exposiciones reiteraron algunos elementos comunes que reflejan un contexto en el que persisten las jerarquías y diferentes valoraciones entre las actividades realizadas por ellas y sus pares varones. Esta desvalorización se refiere principalmente a las actividades reproductivas del hogar, en tanto no generan valores de cambio, pero que sin embrago son vitales para la reproducción misma de la unidad familiar y de los miembros de ésta.
Por otro lado, se menciona de manera reiterada, la violencia familiar y pública, las brechas aún presentes en el acceso a la educación y el acoso que recae en las mujeres que asumen cargos de representación política y orgánica, que queda reflejado en las palabras de Saavedra, ex concejala del municipio de San Pedro de Buena Vista (Norte de Potosí), “ser autoridad es como un delito (…) es estar (expuesta al) chantaje, persecución y peleas”
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A pesar de estas persistencias, la otra faceta compartida por las mujeres, principalmente desde la voz propia de las actoras rurales presentes en el conversatorio, habla de los avances logrados en el fortalecimiento de su participación en espacios de toma de decisiones, principalmente dentro de las organizaciones productivas. Como refieren, cada vez son más las mujeres que asumen un rol activo y principal, dejando atrás la invisibilización en los distintos procesos productivos y económicos, que por lo general calificaba sus actividades como “ayuda”.
De igual forma resaltaron el fortalecimiento de su capacidad de liderazgo y la importancia de las capacitaciones en herramientas de gestión comercial y comercialización, lo cual desde las mujeres, queda reflejado en lo que Saavedra menciona, “ayuda a perder el miedo, que es de los peores enemigos que tenemos” y que si bien, desde la experiencia de las productoras, tiene también la capacidad de articulación política de las mujeres, las resistencias por parte de los varones en su incorporación en estos ámbitos, son menores.
Otro eje central de la discusión se enfocó en la importancia del acceso de mujeres a distintos activos, entre ellos, agua, tierra, servicios financieros, etc. Entre estos activos, como enfatiza Brito, acceder a la titularidad de la tierra es un elemento central. En este sentido, señala que a partir de la revisión de los datos, Bolivia estaría liderando la región, en tanto un 48% de la titularidad de tierras beneficia a las mujeres tras la figura de la co-titularidad.
Como menciona, este dato debe ser analizado en mayor profundidad y complejidad, considerando factores como el derecho a la herencia por parte de las mujeres, el acceso a buenas tierras, las decisiones efectivas de usufructo y otros. Asimismo se resalta la importancia de fortalecer el acceso a la propiedad de las tierras desde el seguimiento y/o exigencia de reformas legales, como también de mecanismos operativos que acompañen la concretización de estos procesos, que más que ser la concesión de un derecho para las mujeres rurales, pasa por ser un proceso reconocimiento y valoración del lugar central que ellas ocupan en las luchas por la tierra y el territorio.
