El nuevo Informe 2020 Acceso a la tierra y territorio en Sudamérica inició su elaboración en diez países de Sudamérica, y será una edición que aborde transversalmente, las implicancias del COVID-19 en los territorios y para las poblaciones rurales.
Son varias las plataformas institucionales que colaboran con este trabajo regional, colectivo y colaborativo, y destacamos el perfil de las y los compañeros que asumen la tarea de elaborar los capítulos por cada país. Trabajamos con personas comprometidas con las reivindicaciones campesinas e indígenas y las luchas por la tierra.
La sexta versión de este Informe Anual, supone un desafío particular a la metodología perfilada, que induce a realizar una fotografía instantánea al pasado inmediato -el año 2020-, y que coincide con el inédito suceso de la pandemia global del COVID-19. El nuevo corononavirus se ha propagado por todo el mundo y pocos Estados, han logrado “controlar” el nivel de contagios, gestionar la atención médica y atender la necesidad de abastecimiento de alimentos. Una de las políticas más comunes en la mayoría de los países fue el confinamiento por cuarentena, y aún así, en la región sudamericana, se han inscrito en la memoria colectiva, imágenes de desesperación y colapso de los servicios sociales, así como, imágenes y testimonios de auto-cuidado, resistencia y resiliencia ante la diversidad de crisis, que se cristalizaron en la emergencia mundial.
Para esta versión, nuevamente contaremos con la contribución de Juan Wahren, Gisela Hadad y Tomás Palmisano del Grupo de Estudios Rurales y Grupo de Estudios de los Movimientos Sociales de América Latina (Ger-Gemsal), de la Universidad de Buenos Aires Argentina; Javier Medina de la Línea Movimientos Sociales, Tierra y Territorio del Centro de Investigación y Educación Popular – CINEP/Programa de Paz de Colombia; Rodrigo Faúndez y Catalina Huerta de la Universidad del Bio Bio y MODATIMA de Chile, Luís Rojas e Inés Franceschelli del Centro de Estudios Heñoi del Paraguay; Pablo Díaz del Observatorio de Política de tierra, Núcleo de Estudios Rurales del Centro Universitario Regional, Sede Tacuarembó de la Universidad de la República del Uruguay; y, Manuel Gómez de Acción Campesina de Venezuela.
Además, sumamos al colectivo sudamericano de autoras y autores del Informe Anual, a Juan Pablo Marca y Elba Flores, investigadores del Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social – CEJIS de Bolivia; Jorge Ramón Montenegro de la Universidade Federal do Paraná del Brasil; a investigadores del Proyecto EQUITERRA (CESA-AVSF-FEPP-SIPAE) de Ecuador; y en Perú, investigadores de GRUFIDES.
Al menos 20 investigadores de la región sudamericana, durante tres meses, elaboraremos los capítulos e información relevante al año 2020, respecto al acceso a la tierra, la defensa territorial y las repercusiones de la pandemia del COVID-19, en la población rural de la región. El objetivo general del Informe es proporcionar información e insumos para realizar análisis comparativos de la dinámica actual del acceso a la tierra y territorio en los países sudamericanos, y a la vez, estimular renovadores procesos de diálogo e incidencia en favor de la población campesina, indígena y afro descendiente de la región. A su vez, los objetivos específicos son a) sistematizar la información disponible que de cuenta de distintos procesos en curso sobre el acceso a la tierra y el territorio; b) visualizar la acción de los principales sujetos, sus propuestas y acciones respecto al acceso a la tierra y territorio en la región; y c) disponer de información institucional oficial, organizacional, y otras, e identificar las principales fuentes secundarias producidas e información disponible respecto al tema; d) proporcionar información relevante para comprender el impacto del COVID-19 en los ámbitos rurales.
Agradecemos a las personas, equipos, instituciones y colectivos mencionados por su compromiso y su disposición a mostrar la importancia del acceso a la tierra y territorio para las organizaciones campesinas, pueblos indígenas y comunidades afrodescendientes en la región. La fluidez del tiempo, año tras año, nos muestra que esta labor es fundamental para hacer frente a la crisis climática y la dinámica de los poderes dominantes que acechan y ponen en riesgo los recursos naturales, la organicidad de lo social, las comunidades humanas y sus políticas de autogobierno y cuidado de la vida.