Dos mujeres rurales participaron del conversatorio online que, desde Sudamérica Rural – IPDRS, organizamos el pasado martes 24 de noviembre en el marco del día 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Nuestro curso virtual sobre Derechos Campesinos está a punto de terminar y no queríamos dejar de tener la oportunidad de poner en el debate un tema tan importante e invisibilizado e invisible en las zonas rurales.
La solidaridad en intercambio entre el campo y la ciudad.
Dora María Chamorro González, colombiana, Directora de Ecofeminisarte CultiPaz, dinamizadora de la experiencia social de mercados agroecológicos campesinos de Comuna en Cali, es una mujer activista y feminista que hace parte del movimiento social de mujeres a nivel local, regional, nacional e internacional.
Diez años de proceso político con mujeres en su ciudad le llevó a crear una red para trabajar los temas económicos de las mujeres rurales. “Nos toca aprender a conocer las distintas simulaciones de las mujeres”, comenta risueña y concisa.
Algunos de los impedimentos principales que Dora observa en la relación campo – ciudad reside en dos elementos: la comunicación y la conectividad (el transporte). Para Dora, la figura del intermediario debería dejar de existir. Con la creación de una organización llamada CROA, un equipo de trabajo se configuró junto a un estudio de investigación pensando modos de comercialización propia para romper con el intermediario.
La propuesta se llevó a cabo en Cali (Colombia), con la defensa de los derechos de las mujeres como bandera; los derechos que tejen una lucha desde hace siglos. Ellas son las que cultivan los saberes tradicionales desde una dimensión política plasmada en los Consejos Rurales donde pueden alzar la voz. Lo innovador de la iniciativa se reconoce en el mismo momento que la Agroecología se posiciona en la ciudad, se crean unos mercados comunitarios desde el arte expandiéndose a 14 lugares de la ciudad.
Para Dora, la relación campo ciudad se configura como un “espacio donde nos liberamos todas de muchas cosas”; en definitiva, un aprendizaje de los valores de la vida en el campo transitando hacia un mundo distinto donde el campesinado no está asociado a la miseria ni a la lástima, sino desde una mirada más amplia.
Las luchas desde el territorio: el cuerpo como territorio
Adriana Mezadri es campesina, militante del Movimiento de Mujeres Campesinas, licenciada en Educación y Ciencias de la Naturaleza y perteneciente a la coordinación de la Articulación de Mujeres en Sudamérica en CLOC/ la Vía campesina.
En el centro de la reflexión compartida, identifica la existencia de la violencia patrimonial y de cómo las mujeres producen los alimentos pero, sin embargo, los recursos van al hombre; en el caso de las herencias las mujeres no tienen acceso al uso de dichos recursos. Teniendo en cuenta otro tipo de violencias como la doméstica y la física, se insiste en la forma en que ya vienen naturalizadas este tipo de violencias. Para Adriana, el poder de la organización en la lucha por el territorio con una producción sostenible de alimentos respetando los derechos básicos de las mujeres permitirá una vida sin violencia.
Como retos centrales, la compañera brasileña, reflexiona en cómo romper el silencio de diferentes formas de violencia contribuirá a la creación de una solidaridad de las campesinas con las mujeres trabajadoras de la ciudad.
Si quieren ver el conversatorio, pueden consultar nuestra página de facebook y compartir todas las veces que deseen.
La Declaración de los Derechos Campesinos, la violencia y resistencias de las mujeres en el campo: https://www.facebook.com/IPDRS/videos/2841307089526994