El Grupo Regional de Género y Extractivas demanda a los gobiernos del mundo el reconocimiento pleno de sus derechos ante las amenazas de sus territorios por el avance y la emergencia sanitaria del Covid-19.
Durante el Primer Encuentro del Grupo Regional de Género y Extractivas, las defensoras de la tierra y el medio ambiente de América Latina y el Caribe, alertaron sobre los impactos de las actividades extractivas en sus países y la criminalización que sufren por defender sus territorios.
Delfina Catip, participante de Perú en representación del Programa Mujer de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep)
En un pronunciamiento dirigido a la comunidad internacional manifestaron que los gobiernos continúan asumiendo el extractivismo como la mejor opción para el crecimiento económico. Razón por la cual permiten las operaciones de esas actividades a expensas de afectar sus pueblos.
Donde nosotras vemos montañas, ellos ven oro y minerales valiosos; donde vemos milpas o chacras, ellos ven petróleo o presas.
"Donde nosotras vemos montañas, ellos ven oro y minerales valiosos; donde vemos milpas o chacras, ellos ven petróleo o presas; donde sentimos el sol y el viento, ellos ven negocios de energía eléctrica; en nuestros ríos, lagos y bosques, ellos ven ganancias", dice el pronunciamiento.
Los impactos de la extracción intensiva no sólo se hacen evidentes en los territorios con largas sequías, lluvias torrenciales que producen inundaciones y continuos incendios forestales; también se evidencias en la afectación a la salud y la vida.
Un grupo de las delegadas participantes
En este sentido, las defensoras del Grupo Regional de Género y Extractivas, demandan y exigen a los Estados, empresas, instituciones financieras y a la sociedad en su conjunto 14 puntos importantes:
- Cesar la promoción y operación de actividades extractivas.
- Incorporar la perspectiva de género en todas las medidas de prevención.
- Garantizar la participación y representación de las mujeres en los espacios de toma de decisión.
- Detener la criminalización, hostigamiento y todas las formas de violencia que se ejercen contra las personas defensoras de la tierra.
- Garantizar la prestación de servicios con pertinencia cultural, particularmente en aquellas áreas donde habitan pueblos originarios.
- Proteger de forma integral los territorios ancestrales, colectivos y los bienes comunes (agua, viento, subsuelo).
- Respetar las formas comunitarias de los pueblos en la gobernanza y toma de decisiones sobre los bienes comunes.
- Reconocer el valor y la contribución económica, política y social del trabajo de las mujeres, visibilizando las múltiples labores.
- Visibilizar y fomentar iniciativas económicas lideradas por mujeres.
- Diseñar, planificar, implementar y monitorear los planes y programas para enfrentar o adaptarse al cambio climático.
- Reconocer como instrumentos de gestión los planes de vida de las comunidades que incluyan las propuestas y necesidades de las mujeres.
- Garantizar el acceso a la información y fiscalizar a las instituciones que operan y ejecutan políticas de salud pública.
- Visibilizar y difundir las iniciativas y buenas prácticas a nivel local, nacional e internacional.
- Garantizar y fiscalizar la implementación efectiva de instrumentos internacionales que respaldan nuestra lucha como defensoras del ambiente.
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A continuación lea el pronunciamiento completo: