Constantes en su búsqueda de la ivi imaraä (la tierra sin mal), los guaraníes se asentaron en la región de la cordillera mucho antes de la llegada de los españoles a estas tierras hoy conocidas como el Chaco Boliviano. Su lucha por la libertad comenzó cuando en la colonia y la república sus territorios fueron invadidos y ocupados por la fuerza.
Su historia conservada por la tradición oral y por su estrecho vínculo con la naturaleza, narra como la Nación Guaraní sufrió a través de los tiempos el impacto de distintos regímenes políticos, militares y civiles, además de la Guerra del Chaco y la Revolución de 1952, años en los que fueron despojados de sus tierras.
Luego de varias décadas de lucha y sufrimiento, en 2009 los guaraníes de Charagua (Santa Cruz) lograron consolidarse como la primera entidad territorial con autonomía en Bolivia, y por fin en 2017 eligieron a su propio Gobierno Autónomo Indígena Originario Campesino (GAIOC) con el anhelo de lograr el yaiko kavi paven (vivir bien).
Para ello fue necesaria la reestructuración de la entidad municipal y la consolidación de un nuevo estatuto que brinde lineamientos a la nueva forma de gobierno que implica la participación plena de todos los habitantes de esta región para la toma de decisiones y gestión de proyectos.
Autonomía para la toma conjunta de decisiones
Walter Mosa, director de planificación del GAIOC en Charagua Norte explica que la nueva forma de administración pública que se implementa a través de la autonomía reemplaza al antes llamado municipio.
“En Charagua ya no hay municipio hay una autonomía que rige a partir del 2017 eso ha hecho que se modifiquen las estructuras del municipio y que las organizaciones sociales sean las que tomen los destinos de su planificación estratégica. Antes quién tenía el poder de decisión era el alcalde hoy quienes tienen la última palabra son las organizaciones sociales a través de su asamblea”, explica Mosa.
Toda esta reestructuración implica, aún hoy en día, un desafío para el pueblo guaraní, que luego de lograr la recuperación de su territorio y consolidar su autonomía, comenzó a implementar planes de gestión territorial que tienen que ver con el impulso de proyectos productivos.
Néstor Cuellar, director regional del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA Cordillera), explica que esta institución acompaña este proceso desde hace varios años, y ha contribuido en la búsqueda de instrumentos de planificación que permitan hacer una buena gestión territorial.
“La autonomía ha abierto las puertas a las bases, porque este tipo de gobierno se construye desde las bases, se han abierto las puertas para que puedan tener una mayor participación, logrando un control social efectivo dónde las bases pueden saber dónde están los recursos, en qué se gastan; ellos son participes activos de las contrataciones, de las rendiciones de cuentas de todos estos mecanismos que se tienen a nivel de entidad pública”, explica Cuellar.
Refiere que los beneficios que conlleva el GAIOC han significado una gran avance no solo para las comunidades indígenas, sino también para los centros urbanos, ya que se han creado instrumentos y mecanismos que garantizan la participación de las bases y la construcción de un modo de vida que se materializa en la efectividad de la gestión de la tierra mediante proyectos productivos que benefician al conjunto.
“La efectividad de la gestión territorial se materializa en todos estos proyectos, en la construcción de un hospital, en la educación de los niños, en el tema de producción, es ahí donde se ve esta autonomía y que palpan día a día los vivientes de Charagua Iyambae”, afirma Cuellar.
El GAIOC cuenta con 46 autoridades indígenas y está estructurado en tres estamentos: el Ñemboati Reta (Órgano de Decisión Colectiva), el Mborokuai Simbika Iyapoa (Órgano Legislativo) y el Tëtarembiokuai Reta (Órgano Ejecutivo); instancias en las cuáles se respeta a cabalidad la paridad de género.
Proyectos productivos para la gestión de territorio
Iyambae significa en guaraní “ser libre, sin dueño”, y para los guaraníes de Charagua, representa a la autonomía por la que lucharon a través de los años y que hoy permite que muchos anhelos se cumplan a través de la implementación de proyectos productivos que contribuyen a la gestión de la tierra de una forma amigable con la naturaleza.
Rider Corehuari Moreno, responsable de desarrollo humano del GAIOC de la zona Parapitigüazu, explica que todavía existen desafíos muy grandes, sobre todo respecto a la consolidación de normas y la sostenibilidad productiva, en función a las demandas y necesidades de la población.
“Nosotros tenemos un presupuesto para apoyar todo tipo de iniciativas productivas de las comunidades de nuestra zona. Lo que hacemos nosotros es recoger las demandas que ya tienen las bases, las zonas, las comunidades, y las transformamos en ejecución de recursos económicos, pero esto es un gran desafío”.
Sin embargo estas gestiones han tenido resultados exitosos que se plasman en proyectos ganaderos con manejo, amigables con el medio ambiente; sistemas agroforestales que tienen plantaciones diversificadas y que permiten a las familias tener alimento disponible así como para la venta.
También se han elaborado sistemas de riego, atajados y otros para aprovechar el agua de manera eficiente. Esto permite que los sistemas productivos sean resilientes al cambio climático.
“Podemos decir que este tipo de emprendimientos ayuda no solamente al sustento de los comunarios sino también a lo que es el cuidado del medio ambiente porque al ser proyectos que se manejan en convivencia con la naturaleza, ya que es nuestra filosofía como Nación Guaraní tener una sana convivencia con la naturaleza, logramos que estos proyectos sean manejables, sean sustentables y factibles a lo largo del tiempo”, explica Corehuari.