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Memorias sobre la resistencia Mapuche y la violencia estatal

 

 

 

 

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Un día como hoy, hace seis meses, un joven mapuche fue asesinado con un disparo en su espalda, durante un operativo de desalojo realizado por la Prefectura Naval en Bariloche, Argentina. Según la versión oficial, Rafael Nahuel falleció en un enfrentamiento, sin embargo, no existen elementos que permitan comprobar esta afirmación. En septiembre del año 2017, el Lof (comunidad) Lakfen Winkul Mapu se estableció cerca a Villa Mascardi, zona integrante del Parque Nacional Nahiel Huapi, como parte de la recuperación territorial que desarrolla el pueblo Mapuche desde la década de los noventa. Bajo el argumento de que esa “ocupación ilegal” afectaba a un bien público perteneciente al Estado Nacional, la Prefectura ejerció una serie de acciones violentas en contra de este lof mapuche, velando por intereses relacionados más con la megaminería que con la protección de tal parque nacional.

El mismo día en que falleció Rafael Nahuel, Santiago Maldonado, artesano nacido en Buenos Aires y establecido en una ciudad patagónica cercana a Bariloche, era velado por su familia tras ser encontrado muerto en el río Chubut después 78 días de estar desaparecido. La última vez que Santiago fue visto, la Gendarmería Nacional realizaba el desalojo de una de las protestas mapuche que bloqueaban una ruta en la Patagonia argentina, demandando el respeto al Pu lof en Resistencia, instalado el año 2015 en Chubut, dentro de una zona en la que opera la Compañía de Tierras Sub Argentina, propiedad del Grupo Benetton que cuenta con alrededor de 900 000 hectáreas de tierra en todo Argentina.   

Ambos casos irresueltos, expresan la alianza estatal con el capital transnacional y la normalización de una violencia sistemática ejercida hacia el pueblo Mapuche y hacia los sectores solidarizados con esta lucha. Por otra parte, tanto en Argentina como en Chile, la criminalización de los mapuches ha sido construida para encubrir la incoherencia de los argumentos oficiales sobre estos crímenes de Estado, los mecanismos empleados para el desalojo de diversos lof y el racismo imperante desde el cual se ejerce una violencia injustificable hacia todo el pueblo Mapuche, incluidos niños y autoridades espirituales, sin reparo alguno.

En marzo del año 2001, el Lof Yeupeko inició un proceso de recuperación territorial en una zona perteneciente a la familia de terratenientes Luchsinger. Las tensiones experimentadas con la familia Luschinger, estuvieron caracterizadas por una serie de ataques violentos y torturas por parte de carabineros al servicio de los terratenientes. En el año 2013, durante un incendio, murieron el empresario Werner Luchsinger y su esposa Vivianne Mackay. Bajo la Ley Antiterrorista, el machi Celestino Córdova, autoridad espiritual del Lof Yeupeko, fue condenado a 18 años de cárcel por la muerte de esta pareja, sin contar con las necesarias pruebas para este veredicto.

Hace aproximadamente un mes, el machi Celestino anunció la suspensión de una huelga de hambre que desarrolló por más de cien días para denunciar la persecución y violencia estatal contra el pueblo Mapuche, debido a que su salud se encontraba en una situación alarmante. El campamento autoconvocado para acompañar al machi durante su huelga, fue establecido fuera de la cárcel de Temuco y posteriormente, trasladado a las afueras del Hospital Intercultural de Nueva Imperial cuando la salud del machi comenzó a deteriorarse seriamente. Actualmente, el pueblo Mapuche convoca a diversas movilizaciones para defender a su autoridad espiritual y exigir la petición del machi Celestino por renovar su rewe (altar) en su lof como un acto para “remediar su espiritualidad y conexión con su Wallmapu”.   

Aunque el pueblo mapuche experimentó una sistemática política de despojo territorial, al igual que otros pueblos indígenas de América tras la conquista española, gozó de un período de autonomía durante casi tres siglos hasta las primeras décadas de la formación de los Estados latinoamericanos. La autonomía pre-estatal con la que contó el pueblo Mapuche es la que, actualmente, inspira a diversos lof Mapuche a continuar su milenaria resistencia en la búsqueda por su autodeterminación.

El Lof Temulemu , cuyo territorio fue usurpado por el recién nacido Estado chileno durante el siglo XIX, logró recuperar 800 hectáreas de tierra el año 2011, tras quince años de lucha. Vale mencionar que esta recuperación fue posible debido a la presión del pueblo Mapuche al Estado chileno, que finalmente accedió a la compra de tierras a la empresa Mininca y otras forestales, por parte de CONADI (Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, conocida por los mapuches como la “ConNadie” debido a su proceder dudoso en beneficio de las comunidades indígenas). Este caso expresa cómo los intereses empresariales transnacionales son una prioridad estatal, aún cuando finalmente el Lof Temulemu alcanzó la legitimidad de su recuperación territorial. Por otro lado, el hecho de que tanto Argentina como Chile hayan ratificado el Convenio 169 de la OIT apenas en las últimas décadas (Argentina: 2000, Chile: 2008), sugieren un posicionamiento estatal según el cual los pueblos indígenas comienzan a ser "incluídos" en los proyectos nacionales, desconociendo la historia larga del territorio que hoy ocupan.    

La resistencia mapuche ha desatado el fortalecimiento de su sistema de organización, su ritualidad y su lengua mapudungún, algunos de los elementos que acompañan la restitución del territorio Mapuche. La sociedad mapuche prehispánica se articulaba en estructuras orgánicas amplias a partir de la alianza territorial entre varios lof.  El lof, unidad básica de la organización territorial y política, vincula mapu (totalidad que abarca todas las dimensiones de existencia del universo) con su che (gente). Cada lof, conformado por un grupo de cuatro a nueve familias nucleares, es guiado por un lonko (cabeza). A partir de la alianza territorial de varios lof se conformaba un rewe, altar sagrado, donde se desarrollaban reuniones y ceremonias importantes para la reproducción de la vida mapuche. Una estructura aún más amplia, se daba a través del ayllarewe, que abarcaba nueve rewes, o el futalmapu (tierra grande) que abarcaba varios ayllarewes, constituyendo el territorio mapuche total. Por ello, cuando el machi Celestino demanda la visita a su rewe, demanda la posibilidad de equilibrar espiritual y organizativamente su propia salud, la de su lof y la de todo el pueblo Mapuche, que experimenta continuamente una violencia sistemática por parte de los Estados contemporáneos.

Fuentes:

Viera Bravo, Patricia (2015). “La reconstrucción del lof tradicional Mapuche como alternativa contrahegemónica de organización social y productiva” en INTERESPAÇO Revista de Geogragía e Interdisciplinaridade. Vol1

http://www.resumenlatinoamericano.org/2018/04/12/chile-mapuche-jorge-guzman-abogado-del-machi-celestino-cordova-su-estado-de-salud-es-critico/

https://www.eldia.com/nota/2018-2-26-21-59-0-marcha-en-bariloche-a-tres-meses-de-la-muerte-de-rafael-nahuel-informacion-general