Iniciamos esta serie de conversaciones con Esteban Daza, director del Instituto de Estudios Ecuatorianos y el Observatorio del Cambio Rural, institución aliada a la iniciativa del Movimiento Regional por la Tierra y Territorio, que intentan abordar una perspectiva constructiva sobre el impacto de la pandemia global del COVID-19 en las poblaciones rurales de Sudamérica.
Daza marcó un contexto donde el desarrollo del capitalismo determina una situación de desventaja para los sectores rurales, y a la vez, subordina la naturaleza al capital financiero e industrial. Además, las economías nacionales sufren crisis por la dependencia a monocultivos industriales abocados a la exportación, que subordinan a los pequeños productores, campesinos e indígenas.
El contexto particular del Ecuador son los meses posteriores, al levantamiento popular, los recursos se volcaron a las instituciones de la fuerza pública y se dejaron de lado la política social, sobre todo se nota el debilitamiento del sistema de salud público.
Familias campesinas del pueblo serrano de Colta envían ramas de eucalipto,
plantas medicinales y productos alimenticios la provincia del Guayas.
Los datos que entrega el gobierno sobre la cantidad de casos confirmados y sospechosos, no tienen credibilidad en la población. Las imágenes que circulan sobre la situación en Guayaquil con los cuerpos de los fallecidos, dejan muchas dudas sobre el cómo se está manejando la crisis. Las medidas asumidas, toques de queda y control, instalan el miedo en las poblaciones urbanas y rurales.
Ecuador es un país singularmente conectado con Europa, principalmente, España e Italia, por la alta tasa de migración a estos destinos, que hoy son los centros neurálgicos del COVID-19. Se ha generado una controversia respecto al caso cero. ¿Quién importó el virus de Europa? Si bien podrían haber sido los sectores económicamente pudientes, por sus viajes al exterior, Daza advierte que se traspasa la culpa a sectores populares, mostrándolos como focos infecciosos, y se despliega una narrativa de clases populares como irresponsables e inconscientes, para justificar el despliegue militar.
La estrategia del gobierno central para enfrentar la crisis sanitaria, fue consolidar una serie de alianzas con el sector privado, en temas de trabajo, alimentos y salud, que en definitiva no favorecen ni a las clases trabajadoras, ni a los sectores con menos recursos, como sería el campesinado y su desvalorado aporte al sistema agroalimentario.
En el sector rural, como en el resto de la sociedad, el miedo se ha impuesto. Buena parte de la población rural, según Daza, serían adultos mayores, que teman salir de sus casos y hacia las ciudades por temor a contagiarse y toparse con el colapso del sistema de salud. En varios sectores rurales, se han generado estrategias de comercialización, en ferias y otras vías para hacer llegar canastas de abastecimiento familiar. El virus ha querido destruir las solidaridades pero las economías comunitarias han sabido siempre sobrellevar este tipo de crisis hace mucho tiempo.
Si bien los jóvenes están regresando al campo, por la necesidad de resguardarse, no se tiene la garantía de que ellos continúen con la producción de alimentos. Si ellos se ven en aprietos, la única opción posible, será vender la tierra. El campo, luego de la crisis política y la crisis que el neoliberalismo imprime en la subordinación laboral y al modelo del agronegocio, está muy golpeado, afirma Daza.
En las comunidades rurales, la solidaridad se organiza de forma interesante, los adultos mayores están encerrados, hay una persona delegada que les deja los alimentos, casa por casa, sin tener contacto con ellos. Hay una especie de distribución de saberes, un compartir, sobre qué agua de hierbas les puede ayudar a combatir la fiebre, gripe, tos, emergen estos saberes más ancestrales, con la poca hierba medicinal que tienen. Tras conversaciones con diferentes compañeras y compañeros del campo, Daza explica que incluso una llamada de teléfono les brinda aliento, saber que afuera la gente les está esperando y está pendiente de ellos, refuerza el lazo campo-ciudad, y ayuda a sobrellevar el aislamiento impuesto ante esta crisis.
Reviva la transmisión en vivo de esta Conversación: https://www.facebook.com/MovTierraTerritorio/videos/234524777665288