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Foro Nacional plantea los temas prioritarios para el desarrollo rural

 

 

 

 

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La mañana del miércoles 15 de agosto, se instauró un Foro Nacional de Desarrollo Rural en Bolivia, organizado de cara a las elecciones presidenciales en Bolivia, a realizarse en el mes de octubre de este año. La iniciativa surgió de la plataforma interinstitucional del Foro Andino Amazónico de Desarrollo Rural, en alianza a diversas organizaciones campesinas, indígenas y productivas del país.

Vincent Vos, investigador del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA), desde la perspectiva de tierras bajas y el sector de la Amazonía boliviana, lanzó una pregunta crucial: ¿Qué es el desarrollo? E hizo una valoración del trabajo y aporte de la agricultura familiar y campesina  en la región que, como modelo productivo se disputa el reconocimiento y acceso a recursos con otros complejos productivos que insisten en incorporar lógicas y dinámicas que intervienen en la economía familiar y comunitaria, a través de los monocultuvos de cultivo intensivo y la consecuente pérdida del control territorial y decisión sobre los procesos productivos y alimentarios.

“Nos sentimos abandonados. La Amazonia no es un bosque abandonado.” Citó Vos para referirse a la frustración que viven muchas familias productoras. Evocó el tiempo de las marchas indígenas que lograron la recuperación y titulación de la tierra a favor de campesinos e indígena, pero que a la actualidad no encuentran una completa viabilidad productiva. Lo que no quiere decir que no existan emprendimientos y organizaciones que logran transformar alimentos y generar alianzas para movilizar sus productos.

Por su parte, Nancy Camacho también de CIPCA, ofreció una lectura desde las tierras altas, donde si bien no se presenta la presión sobre la tierra y los recursos naturales como ocurre en tierras bajas, las familias y asociaciones productivas también deben esforzarse mucho para lograr controlar sus cadenas productivas. La producción agropecuaria puede tener bajos rendimientos y esto tiene que ver con una dinámica rural sin suficientes recursos para su gestión y planificación; no obstante, la agricultura familiar todavía muestra su aporte y ventajas en contextos locales, más aún si está basada en la agroecología, pues genera empleo, conserva los recursos naturales a través de la diversificación, tiene incidencia política y aporta en la equidad social en la población.

Los productores Barbarita Ayala (Asociación AJORA, Norte Amazónico) y Germán Quispe (Asociación Primavera, Calamarca) intervinieron para mostrar la problemática de sus ámbitos territoriales. Ayala explicó que la búsqueda de proyectos públicos y privados es una constante, problemas como la capacitación y luego, la búsqueda de mercados para los productos. Las asociaciones buscan su fortalecimiento y generan instrumentos de planificación para su gestión. Quispe mencionó un contexto altiplánico con graves problemas climáticos y de rendimiento que han generado la movilidad de su población, incluso fuera del país. Las recientes iniciativas económico-productivas como la implementación de carpas solares dan una mejor dinámica y la perspectiva de la microempresa campesina es un atractivo para los jóvenes.

Luego de un descanso, Gonzalo Colque, director de la Fundación Tierra realizó una exposición de análisis del modelo agroindustrial. Colque mostró que bastante de la propaganda de este sector en el país propaga ideas de su aporte a la producción alimentaria y a desarrollo general. Además en los últimos años han ganado bastante respaldo gubernamental para su agenda productiva. No obstante, la producción de soya, uno de sus principales monocultivos intensivos, en los últimos años ha elevado sus costos de producción y ha disminuido sus precios en el mercado internacional. Bolivia resulta ser uno de los países con menor rendimiento respecto a Brasil y Argentina. Y la presión sobre tierra, no llega a justificarse pues los muchos productores pequeños comprometidos en esta producción no controlan las cadenas de valor ni la disposición de sus suelos, su aporte como fuerza de trabajo tiene un reconocimiento variable, y todo condicionado a la dinámica internacional de precios y al cambio climático.

La agenda agroempresarial pretende asegurar jurídicamente la propiedad agraria de medianos y grandes propietarios, la eliminación del control de la Función Económica Social (FES), el uso de la biotecnología y las exportaciones sin restricción. Estos aspectos, llevados a cabo exitosamente y en cercana coordinación con el gobierno central, tiene correlación en la situación de los campesinos y pequeños productores, que se ven condicionados, dependientes y subordinados a este modelo de producción. Como es lógico, este sector del campesinado, presenta una ambigüedad política y productiva.

Por su parte Martín Vilela de la Plataforma Boliviana del Cambio Climático, mostró el actual contexto histórico como un momento de emergencia climática a causa de la intensiva emisión de gases de invernadero, producto de la dinámica del agronegocio a nivel mundial, el consumo de combustibles fósiles y la persistente deforestación de bosques. Esta lógica centrada en el crecimiento económico pasa por alto los compromisos internacionales en los que trabajó Naciones Unidas por  la reducción de la emisión de gases invernadero, ningún país los ha cumplido y en el caso de Bolivia, peor aún, la perspectiva gubernamental señala la ampliación de la frontera agrícola de forma desmedida.

 

Los asistentes provenientes de diferentes regiones del país, tuvieron información a mano e hicieron consultas y análisis respecto a los mecanismos y detalles del modelo económico imperante. Colque habría diferenciado entre la agroindustria y el agroextractivismo, se pudo apreciar que en lugar de apostar por la industria nacional, la pequeña agricultura campesina e indígena, y las iniciativas provenientes de la agricultura familiar, existe una tendencia desarrollista al agroextractivismo y exportación de materias primas.

Esta tarde, los panelistas, representantes de partidos políticos deberán abordar estas mismas temáticas y mostrar qué plantean sus propuestas respecto a los modelos de desarrollo y su posicionamiento respecto a la agricultura familiar y los modelos productivos alternativos que se tejen en los territorios.