Varios equipos de trabajo dispersos entre Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Paraguay y Venezuela, han estado elaborando los capítulos que conformarán el Informe 2017 sobre Acceso a la tierra y territorio en Sudamérica.
Sus versiones anteriores, el Informe 2015 y el Informe 2016, tuvieron una difusión interesante, en espacios organizacionales y académicos, y ha sido ampliamente utilizado; varias personalidades reconocieron la oportunidad de poder acceder al dato simplificado sobre los principales conflictos, acciones y normativa agraria, así como poder construirse una idea comparada sobre el acceso a la tierra y territorio en la región. En esta versión incorporamos a Venezuela, a través del académico Vladimir Aguilar, y se incorporan además, instituciones de larga trayectoria como el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado de Bolivia y la Red Rural de Paraguay.
En el caso de Argentina, nuevamente Tomás Palmisano y Juan Wahren construyen un panorama completo sobre las posibilidades de acceder a la tierra y vivir en los territorios en su país. El aporte de Wahren en el V Encuentro por la tierra y territorio: Agendas territoriales imprimió en el evento realizado en Bolivia, una alerta respecto a varios temas que ocurren en Argentina, y poco a poco se van incorporando en las agendas del extractivismo y el mal desarrollo, un ejemplo, el fracking que se ha abierto paso en el Chaco Boliviano. “La tierra está en manos de los grandes terratenientes y del agronoegocio que es este modelo ultracapitalista, ultra extractivo que aprovecha los recursos naturales al máximo para ganar dinero y no puede entender que haya otra forma de producir alimentos en un relación con la naturaleza, de reciprocidad de ida y vuelta como hacen ustedes (…) Las otras amenazas son el petróleo y la mega minería. A eso está resistiendo el pueblo indígena y campesino en Argentina”, afirmó y además, logró la solidaridad de representantes de organizaciones campesinas e indígenas bolivianas con Santiago Maldonado, emblema de los jóvenes defensores de los territorios de Sudamérica. El trabajo de Wahren y su aporte a la academia resulta interesante precisamente por el tipo de comunicaciones supranacionales que se requieren para comprender los conflictos, pero también para generar mejores actuaciones desde las organizaciones sociales. Un interesante aporte el artículo ¿Cómo reprimen las industrias extractivas y los agronegocios a las comunidades rurales de América Latina?, donde además de hacer un mapeo de los conflictos más visibles de Latinoamérica, muestra que las comunidades rurales en resistencia generan alternativas a la producción hegemónica de alimentos y a las formas de vida.
Por su parte, Tomás Palmisano trabaja en la caracterización de los cambios y permanencias en la estructura de propiedad y control productivo de la tierra en la región pampeana. En su artículo Las agriculturas alternativas en el contexto del agronegocio. Experiencias en la provincia de Buenos Aires aporta un notable mapeo de experiencias alternativas, cuyos fundamentos tienen nexos con las búsquedas por la sosteniblidad desde las necesidades campesinas y también, desde las inquietudes académicas. De esta forma, encuentra diversas iniciativas de agricultura orgánica o ecológica, agricultura biodinámica, permacultura y agroecología, todas emergidas en diferentes momentos históricos y bajo peculiares influencias materiales y teóricas. En la última etapa, se visibilizan varias experiencias que impulsan la agroecología y ésta es caracterizada por Palmisano como una transición, “como un horizonte al que abonan tanto los conocimientos académicos como los saberes (campesino-indígenas) invisibilizados que los productores tienen en su acervo y los construidos en los nuevos territorios que habitan”. Y aporta una cuestionante respecto a las producciones extensivas, ¿puede darse una recuperación de las prácticas chacareras (farmers) para articularse a la agroecología? Planteamiento que desde el enfoque de la transición resulta motivador para pasar, como dice la consigna del Movimiento Regional por la Tierra y Territorio, de la resistencia al protagonismo.
Ambos académicos, Wahren y Palmisano son miembros del Grupo de Estudios Rurales - Grupo de Estudio de los Movimientos Sociales de América Latina (GER-GEMSAL) del Instituto de Investigaciones Gino Germani, de la Universidad de Buenos Aires.