El fortalecimiento de las capacidades en gestión institucional es una de las aspiraciones permanentes de las personas y las instituciones que trabajan en el ámbito del desarrollo. Haciendo eco de ese objetivo, el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA) están invirtiendo tiempo y recursos económicos para potenciar las capacidades de los equipos de sus seis oficinas regionales (Altiplano, Beni, Cordillera, Norte Amazónico, Santa Cruz y Valles), y del de su oficina general.
Luego que concluyera un proceso de capacitación formación en el que participaron tres personas de la Fundación Acción Cultural Loyola (ACLO), y 17 personas de CIPCA, esta institución inició un nuevo proceso, esta vez de acompañamiento calificado con los Directores de sus Oficinas Regionales y con las Jefas de Unidad de su Oficina General en La Paz.
En ambos casos fue facilitador el Instituto para el Desarrollo Rural de Sudamérica (IPDRS), quien ya llevó a cabo procesos de formación capacitación con equipos de Bolivia y de otros países de la región, como las destacadas experiencias piloto sobre Seguridad y Soberanía Alimentaria (Cusco y Arequipa, en 2012, con participación de 15 personas de Bolivia, Ecuador y Perú) y sobre Descentralización, participación y Control Social (en Santa Cruz y Concepción, durante el año 2013, con la asistencia de 20 personas de Bolivia, Chile, Colombia y Perú). Estas experiencias fueron realizadas en alianza con Pan para el Mundo (Ver: Ciclo de formación 2012) y (Ver: Ciclo de formación 2013).
El proceso con los Directores regionales de CIPCA, que todavía se encuentra en plena implementación, se basa en una metodología combinada de espacios presenciales y virtuales, entre lecturas especializadas, exposiciones testimoniales, autodiagnóstico y talleres, y de acompañamiento grupal con seguimiento personalizado.
Los principales resultados del esfuerzo están mostrando los intereses y aportes de los equipos en la construcción de la cultura y de la historia de la institución. Al mismo tiempo, se evidencia y valida que se trata de un proceso de doble vuelta. Por un lado, la institución invierte e incrementa capacidades de los equipos, por el otro, las personas se desafían individual y colectivamente para seguir aportando a la construcción de las apuestas institucionales. Ganan los individuos, ganan los equipos, ganan las instituciones.