La estrategia del IEE es recurrir a una mirada crítica a la desigual estructura de la tenencia de la tierra y la vocación de usos del suelo productivo, unos preocupados por la seguridad alimentaria y los mercados locales que coadyuvan a la soberanía alimentaria; y otros, determinados por la generación de excedentes a partir monocultivos para la exportación y agrocombustibles.
Por otra parte el documento destaca el aporte y participación de las organizaciones ecuatorianas indígenas y campesinas, la CONAIE, la CNC Eloy Alfaro, la FENOCIN y sus respectivas articulaciones, las que van desarrollando diversas estrategias para afrontar un contexto en el que el Estado expresa abiertamente su propensión modernizante y tergiversada lectura sobre la problemática del campo e insiste en que la solución de la pobreza rural es apoyar la productividad del agronegocio.