Un nuevo informe del Grupo Consultivo de Alto Nivel de Naciones Unidas sobre la Financiación del Cambio Climático (AGF, en inglés) deja claro como el agua que es posible ayudar a los países pobres a luchar contra el cambio climático a través de dinero público, sin tener por ello que exprimir a los contribuyentes.
"Este informe despeja oficialmente cualquier duda existente sobre si es posible o no cumplir una de las principales promesas que se hicieron en Copenhagen", afirma David Waskow, asesor sobre el cambio climático de Oxfam. "Esta debería ser la prueba definitiva para los participantes en las negociaciones de que es posible conseguir financiación para luchar contra el cambio climático a través de fuentes de financiación públicas innovadoras, sin dejar que toda la responsabilidad recaiga sobre los contribuyentes. Ahora depende de los líderes políticos establecer una hoja de ruta clara para hacer de esta financiación pública una realidad."
El AGF fue creado en febrero de 2010 por el Secretario General de Naciones Unidas con el objetivo de estudiar cómo los países desarrollados pueden hacer realidad su promesa de recaudar 100.000 millones de dólares al año para ayudar a los países pobres a adaptarse a los efectos del cambio climático y reducir las emisiones.
Ahora, los países que se reúnan en Cancún deberán crear, antes de la próxima cumbre que tendrá lugar en Sudáfrica en 2011, un fondo global para la lucha contra el cambio climático que gestione este dinero, así como acordar el proceso a través del cual decidir cómo se financiará, teniendo en cuenta fuentes de financiación innovadoras identificadas por el AGF - especialmente los impuestos a las emisiones descontroladas de los sectores internacionales marítimo y de aviación, y el impuesto a las transacciones financieras.
A través de estas fuentes de financiación innovadoras, los gobiernos podrán recaudar dinero suficiente procedente de fuentes de financiación públicas sin desviar fondos destinados a programas y/o proyectos de ayuda y desarrollo ya existentes. Tal y como reconocieron algunos miembros del panel, la financiación privada no puede hacer frente a las necesidades de los países en desarrollo.
"Sólo a través de la financiación pública podemos llegar a aquellas comunidades más vulnerables que luchan por adaptarse al cambio climático, y ayudar a los países pobres a adoptar estrategias de crecimiento con bajos niveles de emisión de carbono", asevera Waskow. "Además, los gobiernos deben asegurarse de que estos fondos son adicionales a los ya destinados a cumplir con objetivos establecidos de ayuda y desarrollo - Los países pobres no se deben ver forzados a elegir entre construir diques contra las inundaciones o escuelas."
La mención en el informe del Banco Mundial como fuente de financiación potencial no debe ser utilizada para debilitar las negociaciones internacionales para la creación de un nuevo fondo global para la lucha contra el cambio climático independiente, justo y accesible. Para que el fondo sea efectivo, los países pobres deben poder participar y hacerse oír a la hora de decidir cómo se debe gestionar el dinero. Además, al menos la mitad del fondo debe ser destinado a hacer frente al impacto del cambio climático en la vida de las personas más vulnerables.
"Las personas en situación de mayor vulnerabilidad, cuyas vidas están en peligro, no pueden permitirse una mala administración del fondo" afirma Waskow. "Deben poder participar en la toma de decisiones."
El informe final de Naciones Unidas puede ser consultado en: http://www.eenews.net/assets/2010/11/04/document_gw_03.pdf