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Colombia: Cumbre Agraria es unidad en marcha

 

 

 

 

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Bogotá fue epicentro de las jornadas de movilización. Sin embargo, los medios hegemónicos les dieron muy poco espacio en sus parrillas noticiosas. Siguen los montajes judiciales contra el movimiento campesino. Indignación campesina, étnica y popular.

La semana pasada las organizaciones de la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular recorrieron las carreteras y calles del país para recordarles a los colombianos que su lucha no ha cesado y que para avanzar en el logro de la paz se deben realizar múltiples reformas, especialmente en el campo.

Bogotá se convirtió en el epicentro de las jornadas de movilización que desarrollaron indígenas, campesinos y afros. Desde el 31 de agosto hasta el 5 de septiembre, delegaciones de la Cumbre Agraria recorrieron colegios, universidades y juntas de acción comunal de la capital.

En las Jornadas de Indignación Campesina, Étnica y Popular hubo varias acciones de impacto masivo. Sin embargo, los medios hegemónicos les dieron muy poco espacio en sus parrillas noticiosas, pues estaban concentrados en promover el odio contra Venezuela.

Tras la firma de los acuerdos entre el gobierno nacional y la Cumbre Agraria, en el mes de mayo de 2014, ha sido muy poco lo que el gobierno ha avanzado en materia de cumplimiento de dichos acuerdos, en cambio la organización agraria siempre ha manifestado su disposición al diálogo sin excusas ni dilaciones y ha presentado múltiples propuestas para que el gobierno ejecute los recursos que por entonces se comprometió en invertir.

Nuevos acuerdos

El martes 1 de septiembre, indígenas, afros y campesinos se agolparon a las afueras de las instalaciones del Ministerio de Agricultura y del Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (Incoder).

Los manifestantes se hicieron del control de las entradas del Ministerio de Agricultura, y fue allí cuando se tomaron, de manera pacífica, dichas instalaciones.

Después de superada la tensión, y con la mediación de Todd Howland, alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, y de los senadores Iván Cepeda y Alberto Castilla, los voceros de la Cumbre Agraria lograron iniciar un diálogo con el ministro Aurelio Iragorri, jefe de la cartera de Agricultura.

Tras varias horas de reunión, los voceros anunciaron el restablecimiento del diálogo con el gobierno, así como la definición de una hoja de ruta de negociación y la viabilidad a los proyectos de fortalecimiento de las organizaciones que componen la Cumbre Agraria.

Luz Perly Córdoba, lideresa campesina del oriente colombiano, vocera de Marcha Patriótica en la Cumbre Agraria, afirmó que han venido reuniéndose con funcionarios del Departamento Nacional de Planeación y del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Colombia (PNUD), para la estructuración de los proyectos de infraestructura.

Difamaciones e invisibilización

La unidad para la acción organizada del pueblo colombiano es uno de los objetivos que guía y que dieron vida a esta gran coalición de organizaciones campesinas, indígenas y afro. Este mismo carácter es lo que ha motivado a que desde los medios corporativos se induzca a mostrar imágenes distorsionadas sobre lo que es la Cumbre Agraria.

El martes 1 de septiembre, cuando los manifestantes se tomaron las instalaciones del Ministerio de Agricultura, los medios no tardaron en adjetivar esta acción como una conducta violenta, propia de desadaptados y hasta terroristas. Uno de tantos titulares llegó al extremo de injuriar las acciones de campesinos, indígenas y afros, a quienes acusaba de utilizar “papas bomba” contra los agentes de seguridad que custodian las entradas del Ministerio.

La realidad fue que aquella noticia resultó ser la que los medios hegemónicos más difundieron sobre las acciones de la Cumbre Agraria la semana pasada. La constante fue la invisibilización, pues para esos medios lo relevante era atizar el odio contra los venezolanos, especialmente contra el gobierno actual que rige el hermano país y contra su presidente, Nicolás Maduro, a quien la gran prensa en Colombia ha llegado al descaro de llamar fascista.

Pese a que la agenda que tuvieron las Jornadas de Indignación incluía visitas a colegios, universidades, localidades y una gran movilización desarrollada el viernes 4 de septiembre en la ciudad de Bogotá, el acompañamiento de las grandes cadenas comunicativas fue reducido.

Sin embargo, los medios alternativos, contrahegemónicos, comunitarios, populares y demás expresiones comunicativas de los pueblos acompañaron las acciones de movilización de las organizaciones rurales. De otro lado, las acciones mismas y el trabajo de equipos de comunicaciones y propaganda ayudaron a que la ciudadanía bogotana y la comunidad nacional se enteraran del porqué de las Jornadas de Indignación.

Siguen las detenciones

Pese a ser uno de los temas neurálgicos y foco de la desconfianza por parte de las organizaciones agrarias, el tema de derechos humanos y garantías para la participación política volvió a ser noticia al finalizar la semana pasada.

En el marco de las Jornadas de Indignación, Campesina, Étnica y Popular, el líder campesino Dagoberto Giraldo fue capturado bajo la ya conocida táctica de los montajes judiciales. El líder campesino, quien se encontraba en el municipio de San Juan del Doncello, departamento de Caquetá, fue detenido en una acción conjunta de miembros del Ejército y la Policía.

Giraldo, quien es presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda Las Américas, también hace parte de la junta directiva de la Asociación Campesina Cordillera de los Municipios de Montañita, Florencia, Paujil y Doncello (Acomflopad), organización afiliada a la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina, que a su vez hace parte de la Cumbre Agraria.

Esta situación se dio justo cuando en Bogotá los voceros de la Cumbre se reunían con el ministro del Interior, el de Justicia y un delegado de la Fiscalía General de la Nación para tratar el tema de derechos humanos, pues, como lo anunciara Luz Perly Córdoba, “el tema de derechos humanos y garantías para la participación es de la mayor sensibilidad. Hay más de cien compañeros nuestros en las cárceles, pero no hay ni un proceso de investigación contra los miembros de la Fuerza Pública que atentaron contra los manifestantes en los paros del 2013 y 2014”.

Por ahora las delegaciones de las comunidades rurales han regresado a sus territorios con la firme convicción de la labor cumplida y con la frente en alto por haberle vuelto a demostrar al país que solo mediante la movilización puede lograrse la interlocución con el gobierno nacional. Por eso las organizaciones de la Cumbre Agraria se mantendrán con una actitud movilizadora, dando mayor vigor a la articulación, así como también el reforzamiento interno, proyectando para 2016 una gran movilización del sector agrario junto a otros sectores populares.