Queridas compañeras de ANAMURI,
Queremos hacerles llegar este saludo lleno de alegría, orgullo y reconocimiento por el aporte de todas ustedes a lo que es un triunfo histórico en nuestra lucha. Los días jueves 5 y sábado 7 de mayo de 2022, la Convención Constitucional aprobó un conjunto de artículos que consagran la soberanía alimentaria, reconocen la función social y ecológica de la tierra, fijan el deber del Estado de terminar con la violencia y discriminación contra las mujeres rurales, y por primera vez reconocen la importancia y el deber de apoyar la agricultura campesina e indígena, la recolección y pesca artesanal, las ferias libres y los mercados locales.
Para ANAMURI, éste es la culminación de largos procesos de lucha. El Congreso Nacional de ANAMURI de 2007 ya concluyó que para avanzar hacia un país más justo y democrático necesitábamos una nueva Constitución, y en el Congreso de 2014 nos declaramos en un proceso permanente de Asamblea Constituyente. Desde 2018 somos parte del G12, una coordinación de 12 federaciones y confederaciones nacionales de organizaciones campesinas e indígenas que elaboramos una propuesta integral sobre los cambios constitucionales que nuestro país requiere. A fines del año pasado presentamos una iniciativa popular de norma sobre el derecho a la alimentación que obtuvo más de 17.000 firmas y que finalmente fundimos con una iniciativa similar presentada por CODEMA. Y como parte de la CLOC presentamos una segunda iniciativa popular que abordaba elementos tan importantes como el reconocimiento de la ruralidad, la soberanía alimentaria y el derecho a las semillas.
Desde octubre del año pasado, hemos trabajado en forma permanente con un gran número de Convencionales y sus asesores, especialmente con nuestras dos compañeras Convencionales, en un proceso de construcción colectiva, con mucho de debate, movilización, cooperación y búsqueda de consensos. No siempre fue fácil, pero en el pusimos nuestra mejor voluntad y recibimos muchas expresiones de solidaridad y reconocimiento a las zonas rurales y a quienes vivimos, trabajamos y producimos en el campo.
¿Logramos incorporar a la Constitución todo aquello que consideramos necesario? Sin duda que no. Ha sido especialmente doloroso que no se reconociera nuestro derecho a las semillas, puesto que éste es un derecho milenario fundamental para nuestra permanencia en el campo y gracias al cual la agricultura se expandió y diversificó en el mundo entero. Sin embargo, celebramos con fuerza y alegría lo que hasta ahora se ha incorporado porque abre puertas para avanzar hacia una ruralidad que permita vivir dignamente, asegurar alimentos para todas y todos y cuidar la naturaleza para las generaciones futuras. Sin ser perfectos, son avances históricos y trascendentales. Va nuestro profundo y sincero reconocimiento a todas y todos los Convencionales y asesores con quienes unimos fuerzas e ideas y a todos quienes finalmente entregaron su voto de apoyo.
Una vez más, llamamos a todas y todos los Convencionales a avanzar un paso más y aprobar el miércoles 11 de mayo el Derecho a la Alimentación, derecho que las Naciones Unidas ha definido como un derecho absoluto; es decir, como un derecho que todo Estado debe garantizar, independientemente de sus sistema político o su desarrollo económico. No consagrar el derecho a la alimentación sería una mancha para la futura Constitución.
Estamos convencidas que ANAMURI y las organizaciones campesinas, indígenas, de las ferias libres y de la pesca artesanal que tomaron parte de este proceso trabajaremos con dedicación y fuerza para hacer realidad los sueños de un Chile más democrático, más justo, que sustente los sueños de dignidad, bienestar y paz para todas y todos. También continuaremos luchando por lograr las garantías y derechos que aún no han sido consagrados.
DIRECTORIO NACIONAL ANAMURI