Tras doce años de sequía, autoridades anunciaron un plan que, en el caso más grave, permitiría realizar cortes rotativos de agua en su capital Santiago.
De ser necesario debido a una sequía que arrastran desde hace doce años, Chile iniciará un plan de racionamiento de agua en su capital Santiago.
Así lo anunció el gobernador de Santiago, Claudio Orrego, al presentar un plan de emergencia sin precedentes que establece cuatro etapas y afectaría a más de 1,5 millones de personas.
“Llevamos 12 años de sequía, por lo tanto, existen hartas posibilidades de que tengamos este tipo de situaciones (de racionamiento)”, señaló el gobernador el lunes 11 de abril.
Cuatro etapas
La primera de las cuatro etapas del plan de emergencia se denomina “Alerta Verde” y enfatiza el cuidado del agua, la difusión para el ahorro y el uso de aguas subterráneas.
A esta le siguen los estados de alerta “Preventiva” y “Amarilla”, que exigen la verificación de recursos e implican la reducción de presiones de salida del agua, respectivamente.
Finalmente, figura la “Alerta Roja”, el escenario más grave del plan ya que permitiría realizar cortes rotativos de agua, es decir, un sector a la vez, por un máximo de 24 horas.
Este racionamiento afectaría a más de 1,5 millones de personas de los casi 8 millones que habitan la Región Metropolitana y que se abastecen de agua del río Mapocho y el río Maipo.
Sequía prolongada
El plan de emergencia para Santiago entraría en vigor en caso de que el Gobierno decrete el racionamiento, un escenario que depende de las eventuales lluvias que caigan en el invierno.
El presidente Gabriel Boric no ha descartado que esto ocurra en el corto o mediano plazo, especialmente en tres zonas del este de Santiago que atraviesan la situación más crítica.
Estas son Las Condes, Lo Barnechea y Vitacura, tres de los barrios más acomodados del país que son los que más agua consumen, según un estudio de la Universidad de Chile.
La situación se torna compleja para Chile, país que arrastra una sequía desde hace 12 años y que ha provocado la disminución de los niveles de agua en los ríos que abastecen a la ciudad.
El gobierno estima que la disponibilidad de agua del país se ha reducido entre un 10% y un 37% en los últimos 30 años y podría caer otro 50% en el norte y centro de Chile para 2060.
Además, según Greenpeace, Chile es el país con mayor crisis hídrica de todo el hemisferio occidental y el 76 % de su territorio está afectado por la prolongada sequía.