Hace 30 años atrás, en una Conferencia sobre Medio Ambiente en Rio de Janeiro, la ONU, -presionada por organizaciones medioambientales de la sociedad civil en coordinación con el movimiento indígena continental- estableció el 22 de marzo como Día Mundial del Agua, ante la evidente crisis climática global que el desarrollo urbano industrial venia generando.
Desarrollo industrial y expansión urbana, muerte de ríos, quema intensiva de bosques, expansión planetaria de los agrotóxicos que sustenta el negocio silvoagropecuario, globalización del capital de la mano con el también global "consenso de los comoditis" que destruye los ecosistemas del planeta; por poner solo algunos de los antecedentes de la emergencia climática actual, teniendo al agua y su escasez mundial.
Con ya 30 años de vigencia, el tema parece continuar en el plano de los eslóganes simbólicos una vez por año. Donde, volvemos a escuchar que esta sí será la "década de la acción", en circunstancias donde la megaempresa trasnacional hace y deshace poniendo de rodillas a los Estados, pauteando las regulaciones y limitando sus respectivas jurisdicciones con gobiernos títeres de distintos signos en toda América Latina.
El caso chileno, a nivel de las élites, la discusión sobre el agua versa fundamentalmente sobre la "propiedad" de ésta, dejando con ello al margen los saberes distintos al occidental.
Si esta vez el lema es "aguas subterráneas. Haciendo visible lo invisible", las cuales (agua dulce liquida) conforman mas del 90% de las reservas de aguas del mundo; todos los saberes y vínculos del mapuche kimün (conocimiento mapuche) respecto de los "rügako" (aguas del minchemapu o bajo la superficie) puede ser un aporte invaluable para su protección. Tal como lo vienen realizando en la práctica los mapuche del Lof Radalko hoy en la defensa del volcán Tolwaka contra la instalación de una planta geotérmica en la zona, donde se prevé la realización de perforaciones de más de un kilómetro de profundidad (Ver nota).
Finalmente, hacemos un amplio llamado a poner freno al robo y acaparamiento de agua, a derogar el codigo de agua y terminar con el monocultivo masivo de especies exóticas.
