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La Pre-Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios de la ONU se queda corta en cuanto a la transformación de los sistemas alimentarios no sostenibles y a la identificación de salidas de las crisis del clima, del hambre y del COVID-19, dicen los organizadores de la contra-movilización, que totalizó alrededor de 9.000 participantes.

Entre el 25 y el 28 de julio de 2021, unas 9.000 personas participaron en una contra-movilización virtual para oponerse a la Pre-Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios. El foro alternativo fue aclamado como un éxito, ya que reunió a una gran variedad de asistentes, y fue capaz de catalizar y amplificar una contra-narrativa a la Pre-Cumbre. La contra movilización logró llegar a un amplio público con su visión de una transformación auténtica de los sistemas alimentarios industriales gracias a publicaciones críticas en importantes medios de comunicación como la BBCAl Jazeera o la televisión estatal italiana Rai, además de varios miles de mensajes con el hashtag #FoodSystems4People que fueron vistos por unos 10 millones de usuarios en las redes sociales.

La “Contra-movilización de los pueblos para transformar los sistemas alimentarios corporativos” comenzó con un rally virtual global, de ocho horas de duración. En el evento se alternaron mensajes de comunidades, declaraciones, representaciones artísticas y movilizaciones en directo de cientos de personas y organizaciones de todos los continentes, en representación de pequeños agricultores, pastores, pescadores, pueblos indígenas, trabajadores agrícolas y alimentarios, sin tierra, mujeres, jóvenes, consumidores, personas que sufren la inseguridad alimentaria en el ámbito urbano, ONG y académicos.

La contra-movilización brindó un espacio para el diálogo sobre las amenazas que plantean los sistemas alimentarios cada vez más globalizados y controlados por las multinacionales, y las soluciones viables ya existentes para superarlas. Se publicó oficialmente una declaración de apertura que resume las demandas de la Respuesta Autónoma del Pueblo al UNFSS, la plataforma de 330 organizaciones que realizó la contra movilización. Este grupo de la sociedad civil y los pueblos indígenas instó a que los debates y las decisiones políticas se tomen en el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de la ONU, el único espacio multilateral con mecanismos de participación inclusivos, democráticos y basados en la corresponsabilidad. “El proceso de la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios fue diseñado para servir los intereses de los actores más poderosos del complejo agroindustrial. ¿Cómo puede ser que los gobiernos permitan que la industria socave su autoridad y soberanía?”, cuestionó Paula Gioia, pequeña productora de alimentos y miembro de La Vía Campesina.

El 26 de julio se organizaron tres mesas redondas para desenmascarar la Cumbre de la ONU y sus intentos de abrir las puertas a la captura corporativa de la gobernanza alimentaria y la ciencia. “Los sistemas alimentarios están cada vez más diseñados para empoderar a las empresas, no a las personas”, dijo Ali Aii Shatu del Comité de Coordinación de los Pueblos Indígenas de África (IPACC). Los paneles, compuestos por oradores de movimientos sociales, representantes gubernamentales, de las Naciones Unidas y del mundo académico, abordaron la toma de control de los sistemas alimentarios por parte de las multinacionales y se hicieron eco de una declaración compartida por cientos de académicos en una carta reciente. “No necesitamos una nueva Interfaz Ciencia-Política para la alimentación. En cambio, deberíamos fortalecer los modelos existentes, como el Grupo de Alto Nivel de Expertos en Seguridad Alimentaria y Nutrición (GANESAN),” reiteró Zoltán Kalmán, Embajador retirado y ex representante permanente de Hungría ante los organismos de la ONU para la alimentación y la agricultura en Roma. En la misma línea, el Panel Internacional de Expertos en Sistemas Alimentarios Sostenibles (IPES) anunció oficialmente su retirada del proceso UNFSS.

El 27 de julio, la contra-movilización continuó cobrando impulso con 15 diálogos virtuales sobre temas muy variados como la lucha por la soberanía alimentaria en el Caribe y Latinoamérica, las maneras en que la agroecología, los derechos humanos y la soberanía alimentaria construyen alternativas basadas en la justicia, y la democratización de los sistemas alimentarios como forma de prevenir la concentración empresarial. En una de las sesiones, Shalmali Guttal de Focus on the Global South dijo: “Necesitamos más control sobre las grandes empresas y una normatividad más estricta, que priorice el interés público. Debemos vincular los sistemas alimentarios a las culturas alimentarias, no separarlos de nuestra sociedad.” Cuatro sesiones estuvieron centradas en celebrar la visión de las personas para recuperar el poder y transformar los sistemas alimentarios industriales en Abya Yala (América Latina y el Caribe), Turtle Island (América del Norte), África y Asia.

La contra-movilización culminó con declaraciones de líderes indígenas y representantes de movimientos sociales, además de una ceremonia mística en lengua zapoteca. Saúl Vicente, del Consejo Internacional de Tratados Indios, cerró la sesión con un mensaje de esperanza: “Querían enterrarnos para que desapareciéramos, pero no sabían que éramos semillas”.

La Respuesta autónoma del pueblo a la Cumbre de las Naciones Unidas ahora está evaluando los resultados de la Pre-cumbre y monitoreará la Cumbre a medida que se vaya haciendo pública nueva información. Sin embargo, ya está inequívocamente claro que la pre-Cumbre ha llegado a su fin sin ninguna resolución de los temas fundamentales que cientos de organizaciones han exigido que se aborden. Entre ellos se encuentran los instrumentos legalmente vinculantes para poner fin a la impunidad de las multinacionales, poner fin al uso de plaguicidas y poner fin al monopolio mundial sobre las semillas y la privatización de la biodiversidad y los bienes comunes. La Cumbre oficial se celebrará en Nueva York en septiembre de 2021.