La lucha de los campesinos y campesinas de Marina Kue sigue en pie más fuerte que nunca, no solo resistieron firmes y con coraje para defender la inocencia de sus compañeros y compañeras y conquistar sus tierras -aquella Marina Kue cubierta por la sangre de 17 compatriotas, 11 campesinos y 6 policías el 15 de junio de 2012- sino que, trabajan de sol a sol en la construcción de una comunidad que se levanta, que no retrocede, que sigue exigiendo justicia y reparación, y que por sobre todo, recuerda.
Hoy, en compañía de amigos, amigas y gente solidaria que acompañó y sigue acompañando su lucha, realizarán esta mañana un momento de reflexión, oración, recuerdo y conmemoración de aquel hecho luctuoso, ante un monumento de 17 altares.
El acto central está previsto para las 10 de la mañana, pero este año no contará con la presencia de una multitud como solía ser, debido a la crisis sanitaria actual; de igual modo, se tomarán todas las medidas establecidas para cuidar la salud de todas las personas que asistan.
Para Martina, hermana de Fermín y Luis paredes, fallecidos en la masacre, está claro que todo lo alcanzado hasta ahora fue gracias al acompañamiento de personas solidarias y el esfuerzo diario de la población de Marina kue. “Los logros que hemos alcanzado en Marina Kue, es la unidad, el trabajo comunitario, la solidaridad entre compañeros y compañeras, el apoyo de la gente de organizaciones sociales, campesinas, individuales, organizaciones de Derechos Humanos y gente de la iglesia. Hemos conseguido eso a través de la lucha”.
Arnaldo Quintana, uno de los jóvenes que estuvo privado de libertad por seis años, expresa con mucho entusiasmo que ve futuro en Marina Kue, porque la gente es muy trabajadora y de a poco van logrando cosas nuevas, pese a no recibir ayuda por parte del Estado.
En Marina Kue construyeron una escuela denominada “Mártires de Marina Kue” que fue inaugurada en 2017 con cincuenta estudiantes, al día de hoy, la escuelita cuenta con 120 alumnos y alumnas del preescolar al octavo grado. Martina Paredes comentó que este año lograron construir tres aulas más y agradece la solidaridad de Víctor Acosta, quién ayudó para que eso sea posible. Además de la construcción de las aulas, lograron anexar la institución a una escuela cercana que es del kilómetro 35, Santa Rita. Esto hizo posible que los niños y las niñas pudieran recibir la merienda y el kit escolar en varias ocasiones.
“Se logró la ubicación de todas las familias, están cada una en su terreno y cada uno como puede está trabajando en su chacra, como sabemos, lo que produce el campesinado no tiene precio. Se va a inaugurar una casa pastoral que se llama Betania, tenemos un lugar comunitario donde hay una escuela, iglesia, almacen de consumo, consultorio, cocina y próximamente tendremos una cancha, ese es el proyecto”, comentó Arnaldo.
En una entrevista, Guillermina Kanonnikoff comentó que sigue acompañando a la comunidad con gusto, porque ahí se respira un aire diferente, la gente vive en un ambiente más saludable, se cuidan mucho.
“Lo último que vamos a inaugurar es una casita de Betania, las hermanas María y Marina junto con el Pa´i Germán que está lejos pero cerca, que acompañó toda esta lucha, bautizaron la casita pastoral como Betania. Betania, que era aquella tan amada por Jesús, porque ahí estaban sus tres amigos, María, Marta y Lázaro, entonces, esa casita es considerada como lugar del encuentro, del amigo, del pobre, la casita que te acoge y que este lunes será inaugurada” detalló Guillermina.
A pesar de todos los logros, para Guillermina todavía queda mucho trabajo por delante, si bien los campesinos que fueron condenados a muchos años de encierro, recuperaron su libertad, y aunque esto represente una victoria conquistada, no se puede decir que el caso esté terminado.
“Ni el juicio en sí todavía no terminó, tenemos 37 imputados, hasta los muertos están imputados, declarados en rebeldía. Supuestamente se abrió una investigación por los once, pero en realidad jamás se movió un dedo. En la Corte Suprema tenemos una carpeta de inconstitucionalidad elevada por el juez Martínez Prieto, que jamás tuvo respuesta alguna. Mucho que hacer todavía hay, los muchachos que salieron libres ni siquiera fueron indemnizados, ahí tiene que haber una indemnización por parte del Estado que jamás ocurrió”.
Además, lamenta la falta de asistencia del Estado, pues, habiendo una comunidad establecida, es urgente que el Estado se haga presente.
“Lo sostenible tiene que estar dado por políticas públicas que lleve el Estado, con sus diferentes cabezas ministeriales, le necesitamos al MOPC, al Ministerio de Salud, al MEC, al Ministerio de Agricultura que con más razón todavía en esta situación de pandemia, podría estar trabajando maravillosamente con esta gente, haciendo huertas familiares, sacando productos. Porque también ellos son responsables de estos ciudadanos, con todos sus derechos a ser asistidos”, afirmó.
Sin embargo, con o sin presencia estatal, Marina Kue es un modelo de resistencia, de lucha y de conquista, donde los pobladores y pobladoras además de defenderla con coraje, la cuidan con conciencia de que son los guardianes y guardianas de todo el verde bosque que les rodea.
“La memoria va a existir en la medida en que existan personas que recuerden estos hechos para ir construyendo, no para ir destruyendo sino para ir adelante y aprendiendo la lección y no repetir nunca más”, finalizó Guillermina.
