La Organización Indígena de Antioquia (OIA) denuncia que más de mil familias indígenas Embera Eyábida están confinadas en sus territorios por culpa del fuego cruzado de grupos armados ilegales. Las comunidades afectadas habitan en Murindó (Urabá), Frontino (Occidente), Urrao (Suroeste) y Dabeiba (Occidente).
“El Occidente y Atrato Medio antioqueño se han convertido en corredores estratégicos utilizados por grupos armados al margen de la ley, situación que ha aumentado y aumenta el riesgo de las comunidades indígenas al ser afectadas por la siembra incriminada de minas antipersonas, confrontaciones armadas, ataques indiscriminados, acceso limitado a servicios básicos, riesgo por posible reclutamiento forzado, confinamiento en sus viviendas, limitación a las prácticas organizativas y de autonomía indígena, así como la estigmatización”, advierte la OIA.
De acuerdo con la organización, la difícil situación de orden público se recrudeció desde el pasado 26 de agosto. Sin embargo, no precisó quiénes son los actores ilegales.
Este escenario impide que las comunidades desarrollen su vida de manera normal, pues no salen de sus casas, no pueden trabajar la tierra, cazar y pescar, los menores de edad no asisten a clase y los enfermos no pueden ser llevados a centros de salud.
Richard Sierra, consejero indígena, hizo un llamado a las autoridades y a los organismos humanitarios para que hagan frente a la situación y protejan a estas familias.
“Hay muchas dificultades para el ingreso de alimentos a las comunidades. Este tipo de actores controlan el ingreso de alimentos a los territorios, advirtiendo que pueden ser entregados a un grupo o a otro, algo que no es cierto y que atenta contra la vida de las comunidades”, precisa el vocero.