La ONU muestra preocupación por cifras de población subalimentada en la región. Bolivia, Nicaragua y Guatemala lideran el ranking regional de población subalimentada, además de ser países vulnerables a situaciones de cambio climático. También preocupa situación de Venezuela donde la crisis política ha incrementado la inseguridad alimentaria.
Por José Díaz
Servindi, 26 de octubre, 2018.- En medio de un proceso de cambios y crisis políticas en la mayoría de sus países, Latinoamérica afronta un problema que parecía ya desterrado: la seguridad alimentaria. Según el director general de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva la desaceleración económica en la región ha generado el resurgimiento del hambre como un problema continental.
Según las cifras de la ONU, el hambre en Latinoamérica y el Caribe pasó de afectar a 38,9 millones de personas en 2016 a 39,3 millones en 2017, el 6,1 % de la población, debido a la desaceleración económica en Sudamérica. El caso más dramático es el de Venezuela donde la inseguridad alimentaria incrementó en los últimos 10 años de 10,5% a 11,7%.
Aunque Da Silva destacó que durante los años de “bonanza económica” se crearon algunos programas de seguridad alimentaria para sectores como los comedores escolares y los jubilados, en los últimos años la falta de crecimiento económico ha desprotegido a parte de la población. Solo en Brasil existen 7 millones de personas que no tienen ningún tipo de asistencia por lo que su alimentación depende directamente de la caridad.
Una de las principales preocupaciones de la FAO para Latinoamérica es el caso de la ola migratoria de venezolanos. Esto debido a que las condiciones alimenticias en las que se encontrarían serían de precariedad extrema.
Hambre y cambio climático
Otro factor que interviene en este ámbito es el cambio climático. Tres de los países más vulnerables en términos ambientales son también los que lideran el ranking de población subalimentada en la región: Bolivia(18,9%), Nicaragua (16,2%) y Guatemala (15,8%). Estos números han generado preocupación en las instituciones oficiales como la ONU y el Programa Mundial de Alimentación (PMA).
“Tienen una gran cantidad de población rural e indígena, son muy vulnerables a los efectos climáticos y tienen dificultades para acceder a servicios públicos básicos necesarios para la seguridad alimentaria”, declaró hace poco el oficial de Seguridad Alimentaria de la FAO para la región, Ricardo Rapallo.
No obstante, es necesario aclarar que, pese a que Bolivia sigue liderando el ranking de países con población subalimentada, es también uno de los que más redujo este índice en los últimos años. Mientras que en los casos de Nicaragua y Guatemala las cifras van en aumento en las crisis políticas y humanitarias que afrontan estos países.