El Diario Oficial de Brasil publicó el pasado 23 de agosto el decreto por el que se “extingue” la Reserva Nacional de Cobre y sus asociados (RECA), una superficie de gran valor natural en la que estaba prohibida o fuertemente regulada la actividad minera desde 1984.
El decreto firmado por el presidente brasileño Michel Temer abre la posibilidad de crear explotaciones mineras en una extensión de casi 47.000 kilómetros cuadrados. Para tener una idea de esta extensión se puede recordar que Dinamarca tiene una superficie de 43.094 km2 y la comunidad autónoma de Aragón, 47.719 km2.
La decisión del gobierno de Brasil pretende incentivar la actividad económica y formalmente no afecta a la protección de la fauna y la flora de esta gran superficie en la cuenca del Amazonas pero diversos expertos en medio natural y grupos ecologistas han destacado que supone un a puerta abierta a la construcción de grandes explotaciones mineras (oro, mineral de hierro, cobre) en una zona de gran riqueza natural que incluye nueve áreas protegidas (bosques estatales, reservas ecológicas y tierras indígenas).
Un informe divulgado el mes pasado por WWF-Brasil, en colaboración con Jazida (empresa especializada en geoprocesamiento), la extinción de la RENCA amenaza con generar importantes conflictos entre la actividad minera, la conservación de la biodiversidad y los pueblos indígenas.
El área conocida como RENCA engloba nueve áreas protegidas: el Parque Nacional Montañas del Tumucumaque, los Bosques Estatales del Parú y de Amapá, la Reserva Biológica de Maicuru, la Estación Ecológica del Jari, la Reserva Extractiva Rio Cajari, la Reserva de Desarrollo Sostenible del Río Río Iratapuru y las Tierras Indígenas Waiãpi y Río Paru d’Este. El informe del WWF indica que la principal área de interés para la minería en RENCA coincide justamente con un área de protección integral, la Reserva Biológica (Rebio) de Maicuru, donde los datos del Servicio Geológico Brasileño (CPRM) apuntan fuertes indicios de la existencia de cobre y oro.
El director ejecutivo de WWF-Brasil, Maurício Voivodic, considera que abrir la RENCA a la actividad minera pondrá en riesgo varias áreas protegidas, pudiendo causar impactos irreversibles al medio ambiente y pueblos de la región. “Además de la explotación demográfica, deforestación, pérdida de la biodiversidad y comprometimiento de los recursos hídricos, habrá un incremento de los conflictos agrarios y amenaza a pueblos indígenas y poblaciones tradicionales”, advierte el Maurício Voivodic.
En las tierras del RENCA viven diversos grupos indígenas, entre los los que se encuentra el pueblo Wajãpi, que mantiene un relativo aislamiento y conservan modos de vida milenarios en una área superior a 17.000 kilómetros cuadrados de selva amazónica.
Entre muchas otras muestras de protesta contra la extinción de la RENCA, las redes sociales en internet han destacado la crítica en Twitter de la modelo brasileña Gisele Bündchen.
FUENTE: LA VANGUARDIA