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Según expertos en temas hídricos, se lograría así más énfasis en el desarrollo de políticas y en la atracción de recursos hacia este sector mediante programas de adaptación.

"Lo primero que cada uno de nosotros usa al levantarse es agua, y también cuando se va a la cama. De todos modos la damos por sentada", dijo Chris Moseki, gerente de investigaciones en la sudafricana Comisión de Investigación del Agua, que integra la Asociación Mundial para el Agua.

La falta de agua es un problema grave en África austral, donde afecta a casi 100 millones de personas. La región se volverá más caliente y más seca en los próximos 50 y 100 años, lo que pondrá en riesgo el suministro hídrico de establecimientos agrícolas, industrias y hogares, además de amenazar los ecosistemas, indican modelos trazados por el sudafricano Consejo de Investigación Científica e Industrial.

A expertos y políticos les preocupa que la planificación sobre cambios en la disponibilidad de agua no esté recibiendo el destaque que merece.

El secretario ejecutivo del Consejo de Ministros Africanos sobre el Agua, Bai-Mass Taal, dijo que el grupo está trabajando para elevar el perfil de los temas hídricos en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, cuya 17 Conferencia de las Partes (COP 17) tiene lugar en Durban.

"Les decimos a las partes: apreciamos lo que están haciendo en otros sectores, pero sin abordar los temas hídricos directamente todo eso habrá sido en vano", dijo Taal.

De momento, los asuntos relativos al agua se discuten como parte de la planificación, adopción de prioridades e implementación de la adaptación a un clima cambiante.

Mientras se espera que cada vez más países padezcan escasez hídrica, la actual posición del agua en las conversaciones climáticas es inadecuada, dijo la secretaria ejecutiva de la Asociación Mundial para el Agua, Ania Grobicki.

"El producto interno bruto (PIB) de muchos países menos adelantados depende del agua. Más de 50 por ciento de los alimentos del mundo procederán de África en el futuro, y esto depende de la disponibilidad de agua", señaló.

"Es por eso que este debate debería ir más allá", agregó.

Más de 70 por ciento de la población de la Comunidad para el Desarrollo de África Austral depende directamente de la agricultura, principalmente de la que se obtiene solo con agua de lluvia.

Las proyecciones del Consejo de Investigación Científica e Industrial están entre las muchas que llaman la atención sobre el efecto que tendrán sobre la población africana los cambios pronosticados en los patrones de lluvias, los limitados recursos destinados a la adaptación y la falta de instituciones para regular el aprovechamiento de los ríos.

Desafíos similares se pronostican para el resto del mundo, pero la falta de riego y de infraestructura general en África es un factor que multiplica la necesidad de una intervención urgente.

La respuesta de África

Al cambiar los patrones de las precipitaciones, África enfrenta crisis importantes. En 2010, millones fueron víctimas de la hambruna en Níger y Mali a raíz de una sequía que afectó a los productores agropecuarios.

Este año, el Cuerno de África padece su peor sequía en 50 años, y millones sufren hambre por ese motivo.

Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la Organización de las Naciones Unidas, unos 12,3 millones de personas necesitan asistencia de emergencia en esa zona.

La comisionada de la Unión Africana para la Economía Rural y la Agricultura, Rhoda Peace, señaló que cuando los líderes del continente hablan sobre el cambio climático invariablemente se refieren a sequías e inundaciones, lo que muestra que el agua ya es una prioridad.

En 2008, los jefes de Estado africanos resolvieron colocar el agua y el saneamiento como prioridad continental.

"Los gobernantes acordaron asignar por lo menos 0,5 por ciento de su presupuesto nacional al agua", dijo Peace.

"Que ese sea realmente el caso es otra historia, pero a algunos países les está yendo muy bien y pueden lograr sus objetivos", agregó.

Brindar un acceso adecuado al agua en toda África costará miles de millones de dólares. Y para los muchos gobiernos africanos que no honran compromisos previos, no será posible recaudar las sumas necesarias sin apoyo.

El coordinador para África oriental de la Asociación Mundial para el Agua, Simon Thuo, dijo estar sorprendido de que incluso las propuestas del grupo de negociadores africanos mencionen el agua solo superficialmente.

Como otros expertos, Thuo cree que aun si las negociaciones climáticas abordan de manera específica la administración de este elemento esencial, no recibirá la atención ni el financiamiento necesarios.

www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=99739

En los Acuerdos de Cancún de 2010 se firmaron diversas promesas para reducir las emisiones contaminantes globales, y para que los países en desarrollo reciban financiamiento para combatir el cambio climático.

Sin embargo, en la décimo séptima Conferencia de las Partes (COP 17), es necesario llevar a término los acuerdos del año pasado y establecer obligaciones concretas y con plazos fijos, según Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés).

"Para que Durban tenga éxito, debe abordar tanto el tema de los posibles nuevos compromisos de los países desarrollados en virtud del Protocolo de Kyoto, como la evolución de un marco de mitigación (reducción de emisiones) más amplio", dijo Figueres en un videomensaje con motivo de la COP 17.

En los Acuerdos de Cancún, 192 de las 193 partes aceptaron trabajar durante 2011 para sellar en la COP 17 una segunda fase del Protocolo de Kyoto, el único tratado que obliga a 36 países desarrollados a reducir sus emisiones contaminantes en el periodo 2008-2012.

También se acordó revisar los compromisos de las partes para mantener la temperatura del planeta por debajo de 1.5 grados, la recomendada por los expertos adscritos a la UNFCCC para frenar los efectos del cambio climático.

Otra promesa que deberá traducirse en obligación en Durban es la de reducir entre 25% y 40% las emisiones contaminantes para 2030, tomando los registros de hace veinte años. Entre los firmantes de ese acuerdo están China, Estados Unidos e India, los tres países más contaminantes actualmente.

Figueres dijo que en ese punto, en la COP 17 se debe asegurar que la reducción de emisiones se realice con compromisos adscritos a la UNFCCC y no exclusivamente en programas nacionales con los que los países pueden reservarse información.

Lo que hay que conseguir ahora es un apoyo institucional completo y global para asegurar que los países en desarrollo cuenten con financiación, tecnología y capacidad para construir sus propias economías basadas en energías limpias y en el futuro sean capaces de recuperarse rápidamente de los efectos del cambio climático", dijo la secretaría ejecutiva de la UNFCCC sobre los retos de Durban.

En Cancún se logró crear un Fondo Verde: 100,000 millones de dólares anuales a partir de 2020 para medidas de adaptación y mitigación en países en desarrollo, y que todos los países se comprometan a rendir cuentas de en qué y cómo los utilizaron.

Pero falta definir el régimen que dará vida a este mecanismo, es decir, quién aportará los fondos -medios públicos, privados y multilaterales- y cómo se distribuirán. 

El escenario no es esperanzador, según Chris Huhne, secretario de Cambio Climático y Energía del Reino Unido, que dio un mensaje la semana pasada, respecto a los retos de la COP 17.

"Para aquellos reunidos alrededor de la mesa de negociaciones en Durban, el momento no podría ser más difícil. Europa está inmersa en una crisis monetaria de proporciones constitucionales. Estados Unidos está preocupado por la falta de empleo, el bajo crecimiento y una difícil elección presidencial. Por su parte, el Medio Oriente y el Norte de África están consumidos por el debate alrededor de sus reformas políticas", dijo en el Instituto Grantham en Londres.

La Unión Europea y el Reino Unido son algunos de los actores que exigirán que países como Estados Unidos y China firmen compromisos de reducción vinculantes antes de aceptar compromisos de mitigación.

Japón, Rusia y Canadá dejaron claro en la COP 16 que no están dispuestos a aceptar un segundo periodo de Kyoto sin obligaciones para los países que históricamente más gases contaminantes han emitido.

Organizaciones civiles y la propia Figueres han pedido dejar a un lado las cuestiones políticas que obstaculizan tener un régimen climático global y que han ensombrecido el panorama en otras cumbres.

Serán dos semanas en Durban para que las 193 partes mejoren y terminen los que se logró el año pasado en las playas mexicanas de Cancún.

www.cop17-cmp7durban.com/
Los directores de la Red de Coordinación de Políticas Agropecuarias (REDPA), se reunirán los días 22 y 23 de abril en Montevideo, Uruguay. En el encuentro los jefes de las Oficinas de Políticas Agropecuarias de los países del CAS, analizarán el informe de actividades y compromisos, asumidos por la Red. También será tema de discusión la agenda de la próxima XVIII Reunión Ordinaria del CAS.