Si el comercio con Argentina y Brasil recupera la dinámica del pasado y no se repiten los errores, la industria tendrá la oportunidad de lograr mayor escala y hacer las primeras armas previo a exportarle al mundo.
El avance casi simultáneo del desbloqueo de los puentes del río Uruguay y los acuerdos de alto nivel gubernamental en el Mercosur, hacen pensar con optimismo que se abrió una nueva etapa en el proceso de integración. La región presenta múltiples facetas positivas para Uruguay, desde la disponibilidad y diversificación energética, pasando por el potencial para prestar servicios hasta llegar a la exportación de bienes. Este relanzamiento del Mercosur motiva el análisis sobre qué oportunidades se presentan para la industria exportadora.
Las posibilidades de que se desarrollen actividades industriales depende de la disponibilidad de capital, mano de obra y capacidad empresarial. En éste último caso, un factor muy importante es la experiencia, lo cual implica tiempo y oportunidades de aprendizaje principalmente para vender en nuevos mercados. En este sentido, el relanzamiento del Mercosur representa una gran oportunidad. El mercado argentino puede operar como una ampliación del mercado interno, generando una gran oportunidad para las empresas medianas en sus primeros intentos de exportación. A su vez Brasil integra el grupo de países conocido por la sigla BRIC (Brasil, Rusia, India y China), considerados los motores del crecimiento. La cercanía con un grande a escala mundial permite a las empresas locales la experiencia de venderle al mundo pero mucho más cerca.
Desde el punto de vista negativo hay que tomar en cuenta que Brasil y Argentina tienen sus intereses propios en materia de desarrollo industrial y la estructura del arancel externo común del Mercosur lo refleja. Siempre existe el temor a que el Mercosur nos condene a comprar tecnología regional (por ejemplo computadoras y teléfonos móviles) a precios más altos o con una calidad inferior.
CONCENTRACIÓN. La participación de los dos principales países vecinos en las exportaciones se ha encogido, dejando más espacio a las ventas hacia el resto del mundo. Se trata de una situación donde tiene mucho que ver la coyuntura de precios de las materias primas, pero también se genera por el hecho que el Mercosur se estancó en los últimos años. Mientras en 2009 las ventas a Argentina y Brasil representaron 27% del total, antes de la crisis en Brasil en 1999 representaban más del 50%.
En cuanto a los productos que Uruguay comercializa, de acuerdo con el análisis que realiza la Cámara de Industrias, el 37% del valor exportado en los siete primeros meses del año son productos primarios y el 40% manufacturas con insumos de origen agropecuario. Estos bienes se venden mayoritariamente al resto del mundo, salvo alguna excepción como el arroz que también es comprado en cantidades significativas por Brasil. Por lo tanto el fenómeno de alto precio de las materias primas y sus manufacturas está incidiendo en el comercio exterior. A partir de las cifras proporcionadas por Uruguay XXI realizamos una clasificación de los productos exportados de acuerdo con el mercado que predomina, separando Argentina y Brasil por un lado y el resto del mundo por otro. En aquellos productos en que no hay un predominio en los dos últimos años se consideró que enfrentan el mercado mundial indistintamente.
En 2009 el 67% de las exportaciones fueron de productos cuya venta se ha concentrado en los mercados del resto del mundo, el 25% corresponde a las especializadas hacia los países vecinos y el 8% restante son productos que se venden indistintamente en cualquier parte del mundo.
Una característica de las ventas fuera de la región es que se trata de menor cantidad de rubros, pero por valores más altos. Aquellos rubros cuyas exportaciones totales en un año superan US$ 50 millones representan el 78% cuando tienen como destino el resto del mundo. Si se orientan hacia los vecinos sólo cubren el 58%.
DIVERSIFICACIÓN. En gran medida la diferenciación del resto del mundo se produce por las exportaciones hacia Argentina que son más atomizadas y distribuidas entre varios productos. Con este destino, los rubros arancelarios cuyas exportaciones superan individualmente los US$ 50 millones representan tan sólo el 29% de total.
En este caso, además de las similitudes culturales y de idioma, hay un nivel de especialización que lleva a que varios de estos productos difícilmente se puedan colocar en otros mercados. Dentro de los principales rubros que compra Argentina a nuestro país se encuentran: automotores y autopartes, plásticos, papel, detergentes, electrodomésticos, vestimenta y otros textiles. Se trata en general de empresas con una escala de producción inferior a las que comercializan con el resto del mundo. En tal sentido, el mercado argentino opera para estas empresas como una ampliación del mercado interno. Es aproximadamente diez veces mayor al uruguayo, pero sin alcanzar la dimensión de una potencia económica, cuya demanda sea muy difícil de abastecer. Lo que permite a las pequeñas empresas dar los primeros pasos en materia de exportaciones.
También sobre la base de la información de Uruguay XXI analizamos las importaciones provenientes de Argentina. Estas también son muy diversificadas: las 20 mayores partidas representan el 37% del total, siendo los principales rubros plásticos, automóviles, maquinaria, insecticidas, residuos de la molienda, maíz, papel, laminados de hierro y detergentes.
La observación conjunta de lo que se exporta e importa hacia un país permite concluir el grado de integración de las economías. En el caso en que exista un flujo de ida y vuelta de productos similares, hay una señal de que los aparatos productivos de los países son similares y están integrados. Este comercio entre las mismas ramas con Argentina es destacable en la industria automotriz, de plásticos, papel, químicos y detergentes, elaborándose determinados productos de la rama en cuestión en un país, y el resto en otros.
Una nueva etapa del Mercosur y la recuperación del volumen de negocios perdidos en la última década puede traer aparejado más comercio intra-rama de actividad proporcionando a las empresas uruguayas el acceso a una escala diez veces superior a la que tiene cuando enfrenta solamente el mercado interno.
APRENDIZAJE. En los últimos años, nuestro vecino del norte adquirió la dimensión de potencia económica y política mundial. Ello lo convierte en un mercado particular que por tamaño, características y exigencia de la demanda se asemeja a cualquier otro mercado del mundo. La ventaja para las empresas uruguayas es que está al otro lado de la frontera, lo que facilita el intercambio y la concreción de negocios. Incluso la integración está llevando a una creciente participación de grandes empresas brasileñas en nuestro mercado.
Esta situación puede tener un impacto positivo para el desarrollo industrial en nuestro país, posibilitando que se alcance gradualmente el nivel de desarrollo y crecimiento para tener dimensión mundial.
Al analizar las principales exportaciones a Brasil se observan productos que se comercializan fundamentalmente en la región (malta, envases plásticos, caucho, detergentes, metalúrgicos), otros que se venden en todos los mercados (arroz, lácteos, grasas y aceites) y otros cuyo destino principal está fuera de la región (carne).
Las importaciones desde Brasil muestran un patrón clásico, siendo rubros distintos a los exportados. Desde este punto de vista se asemeja al comercio con el resto del mundo, exportándose productos en los que el país cuenta con ventajas comparativas, e importándose aquellos en los que no se tienen. Los más importantes son automóviles, maquinaria y equipos, plásticos, yerba, metalúrgicos, papel, laminados, azúcar e insecticidas.