En el marco del proyecto “Sensibilización sobre los efectos de la crisis climática y degradación ambiental con jóvenes en la Amazonia”, se inició el taller creativo “Biodiversidad y cambio climático” junto a una treintena de jóvenes, mujeres y hombres, provenientes de los municipios del Sena y Puerto Rico.
Con la coordinación del Instituto para el Desarrollo Rural de Sudamérica – IPDRS, Oxfam Bolivia, las distritales de educación y unidades educativas, se organizó y delegó a 30 jóvenes la asistencia a este taller que intenta iniciar un proceso de sensibilización sobre el cuidado de la biodiversidad y el posicionamiento juvenil respecto al cambio y la crisis climática.
El taller está siendo facilitado por Valentina Vargas y Alejandra Huanca, estudiantes de Biología de la UMSA; Lucía Mayorga, ilustradora; y Fernanda Barral del equipo de comunicación del IPDRS. Apoyadas en el equipo territorial del IPDRS, las proponentes plantean una serie de dinámicas para aproximarse a las y los jóvenes del norte amazónico, conocer su pensamiento y activar sus inquietudes.
La primera dinámica se refirió al “auto-retrato”, en el que los jóvenes tuvieron un tiempo limitado para dibujarse a sí mismos junto a un elemento que los identifique. Las y los jóvenes mostraron representaciones enmarcadas en paisajes, denotando su apropiación territorial y su acceso a información, pues se muestran con audífonos para escuchar la música que les gusta, libros y animales domésticos. Un joven dibujó un árbol y explicó “yo me dibujé como un árbol porque a mí me gusta el campo”.
El contenido de la primera mañana tuvo que ver con las nociones de biodiversidad, ecosistemas, equilibrio ecosistémico y servicios ecosistémicos.
Se realizó la dinámica de las ecorregiones, en las que las y los jóvenes tuvieron que armar equipos y dibujar cada uno de los cinco ecosistemas presentes en Bolivia: puna, yungas, gran chaco, Amazonía y sabanas inundables. Aunque incluyeron animales como el elefante, que no existen en ninguno de estos ecosistemas, los jóvenes reflexionaron sobre la riqueza de cada uno de estos ecosistemas, su relación e interdependencia entre cada uno de ellos.
Las y los jóvenes comprendieron los cuatro tipos de servicio ecosistémico, de soporte, económico, regulación y cultural. Recurrieron a ejemplos de su diario vivir, la producción agroforestal y agrícola, el aprovechamiento de los maderables, la producción de alimentos y artesanía.
“Si la yuca no se vende, nos la podemos comer” explicó una joven y mostró que los beneficios de la naturaleza pueden complementarse con las buenas prácticas para restituir suelos, abonarlos con aserrín, estiércol o capas de hojas; además, otro joven aportó explicando que se deben cuidar los cultivos que se ponen cerca a los castañares, que existen otras plantas que proporcionan sombra y coadyuvan a la producción.
Para cerrar la mañana se les propuso la dinámica del rompecabezas, una aproximación al murciélago, su rol e importancia en los ecosistemas. Se denotó su aporte en el soporte de los ecosistemas y la generación de abono, su aporte cultural pues su polinización facilita el cultivo del agave y es utilizado en una diversidad de marcas que industrializan bebidas, su porte de regulación pues elimina algunos mosquitos y otros insectos menores; entre otras.