Las comunidades campesinas indígenas de tierras bajas en general y de la Amazonía en particular padecen de diversas epidemias, como la malaria, el dengue y, en ciertas zonas de leishmaniasis. El “coronavirus” es una grave amenaza a la situación ya vulnerable de dichas comunidades, que no tienen condiciones adecuadas para la atención de salud, acceso a agua segura, ni garantizada su seguridad alimentaria; y aunque muchas tienen señal de televisión, telefonía e internet, muchas familias no siempre tienen los artefactos para mantenerse informados y comunicados. Ni qué decir de las comunidades más alejadas, que están prácticamente incomunicadas. Por esta situación, el IPDRS tomó contacto telefónico y virtual con algunas comunidades de la Amazonía norte, que son parte de su cobertura de trabajo.
La dirigente de la Central campesina de Puerto Rico, Rosa Vitalia Quette, indicó que “las comunidades en su mayoría están atemorizadas y se sienten vulnerables… En su mayoría no tienen conocimiento sobre las medidas de prevención y protección del coronavirus. También se sienten confundidos porque sólo se informan por redes sociales, los que pueden. No tenemos ningún tipo de protección porque ni los médicos y ninguna otra institución lo está socializando las medidas a tomar. Lo más grave es que ya se encuentran algunas comunidades con desabastecimiento de alimentación....”
Silvia Eamara, presidenta de la comunidad campesina Girado-Sena, manifestó que “lo que está azotando generalmente es la malaria, y el centro de salud Girado ya no cuenta con medicamentos… la otra enfermedad que azota es el dengue…”. Sobre el coronavirus, algunos “solo se informan por celular, donde en esta comunidad y otras de alrededor no tienen conocimiento sobre las medidas de prevención, y que ni los médicos de este centro han socializado de qué magnitud se está por afrontar…”
Wilmar Ojopi secretario de actas de la comunidad Remanzo-Sena, dijo que por las restricciones “están afectados económicamente porque no pueden trabajar normalmente ya que hay compañeros que siguen en la zafra de la castaña (rubro del que vive la región) y que no pueden vender su producto por lo que no pueden trasladarse al punto más cercano de compradores de almendra… En esta comunidad tienen poco conocimiento del coronavirus y que ante la preocupación lo que están haciendo es consumir toda clase de cítricos con miel de abeja”.
Ante la falta de información los dirigentes pidieron al IPDRS apoyo por lo menos con información para protegerse y evitar la propagación del virus. En respuesta, estamos contribuyendo a socializar sobre cómo prevenir y protegerse de este virus y cómo se propaga, sobre las medias asumidas por el gobierno nacional, etc. Asimismo, fortaleceremos la coordinación con las instituciones y autoridades correspondientes por la magnitud de la amenaza, especialmente para la población de las comunidades rurales.