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Encuentro por la tierra y territorio convoca a reforzar lazos comunitarios y unir fuerzas

 

 

 

 

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El Laboratorio de Estudos de Movimentos Sociais e Territorialidades de la Universidad Federal Fluminense (LEMTO-UFF) y el Instituto para el Desarrollo Rural de Sudamérica (IPDRS), en el marco de la iniciativa Movimiento Regional por la Tierra y Territorio, realizaron el VI Encuentro por la tierra y territorio, en esta versión con la temática Superando las fragmentaciones, tejiendo redes de vida, en la ciudad de Marabá, estado de Pará, Brasil, del 8 al 11 de noviembre de este año.

Con la acostumbrada “mística” que caracteriza los encuentros y reuniones con causas y luchas en común en Brasil, se arrancó con la presencia de al menos 10 organizaciones territoriales, entre campesinas e indígenas, manifiesta en objetos que habían traído desde sus territorios en diversos lugares de Brasil, y además, la participación de representantes del pueblo Mapuche (Chile) y el pueblo Añú (Venezuela), y la compañía de activistas de Bolivia, Colombia y Perú.

Entre los objetos ofrendados al encuentro y las salutaciones realizadas, tuvimos expresiones muy emotivas de parte de mujeres y hombres, que asumen la “representación” de sus territorios de forma muy seria. Se ofrendaron objetos del bosque, banderas (faxinalense, mapuche, movimiento sin tierra, movimiento de afectados contra las represas (MAB), etc., además, se ofrendó un video con expresiones del movimiento sin tierra en el que se muestra el papel de las mujeres y su consigna “sin feminismo, no hay socialismo; sin feminismo, no hay agroecología”; los faxinaleses ofrendaron un recetario de comida bordado con coloridos hilos por su empeño en la soberanía alimentaria; y se sucedieron las consignas que enuncian la reivindicación peculiar a los territorios: “diez veces venceremos, si uno cale, diez veces nos levantaremos”, “sin el bosque no somos nada”, “la castaña es nuestro petróleo”, “no queremos depender de empresas, no queremos ser grupo de investigación, queremos compañeros de ayuda y trabajo”, “la lucha de todos es por el agua, la lucha por el agua es la defensa de la tierra y el territorio”, “agua es para vida y no para muerte”, “el desarrollo es en lo que estamos metidos a fuerza”, entre otras.

El encuentro propuso una metodología basada en cuatro dimensiones necesarias para la reproducción de la vida, como son: convivirhabitarcomer y curar. Reunidos en tres heterogéneos grupos, los participantes motivados por estos cuatro dispositivos, reflexionaron respecto a sus experiencias por garantizar la comida, el techo, la salud y otros, a sus familias y comunidades.

La riqueza compartida se nutrió de las diferentes formas de organización y comprensión del territorio. Las indígenas reconocieron que las enfermedades presentes en los pueblos son males que aquejan, y también atengan contra su existencia, afirmaron “no recuerdo que un indígena muera por alguna enfermedad”, “llegaron blancos y trajeron la enfermedad con la alimentación”, “beber agua es muy importante, la gente crece, se cuida, puede nadar, y la usa como defensa en tiempo de guerra”; mientras que las nuevas generaciones afirmaron que el cuidado de la naturaleza que han heredado les hace aproximarse y promover técnicas de reforestamiento, preservación y conservación, y utilizan registros en fotografía y video para preservar los saberes. Una propuesta que llama la atención, y que se habría hecho en diferentes lugares de Sudamérica es el crear universidades diferenciadas para indígenas, donde no basta con el enunciado “indígena”, sino que debe incorporar otra lógica, otro calendario, la oralidad como un lenguaje y medio, y además, debe ser independiente para que no pierda de vista el objetivo de los pueblos indígenas.

El pueblo añú desde lo que ahora es Venezuela, aportó la noción del ookoto, que significa dividir las cosas para repartir, distribuirlas para compartir. Esta necesidad precisamente es la que se identificó en el trabajo de los grupos, la de restituir, reunir, reedificar, reconstruir, y volver a significar un “nosotros”.

Muy importante reflexionar sobre las categorías y ordenamientos que se imponen desde los Estados. Desde el pueblo Gavião se pidió incluir en las reflexiones la afirmación ¡Demarcación ya, titulación jamás!, advirtiendo el peligro de aceptar la titulación individual y la división de los territorios que se procuran para vulnerabilizar a las poblaciones.

Otro aspecto fundamental del encuentro y las elocuciones que emergieron de forma abierta y en confianza, fue el de la autonomía, la auto organización y el autogobierno, que debe procurar que los esfuerzos permanezcan en los territorios y coadyuven a reproducir la vida. La fundamental presencia de mujeres y jóvenes, también abrieron las discusiones a remarcar en la participación de las mujeres a partir de sus tareas fundamentales, en ámbitos de la producción agropecuaria, el cuidado y el liderazgo de procesos.

Muy pronto, el encuentro publicará una memoria del encuentro, y además, se produjo un documento denominado “Carta de la Amazonía”, firmado por todas las organizaciones y personas presentes. Esta carta será próximamente publicada y difundida, mientras aguardamos el trabajo de corrección y traducción español/portugués, compartimos uno de sus fragmentos:

“Somos como el agua que no se quiebra, que se conforma a las circunstancias, se infiltra, se moviliza con las mareas en diálogo con la Luna, emerge como fuente, da la vida y tiene al cielo como límite. ¡Vuelve a la tierra y alimenta nuestra mesa y nuestros sueños!”.