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Doña Clementina Barajas es una mujer colombiana que ha construido una experiencia inspiradora del buen uso  y aprovechamiento de la tierra, a partir del desarrollo de un sistema integral de agricultura, que incluye el cuidado permanente de la tierra, suelo y bosque.

Hoy ella se ha convertido en un referente importante para su región y país, por lo que de manera permanente recibe visitas de académicos, técnicos, productores y organizaciones, este es el caso del Instituto de Desarrollo Rural para Sudamérica IPDRS, que tuvo un encuentro inspirador  con ella el pasado mes de octubre.

A través de del proyecto Movimiento por la Tierra el IPDRS visito a Doña Clementina, en el marco de su participación en el Encuentro Campesino: Jóvenes y Educación Rural, con el objetivo de visibilizar el buen uso y aprovechamiento del acceso a la tierra, retorno al campo y  la valoración del trabajo de agricultura familiar a partir del liderazgo de una mujer. En muchos países de Latinoamérica las mujeres poseen menos del 2% de toda la tierra a pesar de su rol fundamental en la agricultura y Doña Clementina es un ejemplo de ello.

Fertilizantes naturales, sistema integral agricultura sostenida

Finca Alisal y San Luis, así se denominan las dos fincas liderizadas por Doña Clementina, ubicadas en la vereda La Floresta, sector II, en el municipio de la Guasca, Departamento de Cundinamarca (Bogotá – Colombia). Doña Clementina el año 1992 toma la decisión de vivir en  el campo y dejar la ciudad para iniciar un trabajo de producción agropecuaria con base campesina y familiar.  A partir de esta decisión, afirma Doña Clementina, que no solo ha mejorado su economía y sus conocimientos sobre la agricultura sino los lazos familiares de su hogar.

El sistema de cultivo utilizado por Doña Clementina es de uso natural o sin fertilizantes.  Este sistema le permite un aprovechamiento intensivo de las capacidades productivas del suelo desde la década de los 90 logrando su certificación el año 2004. Desde esta lógica ha logrado la producción, transformación y comercialización de 60 cultivos, entre hierbas aromáticas, medicinales y hortalizas en una superficie de 0,6 hectáreas con una cantidad aproximada de 12 toneladas de productos por año.

La producción de su finca contempla cultivos como el tomillo, cilantro, apio, perejil, menta, manzanilla, calabacín, tomate y caléndula.  También el brócoli, coliflor, acelga, cebolla, cebolla puerro, lechuga crespa, nabo, pepino y espinaca.  Además de rabanito, yerba buena, quinua, amaranto, entro otros varios productos. También trabaja con la crianza de vacas, conejos, gallinas, chivos, ovejas, abejas y lombrices californianas, estos últimos importantes para el sistema agroecológico.  Al mismo tiempo complementa la dieta y los productos para el mercado y proporciona abonos naturales para el campo.

La finca familiar participa  activamente en varias asociaciones de la región, como de la Asociación de Granjeros Ecológicos de Guasca (AGREGUA), Asociación de Mercados Campesinos, Asociación de Turismo (ASOTURISMI Guasca) y Junta de Acción Comunal de la Vereda.

Reciben apoyo y respaldo del Gobierno Municipal de Guasca, profesores universitarios,  organizaciones regionales y nacionales. La finca se constituye en una iniciativa de agricultura familiar inspiradora en la que están involucradas seis personas, entre hombres, mujeres, jóvenes y niños de la familia, quienes realizan este trabajo a un solo compas y en sola mira: promover una agricultura integral sin fertilizantes, con  desarrollo de sus capacidades para el cuidado de la tierra y la naturaleza.