PRODUCCIÓN - EXPLORACIONES
63 - El rol de la mujeres en el proceso de sustitución de la amapola y las afectaciones al territorio en el Resguardo Inga de Aponte Nariño Colombia
La producción de drogas ilícitas es una problemática constante que no se ha solucionado desde los planes y programas del gobierno nacional para su abandono definitivo. Una de las fuentes de estas drogas es el cultivo de la amapola cuyo producto final es la morfina y la heroína, que se comercializa, en gran medida, en las capitales de grandes países como Estados Unidos. Dentro de la cadena del narcotráfico, Colombia es considerada como una productora potencial lo cual se hace evidente ya que la producción de amapola no se ha detenido.
Desde la firma de los Acuerdos de paz en el año 2016, que tiene como propósito poner fin a la guerra interna. Se han implementado políticas, programas y acciones enfocadas en las víctimas del narcotráfico, oportunidades para el sector rural, participación y democracia, entre otros objetivos. En este orden, la implementación del Acuerdo de paz concentra sus esfuerzos en poner fin al conflicto y lograr la construcción de una paz estable y duradera en Colombia. En consecuencia, uno de los principales desafíos que enfrentan las autoridades de este país, es la sostenibilidad en los procesos de sustitución de cultivos de uso ilícito. Por otra parte, el capítulo étnico de los acuerdos de paz contempla que el “Gobierno Nacional y las FARC-EP reconocen que los pueblos étnicos han sido afectados gravemente por el conflicto armado interno y se deben propiciar las máximas garantías para el ejercicio pleno de sus Derechos Humanos y colectivos en el marco de sus propias aspiraciones, intereses y cosmovisiones”2.
En el escenario actual, cuando los gobiernos están interesados en buscar soluciones al problema de las drogas y las formas más efectivas de afrontar los efectos del cambio climático, considero el aporte positivo desde los valiosos aprendizajes del pueblo Inga que ha logrado salir de los cultivos de uso ilícito de manera voluntaria y hacer que esta decisión comunitaria se mantenga a través del tiempo. Este podría ser un ejemplo, una serie de lecciones aprendidas para ser tomadas en cuenta a la hora de plantear estrategias más acertadas en el marco de los programas impulsados por el Gobierno nacional, que deben responder a la realidad de cada territorio según lo convenido en los Acuerdos de paz.
Por este motivo, en este ensayo contaré la historia de vida de la comunidad Inga en Aponte, territorio en el que vivimos la experiencia de tener el cultivo de uso ilícito de amapola, las actividades antrópicas que afectaron significativamente el territorio fueron desproporcionadas, pero a la vez, se tuvo la capacidad de superar esta situación y ser reconocidos como un ejemplo para abandonar el cultivo de la amapola y el narcotráfico. Por esto creo que es un digno mensaje para compartir con los demás pueblos hermanos del mundo.
Lo aquí escrito es fruto de conversaciones realizadas con hombres y mujeres del resguardo, quienes dan cuenta de sus vivencias en estos últimos 20 años, de igual manera es la percepción de la realidad que se obtener mediante las visitas de campo de manera frecuente, que han sido posibles por ser miembro y habitante de este territorio.
Así mismo, se ha decidido resaltar el papel que han desempeñado la mujeres indígenas Inga en todo este proceso desde su sentir, su sabiduría, fuerza física y espiritual para soñar y poder ser parte de una transformación social al interior de su pueblo y ser visible en otros espacios a nivel regional y nacional.
Finalmente es importante anotar que todo este proceso se ha podido llevar a cabo gracias a que en el territorio existe una autoridad tradicional que permanece bajo la orientación espiritual de nuestros ancestros, que han sido el pilar en estos procesos para tomar decisiones trascendentales, y a la vez, mantener firme los compromisos comunitarios realizados por las familias ante el gobierno nacional para no volver a sembrar cultivos de uso ilícito dentro del territorio Inga de Aponte.
1. Nutricionista egresada de la Universidad Industrial de Santander y becaria de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) 2022.
2. Capítulo Étnico incluido en el Acuerdo Final de Paz entre el Gobierno Nacional y las FARC. 5