PRODUCCIÓN - DIÁLOGOS
23 - Desarrollo Rural y TIC
Desarrollo Rural y TIC
Mariana Fossetti*
El desarrollo de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) y el tránsito a una sociedad del conocimiento está generando una verdadera revolución técnica, social, política y cultural, a la que no son ajenos la agricultura y los territorios rurales. Pero mientras la agricultura empresarial está incorporando crecientemente conocimientos e información a sus procesos productivos muchos territorios y comunidades están en situación de exclusión frente a las tecnologías, lo que genera una desfavorable brecha digital, que se suma a las geográficas y económicas existentes.
La vinculación entre las TIC y el desarrollo rural se presenta muchas veces a través de dos visiones antagónicas: la optimista, que señala que constituyen un elemento integrador y democratizador clave para reducir la brecha social, y la que sostiene que generan cada vez mayor distancia entre quienes se benefician de su uso y la gran mayoría que todavía no tiene acceso físico a ellas ni el conocimiento para utilizarlas. Esta es la masa de “excluidos digitales”.
Ambas visiones dependen del alcance del desarrollo técnico y, fundamentalmente, del enfoque ético y el modelo de desarrollo decididos políticamente. Las TIC pueden ser una herramienta de desarrollo, pero no representan el desarrollo en sí mismo, a menos que se las utilice como un instrumento más para resolver problemas básicos elementales, como la seguridad alimentaria, mejora del hábitat, la salud y la educación, por ejemplo.
Del enfoque tecnológico al social
La revolución que ha significado la tecnología de las comunicaciones es tan fuerte que exige analizar su impacto. Se trata de herramientas capaces de hacer caer las barreras de la distancia y están cambiando la forma en que se construye y comparte el conocimiento porque, a diferencia de la prensa, radio y televisión, permiten instantáneamente el diálogo individual y masivo a distancia, lo que tiene un enorme potencialidad democratizador. Para entender estas posibilidades debemos dejar el enfoque excluido en lo tecnológico para poner en el centro de la discusión los procesos comunicacionales, sociales, cognitivos y pedagógicos que las TIC representan, lo que, de hecho, está siendo promovido por la gran transformación de la Web 2.0 como nuevo ambiente de intercambio de información, interacción y construcción de conocimientos y comunidades en Internet.
La Web 2.0, también llamada segunda generación de la Web (Tim O'Reilly, 2004), es un entorno más dinámico que la Word Wide Web en sus inicios, gracias a herramientas que permiten a los usuarios ser creadores de información además de darles la capacidad de comentar y clasificar la creada por otros. Muchas aplicaciones que funcionan sobre la Web se han extendido y democratizado, como blogs, fotos y videos online, redes sociales, entornos virtuales de aprendizaje, aplicaciones de comercio electrónico, herramientas para realizar trabajo colaborativo, entre otros. Esto ha generado que el conocimiento disponible a tan sólo un clic de distancia se multiplique y cada vez más personas e instituciones están más interconectadas y forman redes informales de trabajo a distancia, basadas en flujos de información e intereses comunes.
Por todo ello, de aquí en adelante será menos importante saber manejar las herramientas (navegador, buscadores, formatos de fuentes Web) que tener las habilidades para manejar la gran cantidad de información dispersa sin fracasar en el intento y cobrará importancia la figura del/la gestor del conocimiento y facilitador/a de conversaciones, que ayude a las/los usuarios a rescatar de entre la abundancia informativa "ese" dato que necesita, asegurándole, además, que es fiable y ayudándolo a adaptarlo a su contexto real, combinándolo con otros datos para hacerlo más útil.
¿Qué aportan las TIC al desarrollo rural?
En ámbitos de agricultura y desarrollo rural cobra cada vez más importancia la tarea de gestión del conocimiento, con la que se busca potenciar la colaboración de actores diversos que se comunican y comparten datos, y que los reconstruyen para crear nuevos, más útiles y contextualizados. Los técnicos ya no son quienes ostentan un saber experto exclusivo, sino que se tiende a reconocer la importancia de los conocimientos generados por la experiencia de los agricultores y sus organizaciones.
Si bien existen limitaciones reales en el uso de las TIC, también hay nuevas posibilidades de que contribuyan al desarrollo humano en el medio rural, mejora de la agricultura familiar y de las economías campesinas, a partir de su uso práctico desde las propias necesidades de los productores. Por ello, sin intención de cerrar la discusión ni proponer una lista cerrada, a continuación se proponen algunos factores a tener en cuenta para la incorporación de las TIC en procesos de desarrollo rural.
¨ Importancia de la conectividad rural, que debe ser encarada como una política de Estado.
¨ Las TIC son herramientas, actúan como mediadoras. Dependen del para qué y del cómo se implementan.
¨ La inclusión digital no es dar clases de informática a los productores, sino herramientas concretas que tengan sentido en sus prácticas y sus necesidades. Los contenidos deben ser apropiados y responder a demandas reales de información, consultadas a los protagonistas.
¨ Los productores más jóvenes son los que reclaman capacitación en TIC.
¨ Importancia de alfabetización sobre herramientas y gestión del conocimiento.
¨ Necesidad de potenciamiento digital desde las comunidades, sin imposiciones (Daniel Espíndola, Uruguay). Es importante que, en la medida que los productores acceden a la Web y se vuelven usuarios, puedan crear sus propios filtros de información y criterios de búsqueda, así como usar libremente la tecnología, sin depender de agentes externos, modificándola y adaptándola según sus necesidades.
¨ Importancia de la capacitación en TIC y gestión del conocimiento entre los técnicos, extensionistas y agentes de desarrollo.
¨ Reconocimiento de otros sistemas de gestión del conocimiento, como saberes ancestrales y locales; y del diálogo y complementación entre lo tradicionales y científico.
¨ No perder el contacto territorial cara a cara. Si el trabajo con TIC involucra a actores locales y permite interacción entre productores de distintas localidades, complementa y agrega una nueva faceta enriquecedora al trabajo en desarrollo rural.
Pensando en el futuro (no tan lejano)
La diversidad de herramientas TIC y sus posibles usos es enorme, exige creatividad y visión de futuro, para lo cual ya se han planteado algunas tendencias como el desarrollo de Internet hacia una “Web semántica”, también llamada Web 3.0, en la que los sistemas informáticos son capaces de entender el lenguaje humano y distinguir entre objetos, personas, eventos y lugares, gracias a tecnologías como Resource Description Framework o Marco de Descripción de Recursos, un lenguaje de descripción y microformatos.
También constituyen una tendencia de futuro los avances de la geolocalización, telefonía móvil y acceso a la Web mediante dispositivos portátiles, con la posibilidad de comunicación sincrónica a través de Internet desde cualquier lugar y con cualquier dispositivo, por lo que emergen como cuestiones a investigar y desarrollar la geotrazabilidad, vigilancia tecnológica, alertas tempranas, gobierno móvil, entre otros. Las crecientes posibilidades de ofrecer contenidos digitales de forma abierta y gratuita, con fines de formación e investigación, están llevando a plantear cuestiones sobre el licenciamiento, la posible integración de los documentos que producen las agencias de desarrollo en el dominio público, la reutilización y las formas de distribución libre del conocimiento. Otra posibilidad es ofrecer servicios basados en Internet y software, plataformas online de aprendizaje, gestión de redes y creación de contenidos trabajando en una interfaz Web. La gestión del conocimiento 2.0 implica superar la idea de que técnicos/as y agentes de desarrollo son solo proveedores de información e invita a los/las usuarios a involucrarse, conocerse entre sí e intercambiar conocimientos, generando nuevos sentidos.
Más que un cambio tecnológico, se trata de cambios con fuertes impactos culturales. Las tecnologías avanzan rápido y cada vez es más viable, económica y tecnológicamente, llevarlas hasta a los pueblos y parajes más alejados. Los mayores desafíos son divulgar y democratizar las nuevas herramientas y crear arquitecturas de información participativas y accesibles. Esto es pasar de un paradigma tecnológico a un pensamiento crítico que incorpore los procesos sociales, comunicativos y una visión ética.
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* M. Fossatti es Socióloga uruguaya, con Maestría en Sociedad y Desarrollo. Trabaja en el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y en actividades vinculadas a las TIC.
Las reflexiones de este artículo son parte de publicaciones inéditas del IICA y estarán disponibles próximamente en www.iica.org.uy