PRODUCCIÓN - DIÁLOGOS
218 - REFLEXIONES DEL SER JOVEN
Reflexiones del ser joven
Jhannet Ventura *[1]
¿Qué es ser joven? ¿Existe una única manera de ser joven? estas se constituyen interrogantes centrales para el abordaje de lo juvenil.
En Sudamérica, la transición demográfica y el crecimiento de la población joven han despertado el interés de desarrollar estudios en torno a la juventud. Estos estudios son realizados desde diversas perspectivas y propósitos, y en la mayoría de los casos centralizados en lo urbano, invisibilizando así, a la juventud rural.
Se están volviendo cada día más frecuentes los estudios sobre la juventud, su comportamiento, valores y expectativas, así como los trabajos que tratan de incluir a los jóvenes en categorías que los definan. En los últimos tiempos existen nuevas formas de concebir e interpretar la juventud, que superan visiones homogenizantes y reduccionistas, que sobrepasan a una simple lectura de estadística.
La juventud no es un simple concepto, es una construcción histórica y social, que no debería reducirse o simplificarse a una condición de edad. Cada época, sector social o territorio postula formas de ser joven, en realidad se debería hablar de juventudes asumiendo una afirmación que va más allá de lo plural, al reconocimiento de hombres y mujeres, que no referido a una cuestión solo gramatical de número y cantidad, sino que hace mención a una peculiar epistemología de lo juvenil, la cual exige mirar desde la diversidad a este mundo social (Duarte, 2000).
Durante los últimos años estallaron en todas partes del mundo revueltas y protestas organizadas y protagonizadas en gran medida por jóvenes. Manifestaciones que llegaron a las calles y a menudo se convirtieron en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, rechazando la representación de los partidos políticos, la baja o nula participación en los ámbitos de decisión, la manipulación de sus imágenes por los medios de comunicación que no los representa, ni representa sus discursos y espacios. Pero, las y los jóvenes no se definen únicamente por lo que rechazan: también existen luchas y propuestas en su forma de construir y a portar a la sociedad.
En Bolivia, las juventudes han acompañado, liderado varios hitos y procesos sociales, en los últimos años, relacionados a procesos sociopolíticos que ha vivido el país, luchas de reivindicación de los movimientos sociales. La “guerra del agua” de abril del año 2000, conflictos de febrero “Febrero Negro” de 2003, sobre este último escribe Orduna: “los rostros voluntarios o accidentales de las jornadas que provocaron un prolongado infarto democrático, fueron jóvenes. Mientras los francotiradores hacían política desde los techos, al otro lado, en las calles, los tutores de la insurgencia eran, incluso, adolescentes” (Orduna, 2003). Igual de trascendente la participación de los jóvenes en las jornadas de movilización y protesta de septiembre y octubre de ese mismo año, en la llamada “guerra del gas”. (CIPCA, 2014).
La participación y actoría social de los jóvenes en procesos y luchas reivindicativa queda invisibilizada por la forma adultocentrista de abordar los liderazgos y discursos. Si se habla de territorios rurales, las juventudes han demostrado un rol protagónico. Según el texto Jóvenes Rurales, los jóvenes “fueron protagonistas de las diez marchas indígenas iniciadas en la década de los años 90; fueron protagonistas de las luchas por la tierra y territorio en las últimas dos décadas, aunque de manera poco visible a nivel nacional; y en las recientes marchas indígenas en defensa del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) en los años 2011 y 2012” (CIPCA, 2014).
En Colombia, los desafíos también están presentes en las mujeres jóvenes quienes abren espacios encarando transformaciones y nuevas condiciones de vida, para lograr fortalecer los procesos organizativos juveniles. Las mujeres jóvenes rurales han tomado un papel importante en los procesos de empoderamiento y formación de movimientos juveniles y sociales que las ubican en una posición pública y participativa. Algunas de las precondiciones para el empoderamiento de las mujeres son los espacios democráticos y participativos, así como la organización de las mujeres” (León y Deere, 2000). Fruto de estos procesos de empoderamiento han surgido diversas oportunidades de inmersión y participación de la mujer joven campesina a través de distintas situaciones como la colonización de tierras, las migraciones e incluso, el conflicto armado. Citado: Exploraciones N°18, IPDRS.
La participación e involucramiento en procesos sociales y políticos empieza a resignificar la actoría social, mediante su experiencia, su representación en procesos democratizadores anclados en el espacio de la vida comunitaria adulta, que han permitido, a través de movimientos sociales y acciones reivindicativas, desarrollar nuevos sentidos de la participación. En tal sentido, cobra importancia la identificación de las situaciones que motivan a los jóvenes rurales a participar, no solo en los espacios de decisión, sino, en las diferentes posibilidades de acceso a bienes, servicios, a la tierra, la integración a determinados procesos sociales, a un mejoramiento de las oportunidades o la concreción de sus proyectos vitales dentro de su territorio.
La juventud rural es un actor estratégico para mantener la agricultura y aportar al desarrollo de su comunidad, territorio y país. Cobra sentido, el relevo generacional que se necesita y se da de forma lenta y silenciosa. El estudio de caso ciento cincuenta y cinco del Movimiento Regional Por la Tierra y Territorio, rescata la experiencia de jóvenes agricultores de Paucartambo, Cusco - Perú, que muestran interés en permanecer en el campo, quienes asumen el desafío de vivir en un espacio al que muchos no ven oportunidades necesarias para su futuro. Articulados, en conjunto y con el mismo interés van consolidando una nueva mirada hacia la permanencia y retorno a su territorio rural.
Jóvenes protagonistas del desarrollo rural, no sólo en la participación política, social y cultural, sino en los ámbitos productivos, formando parte de las dinámicas socioculturales y de movilidad social, cada vez más complejas en toda la región, en especial, cuando se habla de territorios rurales.
La ausencia de estudios, investigaciones de jóvenes rurales es latente, sin embargo existen experiencias que están haciendo el cambio y que aún falta conocer, registrar y que las mismas le den un cambio a la mirada y representaciones homogenizadas de las y los jóvenes, que viven y enfrentan contexto problemáticos (la falta de reconocimiento, limitadas oportunidades de acceso y avances tecnológicos, la migración, las relaciones de género), problemáticas que de alguna manera los hacen vulnerables, pero al mismo tiempo están ejerciendo un papel sobresaliente, que posibilita su empoderamiento, visibiliza su liderazgo, protagonismo y consolida una actoría social
Ser joven rural implica no sólo el habitar fuera de las grandes ciudades urbanas y hacerlo en pequeñas localidades o comunidades, también es asumir la identidad cultural y a partir de ello definir un rumbo para su vida en comunidad y de enfrentar las carencias de los servicios públicos y oportunidades de mejores condiciones de vida.
Implica romper con la idea o prejuicio, que las oportunidades se encuentran fuera del lugar de dónde habitan, sin duda la educación, acceso a servicios y tecnología brinda mejores posibilidades, influidas por los estímulos comunicacionales actuales, pero el desafío se encuentra en el aporte que puede hacer la juventud en distintas actividades en el mundo rural, y contribuir a la transformación y desarrollo, que permitan lograr una mayor cohesión social y territorial.
El potencial de los jóvenes rurales como contribuidores de crecimiento y desarrollo no es suficientemente reconocido en las políticas públicas, existe un vacío en las oportunidades, hace falta frenar las migraciones, los estereotipos.
Se hace evidente la necesidad de abrir un camino para comprender a las personas jóvenes, más aun de las áreas rurales, no están referenciadas, sino referidas al mundo rural o habitante de una localidad determinada, quedando en un vacío sus propias preocupaciones referidas al desarrollo de sus potencialidades, y la falta de participación en las propuestas de desarrollo rural.
BIBLIOGRAFIA
CIPCA, (2014) Jóvenes Rurales. Una aproximación a su problemática y perspectivas en seis regiones de Bolivia.
Duarte, K. (2000). "Juventud o Juventudes. Acerca de cómo mirar y remirar a las juventudes de nuestro continente", en Última Década (CIDPA, Viña del Mar-Chile).
Garcés, A. (2006). Juventud rural. Imágenes que rondan al joven en contextos rurales. Medellín: Universidad de Medellín. Caja de Compensación Familiar Comfenalco.
Velásquez, F. (2010). La planeación territorial en Colombia: contexto, trayectoria y experiencias. Cuadernos Descentralistas, No. 25. Lima: Grupo Propuesta Ciudadana.
https://iep.org.pe/estudios-y-proyectos/nuevas-trenzas-mujeres-rurales-jovenes-del-siglo-xxi/
http://porlatierra.org/casos/155
http://cipca.org.bo/images/libros/documentos/Memoria_FORO_NACIONAL_DE_JOVENES_RURALES.pdf
*[1] Jhannet Ventura
Psicóloga y Maestrante en Desarrollo Social del CIDES UMSA. Especialista en temas de derechos sexuales, embarazo temprano, adolescentes en conflicto con la ley. Actualmente articula su experiencia del trabajo con jóvenes en la coordinación de procesos de educación virtual en el Interaprendizaje del Instituto para el Desarrollo Rural de Sudamérica.