Fuente: Eco Portal
"Con este proceso se hace resistencia ante el modelo de revolución verde que con los monocultivos principalmente de café, caña panelera y proyectos asistenciales de entrega de semillas “desmejoradas” e insumos, afectaron a las comunidades y cambiaron la tradición de producir y guardar la semilla tradicional para las siembras. Con el trabajo de la red se promovió la recuperación y producción de las semillas criollas y nativas de buena calidad, desde los diferentes proyectos, que apuntan a la soberanía alimentaria de las familias."
El municipio de Riosucio se encuentra ubicado en el noroccidente del departamento de Caldas, cuenta con cuatro resguardos indígenas, dos de origen colonial resguardo Indígena Cañamomo – Lomaprieta y el resguardo de Nuestra Señora Candelaria de la Montaña; y los otros dos el resguardo Escopetera y Pirza y el resguardo de San Lorenzo; el 74 % de la población del municipio es indígena de la Etnia Embera Chamí. De los cuatro resguardos los que más han trabajado la propuesta de soberanía alimentaria y rescate de semillas tradicionales han sido San Lorenzo y Cañamomo - Lomaprieta.
Resguardo Indígena Cañamomo – Lomaprieta
El resguardo se creó mediante cédula real expedida por Carlos I de España y Carlos V de Alemania el 10 de marzo de 1540, y los linderos fueron redefinidos en 1627. La región fue de gran importancia minera, junto con Marmato.
Desde esa época hasta la actualidad los resguardos sufrieron grandes reformas y pérdida de territorio y la soberanía alimentaria, junto con las semillas que se conservaban, hasta llevar casi a la desaparición, pues colonos que llegaron en la época de la violencia bipartidista se apropiaron de los territorios indígenas y en 1942 disuelven los resguardos de Escopetera – Pirza y San Lorenzo; en 1960 se crean las juntas de acción comunal dentro de los resguardos, inicia un proceso de cambiar los métodos de trabajo que se tenía y motivar la conformación y delimitación de veredas. Esta nueva forma de organización social entró a chocar con las organizaciones tradicionales de los cabildos.
En la actualidad, el resguardo cuenta con 32 comunidades; 24.315 habitantes y un área de 4.826 has, lo que representa la presencia de microfundios, el 87 % de las parcelas tienen áreas entre 0.1 y 3 has, con economías muy precarias, pérdida de la identidad y de la autonomía, donde el sustento de las familias está basado principalmente en el cultivo de café tradicional y la caña panelera y algunas familias producen pan coger como maíz, fríjol, yuca, plátano, frutales y algunas hortalizas, muchas familias han migrado a las ciudades cercanas buscando mejores oportunidades.
La organización del cabildo, consciente de su responsabilidad social y del compromiso de mantener sus principios y políticas, ha planteado la necesidad de construir colectivamente nuevos caminos y afrontar los retos que se visionan en el futuro.
La iniciativa se ha denominado “hacia una nueva propuesta de gobernabilidad”, que recoge el pensamiento colectivo en las prácticas comunitarias y avanza en la creación de espacios de decisión y participación con una visión propositiva de autogobierno. De igual manera se han planteado de manera consecuente y responsable las políticas y estrategias que orientan los procesos organizativos y políticos que permitan seguir construyendo una organización cada vez más sólida en términos de la fortaleza comunitaria, con una posición de resistencia cultural que posibiliten alternativas sustentables orientadas a convertirse en una propuesta diferente al modelo económico social y político vigente. Dentro de las políticas de este plan de vida están:
• Construir y ejercer autonomía en el territorio.
• Construir soberanía alimentaria.
Como punto de partida estas políticas dieron las pautas para iniciar el proceso de defensa y recuperación de las semillas tradicionales y los conocimientos ligados a ellas, proponer la agroecología como forma de vida en el territorio para la producción de alimentos para conservar los seres de la naturaleza y la auto sostenibilidad para evitar la dependencia de alimentos e insumos externos; buscando una economía social y solidaria.
En el año 2007 dentro de la propuesta de nueva gobernabilidad, y con el acompañamiento de la Campaña Semillas de identidad, se empieza a tocar el tema de la defensa de las semillas; frente a la amenaza de la entrada de alimentos principalmente maíz transgénico, afectando la soberanía alimentaria y las siembras en Colombia de cultivos de maíz y algodón transgénico. A raíz de esto se inicia una campaña de sensibilización y educación en las comunidades de los diferentes resguardos frente al tema de los transgénicos; siendo el resguardo de Cañamomo-Lomaprieta quien asume un liderazgo y se compromete desde el programa de soberanía y recursos naturales, a trabajar en la propuesta de declarar el resguardo como Territorio Libre de Transgénicos (T.L.T).
Como herramienta pedagógica, se hizo el montaje de la obra de títeres “Los Cañaprietas”; donde de manera lúdica se cuenta lo que le sucede a una comunidad que cambia sus semillas tradicionales por semillas transgénicas y cómo al final la mejor solución fue declarar su territorio libre de transgénicos – TLT. Con esta obra se logró llegar a las diferentes comunidades y a los líderes del cabildo y en asamblea de comunidad en el año 2009, mediante la resolución 018, el Resguardo de Cañamomo se declara Territorio Libre de Transgénicos.
A la par de este trabajo se inicia con la conformación de la red de guardianes o custodios de semillas, que no fue más que encontrar esos agricultores que durante toda su vida habían estado cuidando y conservando algunas semillas tradicionales, que habían heredado o adquirido a través de algún proceso organizativo o productivo; y que quisieran hacer parte de un grupo que se denominó red de custodios; contando con alrededor de cuarenta guardianes, de los cuatro resguardos, donde la meta era producir las semillas que requería el resguardo y el municipio, para los diferentes proyectos productivos que requieren semillas, principalmente de maíz y frijol que se ejecutaban desde la Alcaldía municipal y los mismos resguardos.
Aunque los custodios siempre han cultivado sus semillas, el reto era producirlas en mayores volúmenes, de buena calidad y de manera agroecológica, para suplir la demanda que se requiere en algunos momentos. Se inició un proceso de acompañamiento para fortalecer lo organizativo de la red y en la parte técnica para mejorar la calidad de las semillas en términos de sanidad y vigorosidad del cultivo y de la semilla; en la germinación para ciertas especies se verificaron que los porcentajes fueran mayores al 90 % y la fidelidad de la semilla en cuanto a la variedad y clima. Con este proceso se hace resistencia ante el modelo de revolución verde que con los monocultivos principalmente de café, caña panelera y proyectos asistenciales de entrega de semillas “desmejoradas” e insumos, afectaron a las comunidades y cambiaron la tradición de producir y guardar la semilla tradicional para las siembras.
Con el trabajo de la red se promovió la recuperación y producción de las semillas criollas y nativas de buena calidad, desde los diferentes proyectos, que apuntan a la soberanía alimentaria de las familias.
Desde el inicio, la campaña semillas de identidad ha realizado el acompañamiento permanente de todos los momentos por los que ha evolucionado la red; apoyando lo organizativo y lo técnico; mediante la cofinanciación con recursos para las actividades que han permitido el crecimiento y la proyección hacia el futuro de la sostenibilidad y buscando mejorar las condiciones socio - económicas de los custodios por medio de la producción, el intercambio y la comercialización de las semillas tradicionales.
En el año 2013 se inicia la construcción de la casa de las semillas, gracias al esfuerzo económico del resguardo de Cañamomo, la administración municipal y la campaña semillas de identidad, la cual se define como: “Elespacio de encuentro de custodios y productores de semillas criollas y nativas, para la recuperación, conservación, intercambio y comercialización de las semillas producidas agroecológicamente, y libres de propiedad intelectual para fortalecer la autogestión, la economía local y la cultura.”
La casa de las semillas está conformada por los custodios, los cosecheros, las parcelas donde se producen las semillas y el centro de semillas donde se reciben, seleccionan, identifican, registran, codifican y almacenan las semillas para garantizar la calidad en el intercambio, préstamo y/o la venta de semillas, convirtiéndose en un referente de la comunidad para el intercambio y el aprovisionamiento de semillas.
La casa de semillas hace parte de la red nacional de custodios de semillas y en los resguardos y asentamientos indígenas del departamento de Caldas (Colombia) hace parte de los planes de vida de las comunidades.
Incidencia política en defensa de las semillas
En el año 2004, el movimiento indígena logra llegar a la Alcaldía municipal y se hacen los primeros intentos desde este espacio de gobernabilidad para incidir en el tema de las semillas tradicionales, y se establecieron algunos cultivos principalmente de frijol y maíz con el fin de multiplicar aquellas variedades, que se habían determinado escasas en ese momento; luego estas semillas fueron devueltas a los resguardos que participaron en el proyecto.
En el año 2012 nuevamente el movimiento indígena llega a la administración municipal y se hace un ejercicio más fuerte de incidencia, ya que se incluye en el plan de desarrollo del municipio, que para las comunidades indígenas todo proyecto que incluyera entrega de semillas debía garantizar semillas criollas o nativas de la zona, que no fueran transgénicas, y para esto se exigía a los proveedores que debía ser de semilla de las mismas comunidades y que preferiblemente de la casa de las semillas, para garantizar que fuera semilla tradicional y agroecológica, cumpliendo con las normas de contratación estatal que ya es bastante difícil; aun así se logró durante el periodo de Alcaldía 2012 – 2015 filtrar la entrada de semillas de afuera en los diferentes proyectos de entrega de semillas a las comunidades; también se logró que proyectos de tipo nacional como del DPS que llegó al resguardo de San Lorenzo donde se entregaron alrededor de 3.000 kilogramos de semilla de frijol y maíz lo hicieran con semillas de la zona y a través de la casa de las semillas.
Resguardo Indígena de San Lorenzo
La red de custodios de semillas de San Lorenzo inicia un proceso propio hacia mediados del 2015, tras la motivación generada por la experiencia del resguardo de Cañamomo y Lomaprieta y su participación directa en la red de la Casa de la Semillas en el proceso de conservación y promoción de las especies y variedades criollas y nativas y el fortalecimiento del proceso organizativo. Como en todos los rincones del territorio colombiano, en San Lorenzo existen pequeños agricultores (as) que culturalmente han desarrollado la labor de guardianes de semillas, sin llevar título alguno, sin agremiarse y sin hacer alarde de su labor; así que la tarea para lograr una red no era difícil: se identificaron aquellas personas que desarrollaban un quehacer de guardián de semillas, se les convocó e inició con un proceso de base. Las autoridades del resguardo, al mismo tiempo, coincidían sobre la importancia de promover un proceso sólido, así como se manifestaba (desde varios sectores) la necesidad de recuperar un trabajo colectivo en la siembra de las especies y variedades tradicionales (algunas perdidas o al borde de su extinción), siempre entendiendo que la pérdida de la agrobiodiversidad local, es una de las causas para la pérdida de la cultura como pueblo.
Tras el encuentro de los agricultores y custodios “naturales”, se pasó a la caracterización de las especies y variedades conservadas, para desarrollar un proceso individual de fortalecimiento (según la necesidad particular) en el manejo del cultivo de determinadas especies o variedades criollas o nativas, seguido de un proceso formativo y organizativo para la articulación de la red como tal, la distribución de labores, los trabajos compartidos o mingas, y todas las actividades y situaciones propias de una red de semillas; todo lo anterior con el acompañamiento y la asesoría de la casa de las semillas y de otras redes nacionales.
Dada la experiencia exitosa de otras redes nacionales, la red de San Lorenzo tiene como propósito para el presente año, ejecutar en forma colectiva e individual la recuperación de semillas, con el objetivo de ampliar la oferta de las semillas locales, recuperando las tradicionales y permitir el flujo de las mismas en el comercio local, asegurando que la reserva de determinada variedad no se encuentre amenazada por condiciones ambientales y ampliando las posibilidades de conservación de dichas variedades.
Los retos hacia adelante son seguir manteniendo lo que hasta hoy se ha logrado; para el periodo de Alcaldía 2016 – 2019, que nuevamente el movimiento indígena tiene la Alcaldía del municipio de Riosucio y llega por primera vez a la alcaldía del municipio de Supía - Caldas, se busca fortalecer todas las acciones en defensa de las semillas criollas y nativas; motivando la declaratoria de ambos municipios como territorios libres de transgénicos e incidir a nivel departamental, para que desde la gobernación se apoyen estas iniciativas en otros municipios.
Se quiere también lograr que nuestro proceso sea sostenible y auto gestionable, para que realmente al custodio se le pueda reconocer de manera justa, la ardua labor de la conservación de las semillas, que a pesar de que es una actividad que nos llena el corazón de alegría, hay grandes dificultades como los cambios del clima, la carencia de apoyo económico, el acceso a la tierra, el relevo generacional, la legislación de privatización de las semillas, entre otras; pero que aun así lo seguimos haciendo como un regalo para las generaciones futuras que también tienen derecho a una alimentación sana y a seguir permaneciendo en sus territorios.
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