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Optimismo en el trigo

 

 

 

 

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La noticia pasó desapercibida en los medios de comunicación. A mediados de enero, el Ministerio de Agricultura, a través de Cotrisa, llegó a un histórico acuerdo con la industria molinera del centro del país. Tras años de malas relaciones y desconfianzas entre los procesadores y los agricultores, los primeros se comprometieron a aceptar como válido el costo de importación del trigo publicado por la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa).

Lo que puede parecer sólo terminología burocrática, marca un punto de inflexión en la historia reciente del trigo chileno. A partir de la actual cosecha existirá un índice externo que guiará las transacciones entre trigueros y los molinos de la zona central. Para los agricultores significa reducir la incertidumbre de precios que viven cada temporada y poder planificar con más seguridad sus cultivos. Hay que recordar que en la temporada 2008-2009 los productores enfrentaron una resistencia de los molinos a comprar trigo. Además, los precios que ofrecían los molinos, según los agricultores, no tenían relación con el real costo alternativo de traer el cereal desde el extranjero.

Es por eso que el nuevo acuerdo es recibido con optimismo por los trigueros. Y no es el único elemento que los tiene con buena cara en la temporada 2009-2010. Los precios, aunque no son para volverse locos, muestran signos de estabilidad para el resto del año. Por otra parte, los rendimientos por hectárea apuntan a ser más altos que en temporadas anteriores. Todo eso configura la primera temporada estable y con rentabilidades normales de los últimos tres años.

"Soy optimista. Hay un escenario más claro en el trigo. Eso es vital para los agricultores, que necesitamos un horizonte amplio. Así se puede ajustar desde cuánto se va a invertir en la tierra, hasta las rotaciones que se van a hacer. La incertidumbre es muy negativa en este negocio", afirma Pedro Nickelsen, productor de la IX Región.

Precios buenos

Según la última lista de precios publicada por Cotrisa, el costo de internación del trigo de EE.UU. supera los $13.600 el quintal. Aunque es un valor modesto comparado con el boom de precios de 2008, sí se ubica dentro de un rango promedio en las últimas temporadas. Pero lo que es más interesante es que los costos de los fertilizantes, diésel y fitosanitarios están bastante más aterrizados que en los años pasados. Raya para la suma, los trigueros sacarían resultados azules en la temporada 2009-2010.

Aunque la recuperación de la economía mundial impulsó los precios del cereal al alza, este movimiento se desaceleró en las últimas semanas por las noticias sobre la recuperación de los stocks mundiales. Las estimaciones son de existencias por 196 millones de toneladas, un 20% más que en la temporada anterior, un nivel que no se había observado en la última década.

"Las mejoras de la tecnología han hecho que el trigo se extienda en regiones marginales como Ucrania o Kazajstán, países que antes formaron parte de la Unión Soviética, lo que ha aumentado la oferta", afirma Darío Polloni, gerente general de Copeval.

Las fuerzas de la oferta y de la demanda, en todo caso, parecen estar ubicadas en equilibrio.

Eduardo Meersohn, gerente general de Cotrisa, explica que las posiciones de futuros de corto plazo, es decir, marzo, se han movido durante estas últimas semanas en un rango de 187-200 US$/ton. Mientras tanto, los futuros de mediano plazo fluctúan entre los 205-215 US$/ton.

 "Si bien los futuros de mediano plazo son superiores a los de corto plazo, hecho que podría interpretarse como positivo para el mercado, se sugiere mucha cautela ya que las diferencias entre las cotizaciones son poco significativas. Dado que el mercado no está haciendo una clara diferenciación en el precio del trigo durante el año, se debería esperar un escenario estable durante 2010. Por otro lado, cabe señalar que este escenario podría tener variaciones en la medida en que existan diversas indirectas que afecten las condiciones del mercado, como el dólar o el clima", explica Meersohn.

Cosecha sólida

En el frente interno, los trigueros ven con buena cara los rendimientos esperados. Aunque el grueso de la cosecha en la IX Región, el corazón triguero chileno,   está comenzando la cosecha, las señales son positivas en cuanto a los volúmenes esperados. Eso sí, por ahora, nadie se la juega por cuánto aumentará la productividad por hectárea, pues el "ojímetro" puede estar engañado por la mayor presencia de malezas que se aprecia en esta temporada.

En primer lugar, el cultivo del trigo se benefició este año por el excelente timming de las lluvias primaverales y veraniegas. Las precipitaciones fueron abundantes, lo que permite un mejor crecimiento del trigo. Además, las lluvias también se presentaron en forma espaciada, lo que impidió tener campos anegados.

El clima más lluvioso y frío de 2009, eso sí, generó un retraso de casi 20 días en la cosecha del trigo sureño. Por otra parte, la mayor humedad generó una mayor presión de malezas. Sin embargo, no se espera un daño significativo al cereal, pues la abundante disposición de agua confirma un aprovisionamiento seguro para las plantas de trigo.

Andreas Köbrich, de la Sociedad de Fomento Agrícola de Temuco, prefiere ponerle paños fríos a la expectativa de una buena cosecha.

"Mucho depende del tiempo que tengamos en el momento de la cosecha. Depende de que el clima se afirme y no nos llueva, pues puede dañar a las plantas y dificultar el movimiento de las máquinas en los predios", concluye Köbrich.

20 días, aproximadamente,  se atrasó la cosecha de trigo sureño. Sin embargo las fechas, timing y la  cantidad de lluvias hace proyectar buenos volúmenes.

 Según Eduardo Meersohn, gerente general de Cotrisa, hay que estar muy atentos al efecto de los inversionistas en el sector de los recursos naturales en los valores del trigo durante 2010.
"El año pasado se observó en el mercado de granos ingresos importantes de fondos especulativos. Con la caída de precios de los últimos días algunos han salido; sin embargo, siguen teniendo elevada posición de compra. Estos movimientos están determinados por un sinnúmero de variables, como el mercado financiero, dólar, petróleo, clima o políticas públicas. Eso hace difícil predecir su comportamiento y, por ende, el efecto en el mercado cerealero durante 2010".
En tanto, Ricardo Baccarin, de la corredora cerealera bonaerense Panagrícola, explica que Goldman Sachs recortó la utilidad que tenía prevista para las inversiones en materias primas en 2010. Mientras que en diciembre pasado proyectaba una rentabilidad del 17,5% para el presente año, hace unos días bajó su proyección a sólo 12,5%.

 Eduardo Moraga Vásquez.