Los Valles cruceños ha sido considerada una tierra de oportunidades para la producción de uva que en los últimos años ha crecido de forma considerable, actualmente en esta zona del departamento existen 350 hectáreas cultivadas y con un potencial de crecimiento hasta de 40 mil hectáreas más. De acuerdo a los datos de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Santa Cruz está en segundo lugar en producción de uva ya que el primero es Tarija con 2.115 hectáreas y en tercer lugar está Chuquisaca con 320 hectáreas.
Uva de alta calidad. Peregrín Ortiz, gerente general de la bodega Uvairenda (lugar de la uva), indicó que al pasar el tiempo el fruto cultivado en los Valles es considerado de alta calidad tanto que los productores ya no tienen dificultad para vender en el mercado, "Antes no tenían espacio para vender las uvas, se competía mucho con las importadas, es más, los vendedores el fruto nacional lo hacían pasar como si fuera de otro país, temían que la gente no lo consumiera", explicó Ortiz.
Producen vino de altura. La bodega Uvairenda cuenta con ocho hectáreas sembradas, producción que es utilizada para la fabricación de los vinos 1750, cuyo nombre es atribuido a la altura sobre el nivel del mar en el que es cultivada la materia prima. Ortiz puntualizó que salieron al mercado en 2010 y que en los últimos 12 años este producto ha sido totalmente privilegiado y aceptado en el mercado boliviano. La empresa planifica producir en tres años más entre 150.000 y 200.000 botellas. Un paso gigante para una industria que inició su producción con 1.200 botellas.
El empresario indicó que los plantines que se cultivan son importados desde Francia, es por ello que tienen alta calidad y han logrado conseguir aliados a quienes asesoran para después comprarle toda su producción. "Hasta el momento ya tenemos cinco aliados, ellos ponen su tierra, nosotros financiamos todo el asesoramiento con los ingenieros enólogos, eso para asegurarnos que tendremos un fruto igual al que nosotros cultivamos", apuntó.
Proceso del vino. El ingeniero enólogo y agrónomo de la Bodega, Roberto Aguilar, explicó que para tener el resultado final que es el vino, tiene un proceso de 10 a 12 meses, empezando por el trabajo en campo que es de seis meses entre agosto y diciembre, para luego pasar al trabajo en bodega que es de 5 a 6 meses y esto se da desde enero hacia adelante. "Básicamente el proceso comienza con la cosecha de la uva, se trae acá (a la bodega) se pesa y dependiendo del tipo de vino que se haga, por ejemplo, el blanco y rosado se prensa se saca el jugo, se fermenta, se pasa por frío se clarifica y luego se embotella esto tarda 4 meses. En caso del vino tinto los procesos son diferentes, después de cosechar la uva negra, pesarla, sacarle el esqueleto, se fermenta el jugo, piel y semilla, se prensa, se enfría, se clarifica y se embotella, este proceso tiene una duración de 8 meses", aseveró el experto.
Por su parte, María Eldy Contreras, ingeniera química, se encarga del control de calidad en la bodega, indicó que por hectáreas se tiene un rendimiento de aproximadamente de 1.000 kilos.
Producción de singani. Además de vinos en sus diferentes clases, en Samaipata también se produce singani Moscatto, por ejemplo, en la bodega de Jorge Vargas donde se produce desde el 2006. "Nosotros tenemos una ventaja, hacer la molienda dos meses antes que en otros lugares del país eso nos ayuda para adelantar la producción", indicó Vargas. Los vitivinicultores de los valles apuntan a crecer en el mercado nacional, ya que tiene buena aceptación en el mercado local, dado que las botellas están expuestas en los supermercados y restaurantes de la ciudad a un precio al alcance de todos. "El vino blanco está entre los Bs 70 al igual que el rosado, el tinto se lo encuentra entre los Bs 80 a 85", dijo el gerente general de Uvairenda Peregrín Ortiz.
Fotografía: El Día
Texto: Regina Ortiz Flores
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