Los pobladores Urus de Llapallapani y Vilañique sostienen una marcha de protesta hacia la sede de gobierno en demanda de un conflicto coyuntural por tierras, pero que responde a un problema estructural secular de discriminación por sus vecinos aymaras y por las instancias estatales, según el antropólogo e investigador Marcelo Lara.
En los últimos meses los Urus han sufrido el cerco de tierras en parte del lago Poopó, lo que les impide el acceso a tierras de pastoreo, sembrar quinua, la caza, la recolección y a la pesca en el propio lago.
Según Lara, las tierras ocupadas por los vecinos no pertenecen legalmente a propietarios particulares ni se trata de tierras fiscales, pero tampoco los pueblos uru tienen títulos de tierras comunitarias. Esto último es un proceso difícil de asumir puesto que el territorio de estas poblaciones es discontinuado precisamente por la presencia de otras comunidades aymaras en la región.
Los Urus han sido obligados a arrinconarse cada vez más, hasta el punto que actualmente tienen dificultades para su sobrevivencia, acotó Lara, que hace ahora un acompañamiento a la marcha que se encuentra a algo menos de 100 kilómetros de la ciudad de La Paz.
La marcha de protesta de los Urus es sacrificada puesto que es la primera vez que asumen una medida de presión de este tipo, y a medida que avanzan en la carretera sus necesidades básicas son difíciles de cubrir.
Una investigación que indagó en la vida de "los excluidos de los excluidos", en el estudio "Exclusión y subalternidad de los Urus del lago Poopó. Discriminación en la relación mayorías y minorías étnicas" (PIEB, 2011). El trabajo fue realizado por Zdenka de la Barra, Marcelo Lara Barrientos y René Coca Cruz, concentrándose en las relaciones sociales entre las comunidades aymaras (campesinos y pequeños comerciantes) y Urus, donde los segundos son una minoría étnica.
Según los investigadores, los Urus han tenido una vida "históricamente marcada por la subordinación, el atraso y la discriminación".
Lara explicó que el estudio constató la existencia de una relación de discriminación entre mayorías y minorías étnicas. "Las minorías étnicas como los Urus del lago Poopó -acotó Lara-, tienen menos condiciones que los grupos aymaras, por ejemplo, para participar en ciertas instancias del Estado".
La discriminación se expresa en los estereotipos de inferioridad que se asigna a los urus, en su dificultad de acceder a tierras, en sus condiciones de vida deterioradas y en estar obligados a someterse a instancias políticas que son controladas por personas de los pueblos aymaras.
Como resultado de la investigación, se pudo constatar que el pueblo Uru no ha tenido acceso a instancias del Estado ni a una participación política para plantear sus demandas, en parte porque sufren discriminación de sus vecinos aymaras.