La Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Tierra (UTT) lanzó el "Corredor Patagónico Soberano": con un camión recorren un circuito de 4500 kilómetros que atraviesa Buenos Aires, La Pampa, Neuquén, Río Negro y Chubut para comercializar alimentos cooperativos a precios justos en decenas de localidades. Se trata del segundo corredor de este tipo —en 2021 inauguraron una experiencia similar en el Nordeste—. El objetivo es minimizar los costos de transporte y las intermediaciones para acercar los alimentos a precios justo y accesibles para los sectores populares.
Agustín Mavar es un pequeño productor ganadero de Las Golondrinas, Lago Puelo, y es uno de los viajantes en el camión con alimentos. “La idea del Corredor surgió a partir de la necesidad de romper con el monopolio del sector concentrado y especulador de la comercialización que pone precios y condiciones a la comercialización de los alimentos en general”, explica.
Impulsada por la UTT, en la Patagonia la experiencia de mejorar las condiciones del transporte de lo producido y reducir los costos de logística funciona desde hace varios años —dice Mavar—, pero con fletes privados, parcializando las cargas. Fue entonces que evaluaron cómo mejorar ese circuito. “Nos faltaba una pata, que era el flete propio”, cuenta el productor.
Mediante el trabajo colectivo y la lucha la organización compro un camión refrigerado con capacidad de 14.000 kilos. El vehículo salió de Buenos Aires con alimentos secos y tuvo paradas en en diferentes localidades donde descargó mercaderías pero también cargó alimentos locales para distribuir en las siguientes paradas patagónicas. “Producir alimentos sanos, a precios justos y abarcar el proceso de punta a punta es soberanía alimentaria, es llegar a los territorios de una manera única. Porque, de otra manera, hay lugares a los que no se llega”, define Mavar.
Mariana Chaves, delegada de Neuquén e integrante de la Coordinación Nacional de la UTT, explica que "la producción y la logística de nuestra organización está al servicio del pueblo y de los territorios, desde una perspectiva federal. El objetivo es seguir ampliando la distribución del alimento sano, a precios justos, reduciendo la huella de carbono”. En diferentes localidades patagónicas no solo se produce, también se organizan compras colectivas en el marco del Corredor.
En 2021 la UTT inauguró el Corredor Mesopotámico, que conecta Entre Ríos, Corrientes y Misiones. Próximamente se presentará otro corredor en la región cordillerana, entre La Rioja y Chubut.
Camión en marcha
El Corredor posibilita la llegada de alimentos cooperativos a precios justos, reduciendo los costos de logística y con ello el precio final de la comida. Para Juan Pablo Acosta, referente de la UTT en Chubut, se trata de “un paso fundamental que fortalece las economías regionales y consolida los canales cortos de comercialización”.
Su compañero Mavar completa: "En una Argentina con hambre es imprescindible profundizar estas acciones donde el alimento es considerado un derecho y no una mercancía”.
El circuito del Corredor Patagónico Soberano llega a once ciudades: Santa Rosa (La Pampa); Junín de Los Andes, Centenario (Neuquén); Maquinchao, Bariloche, El Bolsón, Ñorquinco (Río Negro); El Hoyo, Esquel, Comodoro Rivadavia y Puerto Madryn (Chubut).
El camión salió de Avellaneda, en la provincia de Buenos Aires, desde el mercado mayorista cooperativo de la UTT. La siguiente parada fue la localidad bonaerense de Domselaar (San Vicente), donde se cargó alimento balanceado. Allí comenzó el itinerario hasta Santa Rosa (La Pampa). En la capital provincial se descargó el grueso de alimento balanceado para animales y también alimentos cooperativos.
En Junín de los Andes (Neuquén) se recogió ajo y miel de productores locales y se bajaron productos de una compra comunitaria de pobladores del lugar. En la ciudad de Neuquén se cargaron peras y manzanas agroecológicas de pequeños productores.
En las localidades de Río Negro y Chubut se descargaron yerba, harina, aceite, fideos, arroz y polenta para abastecer compras comunitarias de vecinos organizados. Sobre las compras colectivas, Mavar señala: “Cuando uno hace cuentas y empieza a pensar quiénes ponen los precios y por qué las cosas valen lo que valen es cuando los consumidores también empiezan a tener protagonismo en el proceso y entender qué es lo que está pasando. A esto nos referimos con comprar conscientemente”.
En la ruta de regreso se cargan al flete las cebollas producidas en el Nodo de la UTT en Pedro Luro, al sur de la provincia de Buenos Aires para llevarlas hacia el punto de origen: Avellaneda.
“Nos beneficia porque los insumos llegan con un menor costo”
Érika Benavente es productora de dulces agroecológicos en El Hoyo. Para elaborarlos utiliza frutas propias de la zona que ella misma cultiva, como frutillas, frambuesas o grosellas. Ella trabaja en Puerto Patriada, una zona que ella misma define como “turística y maderera”, junto a su esposo y dos de sus hijos. Cuenta que siempre vivió en la zona y que allí los trabajos son “temporarios”. En verano se trabaja con el turismo y en invierno con la madera.
Benavente es compradora y vendedora de los alimentos que traslada el camión. “El corredor nos beneficia porque los insumos llegan con un menor costo, es una ayuda importante para las zonas rurales”, valora. Y agrega: “Lo que producimos se manda a otros lugares y eso mueve la economía local, que en invierno siempre está muy quieta”. La productora integra una de las 220 familias campesinas que participan de la UTT en la zona patagónica.
Afirma que el corredor “mejora el abastecimiento de las zonas rurales y reduce costos”. Y grafica: “Acá las distancias son muy largas, no salimos todos los días a comprar. Si salís, te tiene que rendir la compra. En el camión podés comprar un paquetón de yerba a un precio mucho mejor de lo que conseguís el kilo”.
Corredor Patagónico Soberano: una estrategia colectivas para que la comida sea accesible
Mavar es claro: “Con el flete no especulamos, no somos una empresa de logística y comercialización. Somos una organización de productores que necesitamos comercializar de una forma justa. De esta manera demostramos que reducir los precios es posible y por eso pedimos políticas públicas para el sector”.
Durante la parada en Junín de los Andes, relata: “Frente a mí tengo un cajón de zapallitos que viene de Salta y un cajón de tomates de Jujuy. Ese tomate que traemos sale más barato que el que se vende acá en el mercado tradicional. Esto se da porque, pese a las distancias, al acortar la cadena de comercialización demostramos que este circuito justo es posible”.
Mavar propone “discutir y poner sobre la mesa quién es el que pone los precios y cómo se construyen”. Y agrega: “Necesitamos ser parte del proceso porque somos los que producimos más del 60 por ciento de lo que consumen los argentinos y las argentinas”.