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Días pasados la Unión de Gremios de la Producción, conferencia de prensa mediante, reconoció que la pasada campaña sojera había tenido los peores resultados de su historia. Los rendimientos del principal rubro del agronegocio transgénico estuvieron por debajo de los mil kilos por hectárea, esta situación muestra el impacto de la Crisis Climática tras más de dos décadas de destrucción ambiental por parte del modelo sojero.
“Se enfrentó a la peor sequía en 25 años. Los rendimientos promedio fueron de apenas 979 kilos por hectárea frente a más de 2000 kilos que se produjeron en la zafra anterior” reconocieron los voceros del gremio sojero. Señalando que las mermas estuvieron entorno al 70% lo que implica una pérdida económica de entre 2.600 y 2.800 millones de dólares.
Para la investigadora Lis García, estos datos muestran los límites de la sostenibilidad del modelo sojero, ya que la expansión del mismo termina profundizando una Crisis Climática cuyas consecuencias, como la sequía, es incapaz de enfrentar. “La expansión de la frontera agrícola para la soja transgénica significó la deforestación masiva de miles de hectáreas de bosques, lo que lleva a una lógica irracional, ya que mientras se siga deforestando, las consecuencias del cambio climático serán cada vez más duras, y tener estos niveles de producción será la constante” señaló.
García agregó que “el modelo sojero y su paquete tecnológico generan un deterioro ambiental y de la propia calidad del suelo que no puede ser revertido aún con el uso intensivo de agrotóxicos y otros químicos, por lo que el modelo apunta a expandirse cada vez más a fin de lograr los mismos niveles de ganancia”. Al respecto vale mencionar que el uso de los agrotóxicos en lugar de reducirse, tal como anunciaban hace más de dos décadas los promotores del agronegocio, ha aumentado exponencialmente, ya que la práctica de la siembra directa con semillas transgénicas tiene una mayor demanda de herbicidas y otros agrotóxicos; la importación de agrotóxicos pasó de 8.800 toneladas en el año 2009 a 54.000 toneladas en el año 2020.
“El uso del paquete tecnológico genera dependencia y eleva el costo de producción, esto lleva a que sólo los grandes propietarios de capital puedan producir a niveles rentables económicamente. Ocupar más tierras y usar más agrotóxicos es la lógica irracional a la que parecen apuntar los empresarios sojeros, sin tener en cuenta las consecuencias de todo tipo que genera esta situación” indicó la investigadora.
Esta lógica podría agudizarse en los próximos meses ya según anunciaron los gremios sojeros apuntan a recuperar terreno rápidamente en la próxima campaña, al mismo tiempo se encuentran presionando para el Estado brinde “condiciones” para dicha recuperación. Lo que en términos concretos podría traducirse como nuevas exenciones fiscales y represión a comunidades campesinas e indígenas que se opongan al avance de la sojización en sus territorios; vale mencionar que hasta el momento el gobierno no ha brindado asistencia adecuada a los pequeños productores agrícolas que han sido aún más perjudicados por la sequía.