La pérdida de biodiversidad en el planeta está causando efectos sobre la agricultura y la provisión de alimentos para las personas. Especies importantes para el desarrollo de esta actividad están en declive y a esto se suma la poca variedad de productos que se cultivan en grandes espacios de tierra.
Un nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), basado en la información de 91 países, pone en escena esta problemática que está ocurriendo en todo el planeta.
Según el ‘Estado de la Biodiversidad para la Alimentación y la Agricultura en el Mundo’, cada vez se destruyen más hábitats silvestres para producir una poca variedad de alimentos. De las 6 000 especies de plantas que se cultivan para obtener comida, 200 contribuyen “de manera sustancial” a la producción alimentaria mundial y apenas nueve representan el 66% de la producción agrícola.
El producto que más se produce en el mundo es la caña de azúcar. Su producción supera las 1 800 millones de toneladas. Le siguen maíz, arroz, trigo, papa, soya, aceite de palma, papa dulce y yuca.
Hivy Ortiz, oficial Forestal de la FAO para América Latina y el Caribe, explica que la concentración de la producción mundial en pocos productos afecta a la biodiversidad de los suelos. Esto conlleva a que se pierdan las tierras ricas, nutritivas y capaces de producir sin insumos artificiales. De las 9 600 especies silvestres reportadas como comestibles, 20% ya están amenazadas.
La expansión de la agricultura comercial o a gran escala, la deforestación, la sobreexplotación de los recursos y el uso indiscriminado de pesticidas son algunos de los factores que están influyendo a que la situación sea más grave.
En el informe también se explica que el 24% de casi 4 000 especies silvestres alimentarias, están disminuyendo. Estas incluyen plantas, peces y mamíferos. En el caso de la pesca, por ejemplo, el 33% de especies de peces está sobreexplotada y el 60% está en el límite de aprovechamiento sostenible.
Asimismo, el estudio alerta que la proporción de alimentos silvestres que se está perdiendo puede ser aún mayor, ya que se desconoce el estado de más de la mitad de las especies de estos alimentos. Cultivos, especies de ganado, raíces, frutas extraídas de los bosques, hierbas y especies acuáticas (peces, crustáceos, moluscos) contribuyen a la seguridad alimentaria, que es lo que se busca preservar, dice.
La FAO está trabajando en incluir criterios de conservación y uso de biodiversidad en los sistemas productivos (agropecuaria, pesca, acuicultura y bosque). La producción de alimentos no debe justificar el deterioro de los recursos naturales (agua suelo), ni de la biodiversidad, que a su vez es indispensable para el bienestar de estos cultivos. El informe rescata que actualmente se está dando un mayor interés en aplicar prácticas sostenibles. Entre estas iniciativas están: agricultura familiar, agroecología, producción orgánica, colecta de productos forestales no maderables (nueces, frutas, semillas, hojas y hongos).