Lo acordaron los seis presidentes -entre ellos Cristina- que deliberaron durante la reunión que se hizo en San Juan.
El Mercosur dio ayer un paso crucial en su intento de perfeccionar su normativa interna y externa: aprobó el Código Aduanero, un conjunto de normativas claves necesarias para el funcionamiento de la integración comercial del bloque.
Pese a las diferencias que persistían -y aunque ahora los Congresos de cada socio debe aceptarlo o rechazarlo- finalmente el Código no obligará a modificar el actual esquema de aplicación de derechos a las exportaciones (las polémicas retenciones), que sus cuatro miembros plenos (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) vienen fijando en forma autonóma. En este punto, el Gobierno argentino se adjudicó una victoria sobre la postura uruguaya.
Estos son dos aspectos importantes para encarar la trabada negociación comercial entre el Mercosur y Unión Europea para el establecimiento de un área de libre comercio entre ambos bloques. De hecho, así lo reclamaban los europeos que colocan sus productos en este mercado.
Fue la presidenta Cristina Kirchner quien anunció ayer este consenso sobre el Código Aduanero tras volver de una pausa en el plenario de la cumbre de jefes de Estado del Mercosur que se realizó entre lunes y martes en San Juan.
El lunes, los cancilleres y ministros de Economía habían dado otro paso en la misma dirección al anunciar un acuerdo para eliminar el doble cobro de arancel para los productos que entran desde afuera del bloque. Esto da la posibilidad, aunque en forma gradual desde 2012, de ir hacia un reordenamiento de la distribución de la renta aduanera y a la libre circulación de bienes intrazona sin constituir un área de libre comercio.
De la necesidad de establecer un Código Aduanero se hablaba desde la firma del fundante Tratado de Asunción, en 1991, y de la del Protocolo de Ouro Preto, en 1994, que definieron las fuentes jurídicas del también llamado Mercado Común del Sur.
Pero con numerosos puntos aprobados entre unos doscientos, las diferencias se volcaron en los últimos años a un ítem que hace referencia a los derechos de exportación, y por ende al sistema de retenciones que aplica Argentina entre ellos al sector agrícola--, donde los uruguayos eran quienes ponían los mayores reparos.
Entre todos los puntos que tiene el Código, había una fuerte diferencia sobre quién iba a ser la autoridad de aplicación de los derechos de exportación, sus montos y características. Montevideo siempre sostuvo que fuera el Mercosur. Argentina, Brasil y Paraguay, querían que fuera un instrumento aplicado por cada país.
Vale recordar que en los últimos años, Montevideo reclamó varias veces a Buenos Aires que las retenciones a los productos agrícolas "distorsionan" el comercio. Son las mismas retenciones que ahora están en medio de la disputa entre el Gobierno y la oposición.
Pero presiones de última hora terminaron en una reunión secreta de Cristina con su par oriental José Mujica, durante el intercambio del plenario, a la que sumaron a sus ministros de Economía. Cristina ya llevaba a la reunión el consenso de los presidentes de Brasil y Paraguay. Los gobiernos sin embargo no la informaron.
Pese a que logró su objetivo, en rueda de prensa Cristina se negó a dar detalles precisos de qué se le dio a los uruguayos para que cambiaran su postura. Antes, Lula da Silva había dicho que ésta había sido "la mejor" cumbre del Mercosur desde su fundación.