Con un respaldo que creó una controversia formal y política como telón de fondo, el ex presidente Néstor Kirchner será designado secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en la cumbre regional que se realiza hoy en Los Cardales.
Ayer, en la reunión preparatoria del encuentro, los cancilleres no lograron ponerse de acuerdo sobre si su designación se hará por consenso o por unanimidad, debido a que Uruguay no vetó su nombre, aunque se abstuvo de acompañar la designación. Sin embargo, se da por descontada su designación dado que al término de la reunión que los ministros habían resuelto "de forma unánime" elevar a los jefes de Estado el nombre de Kirchner para el cargo.
En este contexto, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, que llegó a Buenos Aires en medio de las acusaciones cruzadas por el pago de coimas desde la Argentina para poder comerciar con Caracas, celebró, sin mencionar a Kirchner, que la Unasur designe a su máxima autoridad.
"Lo más importante es que vamos salir hoy con un secretario general que va a contribuir poderosamente en la institucionalización del cuerpo político que debe ser la Unasur", aseguró.
Kirchner llegará a la secretaría general de la Unasur gracias a la laxitud del tratado constitutivo de la entidad, firmado por los presidentes en Brasilia en mayo de 2008. El texto, que aún no fue aprobado por la Argentina ni tampoco por otros siete de los doce países que integran la Unasur, no especifica el sistema que debe utilizarse para la selección de sus autoridades.
El tratado constitutivo de la Unasur dice, sí, que el secretario general será elegido "por un período de dos años, renovable por una sola vez". Y establece que, "durante el ejercicio de sus funciones, el secretario general y los funcionarios de la secretaría tendrán dedicación exclusiva, no solicitarán ni recibirán instrucciones de ningún gobierno ni entidad ajena a la Unasur, y se abstendrán de actuar en forma incompatible con su condición de funcionarios internacionales responsables únicamente ante esta organización internacional".
El último párrafo citado implica que Kirchner deberá resolver su situación en la Cámara de Diputados. El legislador por Buenos Aires deberá, indefectiblemente, tomar licencia o renunciar a su banca. El camino de la licencia se le presenta complejo, pues debe pasar por el recinto con la aprobación de una mayoría simple.
