Fernández, se derrumbó un año después de las elecciones generales que ganó en primera vuelta, y ahora apenas alcanza 30 por ciento de aprobación.
El actual escenario político del país sudamericano es muy diferente al del 27 de octubre del año pasado, cuando Fernández ganó los comicios con 45 por ciento de los votos, contra 22 por ciento que alcanzó la conservadora líder de Coalición Cívica, Elisa Carrió.
El aval de los sufragios anticipó un cómodo inicio de gobierno para la nueva jefa de Estado, ya que el 10 de noviembre de 2007 asumió el cargo con una mayoría absoluta del oficialismo en la Cámara de Diputados y en el Senado.
La oposición, mientras, quedó desdibujada y con poco peso, debido en parte a que en ese momento la población se sentía confiada con una economía creciendo a un ritmo anual de 9.0 por ciento en promedio que Néstor Kirchner (2003-2007) le dejó como herencia a su esposa.
Las condiciones en las cuales Fernández ganó la Presidencia hace un año parecen muy lejanas, porque sus primeros meses de gobierno quedaron marcados por una crisis con el sector agropecuario que debilitó su imagen e hizo crecer políticamente a sus opositores.
En marzo anterior, las encuestas coincidían en que 70 por ciento de los argentinos no recordaba ninguna medida de gobierno de la presidenta Fernández.
Pero ese mismo mes, la mandataria decretó la aplicación de retenciones (impuestos) móviles a la exportación de granos sin medir las consecuencias que tendrían las protestas de las corporaciones agropecuarias.
Desde marzo hasta julio, el país vivió en la zozobra social y política, ya que los empresarios rurales realizaron cuatro huelgas, bloquearon caminos, desabastecieron de alimentos a las grandes ciudades y, sobre todo, debilitaron al gobierno.
Tanto fue el peso de la protesta agraria, que el 18 de julio, el vicepresidente Julio Cobos tuvo en sus manos el voto decisivo para avalar o no las retenciones y decidió darle la espalda a la presidenta, quien perdió así su primera batalla importante.
Al perder peso la autoridad de Fernández, la oposición ganó en popularidad y aunque aún faltan tres años para las elecciones presidenciales ya hay precampañas electorales que postulan a Cobos, a Carrió y al ex gobernador de Buenos Aires, Felipe Solá.
El aniversario de lo que fueron unas felices elecciones para el matrimonio Kirchner se cumplirá justo con la presidenta en otra nueva y trascendente pelea para lograr que el Congreso avale la reestatización de los fondos de pensiones y jubilaciones.
Como en el conflicto con el sector agropecuario, la derecha periodística, económica y política se volcó contra el gobierno e inició una campaña para denunciar que Fernández quiere quedarse con los 30 mil millones de dólares que dejan las administradoras.
A ello se le suma la incertidumbre de la población sobre el futuro económico por la crisis financiera internacional y, por lo que señalan en las encuestas, es muy poca la confianza en la capacidad que tendrá la presidenta para salir adelante.
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