La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con sede en Roma, dijo que su índice de precios de los alimentos subió un 5% entre julio y agosto, aunque la cifra sigue representando una merma del 38% de su mayor registro en junio del 2008.
Agregó que el aumento del precio de los alimentos refleja el súbito y marcado encarecimiento del trigo tras la sequía en Rusia y las restricciones posteriores decretadas por Moscú a la exportación del cereal.
Igualmente influyeron el encarecimiento de las semillas oleaginosas y el azúcar.
Por otro lado, la FAO también alertó sobre la pérdida de foresta, que sigue siendo alta en muchos países.
A través de un informe la organización aseguró que la deforestación continúa a un ritmo alarmante en numerosas naciones, y América del Sur está entre las regiones con mayor afectación.
Aunque más de la mitad del área boscosa del planeta se concentra en Rusia, Brasil, Canadá, Estados Unidos y China, diez naciones no tienen bosque alguno y otros 54 poseen cobertura en menos del 10 por ciento de su superficie total de tierra.
Asimismo la FAO solicitó más financiación internacional para rescatar la próxima temporada de siembra de trigo en Pakistán, donde las inundaciones ya han cubierto un territorio equivalente a la mitad de Italia y han destruido una gran parte de las reservas de semillas de trigo de las familias.
"A menos que la población reciba semillas en las próximas semanas, no podrán sembrarlas para este año", ha asegurado el jefe de operaciones de la FAO para Asia y Oriente Próximo, Daniele Donati. "La ayuda alimentaria por sí sola no será suficiente. Si no se rescata la siguiente cosecha de trigo, la seguridad alimentaria de millones de personas estará en peligro", afirmó.
Los productores de trigo de Pakistán estaban preparando sus tierras para la siembra cuando comenzaron las inundaciones.
También se estima que los paquistaníes perdieron 1,2 millones de cabezas de ganado y seis millones de aves de corral. Asimismo, en las zonas inundadas, podrían morir de inanición más de un millón de búfalos, vacas, ovejas y cabras de explotaciones familiares si no se les proporciona piensos con urgencia.