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Las temperaturas en aumento y las temporadas secas más prolongadas y más intensas afectarán severamente la agricultura en una de las regiones más pobres de América Latina.

Por Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT).

El cambio climático podría transformar el paisaje agrícola en Centroamérica, en tanto que cultivos clave como fríjol y café de calidad de exportación pierden aptitud, e impactos potencialmente funestos afectan a los agricultores y los medios de vida rurales, según un nuevo estudio.

Los hallazgos se suman a la creciente evidencia de que las temperaturas en aumento y las temporadas secas más prolongadas y más intensas afectarán severamente la agricultura en América Central, una de las regiones más pobres de América Latina a menos que se implementen medidas para prepararse y adaptarse.

¿Cómo prepararse?

“El cambio climático podría redefinir el mapa agrícola de Centroamérica”, afirmó el científico de clima Peter Läderach del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) y uno de los autores del estudio, publicado en Climatic Change.

“La clave será cómo preparar a los agricultores de toda la región para los cambios que se avecinan, su habilidad para adaptarse y qué tan rápido puedan actuar. Nuestro estudio es la evaluación más completa hasta ahora sobre los posibles impactos en Centroamérica y la vulnerabilidad de las poblaciones locales”.

Los investigadores usaron modelos climáticos y de cultivos para evaluar el posible impacto del cambio climático hacia 2050 en 1.000 municipios de Guatemala, Honduras, Nicaragua y El Salvador.

Descubrieron que los efectos variarán ampliamente, lo que requiere respuestas con distintos matices de parte de los formuladores de políticas. En promedio, sin embargo, los resultados mostraron que el fríjol, el café – el cultivo de exportación más valioso de la región – y el banano sufrirán las mayores reducciones en aptitud.

Se proyecta que los cambios más severos se presentarán en los municipios del Corredor Seco, un área propensa a la sequía que abarca varios países de la región, en donde residen aproximadamente 10 millones de personas.

Entretanto, se proyecta que el maíz, yuca, arroz de secano y sorgo responderán positivamente al cambio climático en todos los países estudiados. No obstante, los autores advierten que si bien muchas áreas podrían volverse más aptas, algunas son zonas protegidas, como los bosques o importantes zonas de recarga hídrica y otras no están ya disponibles porque están ocupadas por zonas urbanas y otros usos.

Los autores también enfatizan que aunque algunos cultivos serán más aptos, los agricultores podrían aún enfrentar dificultades para hacer la transición: “Si los agricultores tienen que cambiar de cultivos, eso es una importante decisión que puede requerir significativas inversiones financieras y riesgos”, comentó la líder del estudio Claudia Bouroncle, del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE). “Muchos no tendrán los medios para lograr el cambio”.

Para abordar este tema, los científicos también evaluaron la vulnerabilidad de las comunidades agrícolas en cada municipio y su “capacidad de adaptación” – su habilidad para responder ante la situación. Ellos esperan que los hallazgos ayuden a los formuladores de políticas a priorizar sus inversiones en la adaptación al cambio climático

“Nuestros resultados sugieren que se debe considerar todo un espectro de actividades de adaptación en la región”, agregó Bouroncle.

“En las áreas en donde los cultivos sufrirán las mayores reducciones en aptitud, las vías de adaptación requieren importantes respuestas a nivel de finca y más allá, que podrían incluir restauración de tierras degradadas, reordenamiento de usos de la tierra en los territorios y la diversificación de los medios de vida. Si revisamos, en todo caso, las actuales iniciativas de adaptación en la región, podemos ver que la mayoría de ellas son muy limitadas y se enfocan en cambios en las prácticas y tecnologías dentro de los sistemas existentes”.

El científico de cambio climático y servicios ecosistémicos Pablo Imbach del CATIE, uno de los coautores del estudio, comentó: “Nuestro enfoque se puede aplicar en otros países o regiones para identificar prioridades espaciales para la adaptación usando datos ampliamente disponibles, aunque sugerimos un mejoramiento en los impactos del cambio climático en términos de cambios en la productividad de los cultivos, relacionados con la variabilidad climática, la inclusión de activos sociales, culturales y sociales en la caracterización de la capacidad adaptativa y un enfoque en los paisajes agrícolas”.

Esta investigación fue llevada a cabo por científicos del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), con el apoyo del Programa de Investigación de CGIAR en Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS) y el Portal Regional para la Transferencia de Tecnología y la Acción frente al Cambio Climático en América Latina y el Caribe (REGATTA) del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Este proyecto es parte de la Iniciativa Internacional del Clima (IKI); El Ministerio Federal de Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza y Seguridad Nuclear de Alemania.

 

 

Fuente original: Agrotendencia Tv