"La Pachamama tiene raíces, no es planetaria. La consideración biosférica es la consecuencia de las múltiples pachamamas en cada uno de esos rincones de los países en el globo", dijo el experto.
Durante su visita a Bolivia, el uruguayo Eduardo Gudynas afirmó que el Decreto Supremo 2366, que permite tareas de exploración y explotación de hidrocarburos en las áreas protegidas, es un retroceso sustancial en cuanto a la protección de la naturaleza, y lamentó que al gobierno del presidente Evo Morales, le cueste entender que los derechos de la Madre Tierra, no se refieren a un asunto planetario, sino a realidades locales que hacen un todo.
El especialista del Centro Latinoamericano de Ecología Social (Celas), fue invitado por el Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB), para hablar sobre las formas de extractivismo que se aplican en el país, identificadas en las áreas de minería, hidrocarburos y la agroindustria de la soya. En entrevista con ANF reflexionó sobre los posibles impactos de las normativas vigentes que el gobierno aprobó para acelerar intervenciones en áreas protegidas en busca de petróleo y gas.
ANF: Su llegada al país coincide con un momento especial, en el que el gobierno decidió flexibilizar la norma ambiental y aprobar por decreto, el ingreso a las áreas protegidas para realizar actividades de exploración y explotación de los hidrocarburos ¿Cómo evalúas la situación actual de Bolivia en tema ambiental?
E.G: Yo creo que estas medidas son un paso atrás en la protección de la naturaleza, y también creo que están en contra del espíritu de acompasarse a los ritmos de la Pachamama. Veo que esto tiene consecuencias ecológicas porque corre riesgo la biodiversidad de esas áreas, pero también tiene implicancias en un discurso de la protección del entorno que no que está basado en una mirada intercultural, porque hacía referencia a la categoría Pachamama. Permitir que las petroleras entren a las áreas protegidas que son específicas y han sido diseñadas para garantizar los máximos chances de sobrevivencia de las especies vivas es contradictorio, es negativo y es un paso atrás.
Estoy seguro que hay retroceso en cuanto a la política ambiental, pero también hay en cuanto a esa interculturalidad que trataba de recuperar una sensibilidad y un pensamiento de integrarnos de vuelta a la naturaleza, la cual era presentada como Pachamama.
ANF: ¿Y esto es nuevo dentro de la polìtica de Evo Morales?
E.G No es nuevo, porque la administración Evo Morales ha tenido un problema en entender que la protección de la Pachamama siempre parte de salvaguardar los derechos de la naturaleza a nivel local. En cambio ha insistido con la figura de pachamama como algo planetario y ha hecho referencia a los derechos de la Madre Tierra como un planeta, como globo y como una biósfera. Eso cae en contradicción evidente porque yo tengo un discurso que habla sobre lo global, mientras dentro de mi país, mi propia naturaleza está padeciendo impactos ambientales. De hecho el punto de partida de la integridad de la tierra planetaria siempre parte de la localidad. La Pachamama tiene raíces, no es planetaria. La consideración biosférica es la consecuencia de las múltiples pachamamas en cada uno de esos rincones de los países en el globo.
Esta contradicción tampoco es rara, se está contagiando. En el caso de Ecuador, el presidente Rafael Correa presentó hace pocas semanas una propuesta para conformar una Corte Internacional de Justicia Ambiental, con la que estaríamos de acuerdo, pero cuando revisamos su proposición, dice que solo atendería los casos de cambio climático, con lo cual quedan excluidos los problemas ecológicos locales y regionales que están dentro de nuestro continente.
Otro tanto sucede con el Ministerio de Medioambiente de Perú, con el cual reduciendo el vigor con el cual trata la agenda de temas nacionales y se enfoca en la agenda planetaria del cambio climático, cuando Perú tiene la presidencia de las negociaciones para el convenio marco del cambio climático.