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Por:  Nestor Restivo
La caída de valores afecta también a los de materias primas, que estos años fueron ámbitos tanto de transacción de operaciones reales (pedidos de embarques y precios según la oferta y demanda) como especulativas, con inversores que buscan renta pero son ajenos al negocio en sí. Pasa con la soja, cereales, metales o petróleo, el sector más dinámico de los "precios futuros" y la especulación. En Latinoamérica, así como la baja de la soja y otros productos rurales golpea al Mercosur y la de minerales a Chile o Perú (el cobre se derrumbó ayer 9%), la del petróleo preocupa a países como Venezuela y Ecuador. Ayer el WTI que cotiza en Nueva York cerró a US$ 88, 5% menos que el viernes y 20% de pérdida en una semana.

Venezuela es el más dependiente del petróleo en Sudamérica. Le fondea más de 40% del presupuesto y obtiene casi 80% de las divisas de exportación. Si bien el presupuesto actual, por precaución, se estimó con un barril a US$ 35 a 50, por las necesidades de gasto social del gobierno de Hugo Chávez, el desdoblamiento del mercado cambiario y la inflación que sufre hoy el país, un precio a la baja complicará las cosas. Venezuela hace una gran apuesta a la Faja del Orinoco, donde habría más reservas que en el hasta ahora mayor reservorio, Arabia Saudita, aunque con un crudo con azufre, más barato y de más costo. Pero el negocio es diferente con un barril a 50 o con otro de 100 ó 140.

En Ecuador el petróleo supone 1 de las 4 fuentes de ingresos más grandes del Estado, además del banano, el camarón y las remesas de emigrados. Todas esos suministros están amenazados hoy, por baja de precios o porque si hay recesión en EE.UU. y Europa habrá menos giros de los millones de ecuatorianos que emigraron estos años por las crisis del país. Para Ecuador, el sector exportador y las remesas son clave asimismo para sostener la dolarización, que el gobierno de Rafael Correa quisiera dejar atrás pero en un marco de mayor institucionalidad que se buscará desde 2009, con nuevas elecciones y una flamante Constitución.

La especulación con el petróleo en los mercados mundiales, así como la mayor demanda de China e India, que juntos suponen un tercio de la población mundial, empujó los precios del barril hasta US$ 147 en julio, más de 100% de suba en un año. Pero con esta crisis volvieron a caer y aunque aún está 13% más arriba que hace un año según el index de The Economist, hay preocupación en los países exportadores. El viernes, algunos pronósticos mentaron un barril a US$ 50 si hay recesión global. Ayer nadie se animaba a tanto, pero desde Bache Commodities de Londres, Chirst Bellew, dijo a la agencia Bloomberg: "Un mayor empujón hasta US$ 85 parece muy probable dadas estas condiciones febriles".

La especulación con el petróleo es gigante. En uno de sus dos grandes mercados, Londres, los papers barrels pueden llegar en un día a operar con 100 millones de barriles. Está claro que si, en promedio, el mundo consume 80 millones de barriles diarios, aquello es en gran parte timba. Y en Nueva York, el otro gran mercado (Singapur y el nuevo de Teherán, que intenta restar poder a los hegemónicos, no tienen aún un rol relevante), los operadores llamados "no comerciales" pueden llegar a tener hasta 80 mil contratos semanales, cada uno por mil barriles, cuentan los alemanes T. Steifer y K.Werner en "El libro negro del petróleo" (Capital Intelectual, 2008).

 

www.clarin.com/diario/2008/10/07/elpais/p-01776036.htm