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La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) alertó hoy de la creciente desigualdad que sufren las mujeres en las zonas rurales y apostó por tomar medidas para reducir las diferencias de género en el sector del empleo rural.

Así se desprende del informe "Dimensiones de género en el empleo agrícola y rural: Vías diferenciadas para salir de la pobreza", elaborado por la FAO junto con el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y presentado hoy.

Según el texto, las mujeres obtienen menores beneficios del empleo rural y deben afrontar nuevas dificultades debido a la crisis económica.

"A pesar de que la desigualdad de género varía de forma considerable entre las diferentes regiones y sectores, existe la evidencia de que, a nivel global, las mujeres obtienen un menor beneficio del empleo rural (ya sea en un trabajo asalariado o por cuenta propia) que los hombres".

El informe destaca entre sus conclusiones la necesidad de promover la educación femenina y de adoptar medidas complementarias para hacer frente a estas diferencias.

Asimismo, es necesario, reconocer la contribución económica del trabajo no remunerado; tomar medidas para reducir y redistribuir la carga del trabajo doméstico y apoyar la igualdad de género.

"La reciente crisis económica y financiera ha ralentizado el proceso hacia una mayor igualdad de género" y el trabajo digno para las mujeres en las zonas agrícolas y rurales en los últimos años.

Según la FAO, con la pérdida de empleo y los recortes en infraestructuras y servicios sociales se ha intensificado "la carga de las mujeres para cuidar a otras personas y el trabajo no remunerado, con lo que su contribución financiera a la seguridad alimentaria familiar disminuirá".

El informe, que busca promover el debate sobre la importancia de las mujeres en el crecimiento de la economía rural y la reducción de la pobreza, analiza, además, cuestiones como la migración y la feminización de las actividades rurales, el comercio internacional y la diversificación de la economía rural y el trabajo infantil.

Además, señala el empleo, la segmentación, la diferencia salarial entre hombres y mujeres y el número menor de horas de trabajo remunerado pero con una mayor carga de trabajo como algunos de los factores causantes de la desventaja económica que sufren las mujeres.

"El 90 por ciento de la diferencia de salarios por razón de sexo en los países desarrollados o en desarrollo no puede justificarse: en otras palabras, debe atribuirse a una discriminación por cuestión de género".

Para superar esta situación, la FAO asegura que es necesario un mayor acceso a la educación, formación, crédito, mercados, ayuda técnica y protección del empleo, así como un acceso equitativo y seguro a la tierra y otros activos.

Además, se requiere "capital social", que permita a las mujeres participar de forma igualitaria con los hombres en las organizaciones campesinas para incrementar su contribución al desarrollo nacional y la reducción de la pobreza.

El 70 por ciento de los 1.400 millones de personas en situación de extrema pobreza que hay en el mundo en desarrollo, viven en zonas rurales, según la FAO.

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